María Alejandra Hernández empezó como practicante en la agencia de publicidad Circuit. Luego abrió su propia productora audiovisual, donde reunió mucha experiencia y conocimientos en diferentes áreas. Con todo ese know-how, volvió a Circuit en el 2020, donde hoy es business manager en una nueva unidad de negocios dedicada al filmmaking (rodaje).
¿Cómo fueron tus inicios en Cicruit?
Yo empecé aquí como practicante. Hacía un poco de todo: marketing digital, fotografía, video y edición. Así perfeccioné mis conocimientos sobre audiovisuales. En el 2017 renuncié para abrir mi propia empresa: Midnight, una productora audiovisual que tenía un área de agencia. Si bien yo era CEO, cualquiera que emprende sabe que en una empresa nueva hay que hacer un poco de todo, de recursos humanos, marketing, producción, incluso se hace las veces de chofer, ejecutivo de cuentas, asistente de luces, personal de limpieza, de todo. Luego, en el 2020, Circuit me abrió las puertas nuevamente y entré como project owner. A los seis o siete meses, me ofrecieron el puesto de business manager. En ese entonces, Circuit había reestructurado la empresa y estaba abriendo una nueva unidad de negocios, que es la de filmmaking. Actualmente soy business manager en la unidad de negocios filmmaking.
¿Cómo te sientes en esta unidad de negocios nueva?
Muy bien. Siento que estoy emprendiendo dentro de la empresa porque es una nueva unidad donde tengo que crear la cultura. Me han dado un equipo y estoy adaptando los roles y a la gente que voy contratando, según los perfiles que se requieren. Estoy elaborando los manuales de procesos también. Es como crear una nueva empresa, alineada a los valores de Circuit, pero con su propio espíritu. Lo curioso es que, en esta nueva normalidad, no he podido conocer personalmente a la mayoría de mi equipo. Todo es bastante retador.
¿Qué se espera de esta nueva unidad?
Se busca que sea una productora de nivel competitivo. Estoy mapeando un posicionamiento holístico. Somos expertos en material digital, pero hacemos todo tipo de producciones. Estamos buscando el posicionamiento y promoviendo una sinergia entre nuestra experiencia en digital, aterrizada en lo audiovisual.
Como profesional, ¿te identificas más con la parte creativa o con la parte de gestión?
Con un poco de todo. La Universidad de Lima te ofrece un panorama amplio en comunicaciones. Si bien yo me especialicé en publicidad y marketing, tengo conocimientos de comunicación interna, audiovisual, periodismo, etcétera. Y con lo que exploré en Midnight, acabé con un perfil de comunicadora empresarial. Tengo experiencia en lo corporativo, pero también en el lado de creatividad; he hecho guiones, inclusive. El bussines manager muchas veces no entiende qué hace el guionista o la productora o el creativo; yo sí entiendo, sé cómo se hacen esos trabajos y las necesidades que implican, sé que algunas cosas parecen cambios pequeños, pero no lo son. Eso me permite apoyar mejor al equipo.
¿Cuántas personas componen tu equipo?
Actualmente cuento con siete personas, aparte del equipo que se contrata para cada producción, que es externo. Para mí, la empatía es el valor clave para ser líder. Creo que, cuando todos nos entendemos y se crea un ambiente de confianza, el diálogo puede solucionar cualquier problema.
¿Qué proyectos desarrollados te han gustado mucho?
Como lección, el primer proyecto que tuvimos como unidad de negocios fue con Faber Castell. La licitación se hizo en diciembre, cuando yo todavía no era parte de la empresa. Pero me convocaron desde entonces y fui parte del proceso de licitación, trabajé de la mano con el creativo para aterrizar la idea, con la productora y la ejecutiva comercial. Fue un proyecto desafiante porque la unidad de negocios no tenía un proceso de trabajo aún. Pude darme cuenta de las fortalezas de cada uno. Finalmente, el resultado fue un éxito y el cliente quedó muy contento.
¿Qué abarcó el proyecto?
Era el proyecto de inicio de año escolar, específicamente para medios digitales.
¿Cómo fue tu experiencia con tu propia agencia?
Creo que emprender es algo maravilloso. Me llenaba el corazón ver cómo algo que había creado iba tomando forma, así como recibir nuevos clientes. Nunca hicimos publicidad y tampoco hubo un mes en que no estuviésemos en positivo. Los nuevos clientes venían por una recomendación; nos decían “me encanta su trabajo”, lo cual era bastante satisfactorio. Al ser una productora audiovisual, tenía la oportunidad de enterarme de muchas cosas, pues debíamos trabajar en rubros muy diferentes y visitar una gran cantidad de lugares, como una fábrica de chocolate, un ambiente de construcción, áreas de cocina o de modas, en fin, cada tema es un universo y a mí me encanta aprender cosas, así que lo disfruté muchísimo. Es como hacer tours vivenciales y conocer a muchas personas.
¿Cuál era la parte difícil del negocio?
La parte de las cuentas y los impuestos, definitivamente. Recuerdo como algo angustiante que me dijeran que debía depositar en la cuenta de detracción… ¡y yo no sabía qué era eso! Finalmente, aprendí y qué orgullo sentí cuando me reuní con gente de finanzas y entendí todos los términos de la conversación, o al menos lo suficiente para tomar decisiones. No soy experta en todo, pero entiendo lo necesario de diferentes campos para coordinar temas con recursos humanos, marketing, con mi equipo audiovisual, de streaming, redes sociales, etcétera. Tengo una visión holística y puedo tomar decisiones que trascienden a todas las áreas. Eso me lo dio Midnight. Más allá de los clientes con los que trabajé y del capital que formé, una vez que se cierra una empresa, la pregunta de rigor es: ¿con qué me quedo? Y ya que ha pasado más de un año, puedo decir que me quedé con muchos aprendizajes, todos ellos más importantes que todo lo material.
¿Dónde aprendiste sobre digital?
En Circuit, porque son expertos en eso. Pero lo real es que el know-how que tenía al salir de la Universidad de Lima me permitía desarrollarme en cualquier área. Contaba con herramientas para desenvolverme en lo que yo quisiera dentro del mundo de las comunicaciones.
¿Cuando elegiste seguir la Carrera de Comunicación, tenías claro que querías dedicarte a la publicidad?
Me inclinaba por la publicidad, sí, pero fue recién cuando entré a la Universidad de Lima y comencé a llevar los cursos de la carrera que estuve 100 % segura. Además, elegí la Ulima porque la Carrera de Comunicación era integral y ofrecía diversas especialidades, lo que me daba capacidad de elección. Por otro lado, la Ulima es top en Comunicación, así que quise estudiar en el mejor lugar donde se puede llevar esta carrera. Por último, cuando visité la Universidad, me enamoré de ella, me sentí en casa, me identifiqué con lo que decían los profesores… sentí que ahí podía pasar unos maravillosos cinco años.