Alessandra Medina Aguad estudió Comunicación y hoy es jefa de Marcas en CBC Perú (The Central America Bottling Corporation), un reto que ha asumido hace apenas unos meses. Todos sus esfuerzos apuntan ahora a implementar el área de Marketing desde cero, e impulsar cuatro marcas que trabaja la empresa: La Bodeguita, San Carlos, Vah! y Bodega Maestra.
¿Podrías comentar cuál es el rubro de CBC?
CBC es una empresa internacional que comenzó sus operaciones en el Perú como distribuidora y embotelladora de Pepsico. Con todos sus años de expertise, se dio cuenta de que había muchas más oportunidades en el mercado y volcó su objetivo a ser más relevante para las bodegas o puntos de venta. Es ahí cuando empezó a crear marcas dirigidas al consumidor final. Llegué aquí porque vieron la necesidad de armar un equipo de marketing a nivel local, que se encargue de diseñar las estrategias de los negocios en las categorías en las que hoy participamos.
¿Cuáles son esas marcas?
Son cuatro. La primera es La Bodeguita, una marca relativamente nueva, que es el paraguas de productos de la canasta básica, cuyo primer lanzamiento es arroz superior. La idea es ofrecer un producto muy rentable que llegue hasta el usuario final, principalmente amas de casa. Además, tenemos Vah!, un canal digital de venta al hogar que nació a raíz de la pandemia. Empezamos a distribuir bebidas y alimentos, y llegamos a muchos más hogares con una propuesta de valor única: el delivery gratis, con precios más accesibles que la competencia. Otra marca es San Carlos, el agua que, desde su relanzamiento en el 2019, ha sido la única marca con un crecimiento a doble dígito a nivel nacional, sobre todo en el norte del país. Tengo el reto de convertirla en la tercera en su categoría. Por último, tenemos Bodega Maestra, que también nació en plena pandemia, cuando todas las bodegas empezaron a cerrar y nadie sabía cómo atender ni cuáles eran los protocolos de seguridad para ir a comprar. Comenzó como un programa de capacitaciones, para ayudar a los bodegueros a entender qué era la pandemia y cómo debían reactivar sus negocios. Hoy les brinda un plan de sostenibilidad y especialización para ayudarlos a que sus negocios sigan creciendo.
¿Cómo es tu día a día en el trabajo?
En mi día a día sostengo mucha interacción con las diferentes áreas, analizo la rentabilidad de todos los productos y tomo decisiones con base en lo que más le conviene a la empresa y, principalmente, al consumidor, porque siempre el centro de toda decisión es el usuario final.
¿Cómo vienes armando tu equipo?
Primero debo plantear toda la estrategia a nivel conceptual de cada categoría, marca y negocio en el que estamos. Sobre esa base, podemos comenzar a ver todas las oportunidades que tenemos. Una vez que eso esté claramente interiorizado, tenemos que ubicar los perfiles adecuados para atacar cada una de las necesidades. Lo que se tiene que hacer primero es ordenar la casa, tener las oportunidades claras y luego encontrar a los mejores perfiles que se adecúen a tales necesidades.
¿Cómo te sientes en esta labor?
Muy emocionada, con mucha ilusión, pero también con mucho trabajo por hacer. Es una gran oportunidad y estoy feliz de que hayan confiado en mí para crear el área de Marketing desde cero y, a la vez, engranar todas las áreas, cuando usualmente cada una trabaja por su lado. De esta manera podemos ver la rentabilidad completa del negocio, las oportunidades que hay en el mercado, los nuevos desarrollos, entre muchas otras cosas.
¿Cómo ves el mercado de los productos que manejas?
Hay muchas marcas que ya están posicionadas. A mí me toca empezar a desarrollar marcas totalmente nuevas, pero creo que, con las ganas y el soporte de las otras áreas, podemos hacer un trabajo excelente y lograr los objetivos.
¿Siempre has trabajado en marketing?
Cuando decidí estudiar en la Universidad de Lima, mi sueño era trabajar en áreas de responsabilidad social o comunicación corporativa, pero cuando empecé a asumir posiciones de mayor responsabilidad, que implicaban manejo de equipo y donde las decisiones y estrategias en general dependían de mi conocimiento y mi capacidad, me di cuenta de que la parte numérica era una de las armas clave para seguir creciendo. Vi que el marketing era muy importante en mi trabajo. En la posición que tengo, no se puede prescindir de los números.
¿Cuándo empezaste a trabajar?
Empecé muy joven, cuando estaba en tercer ciclo, porque tenía la ilusión de ser parte de una empresa. Mis primeras prácticas fueron en Telefónica, en el área de Recursos Humanos. Estuve ahí unos seis meses. De allí pasé por el área de Marketing del BCP, que me permitió saber hacia dónde quería dirigir mi carrera profesional. Y antes de eso estuve en Tondero, la productora de películas peruanas. Ahí me contrataron apenas terminé la Universidad, veía marketing y también la parte comercial. Eso me permitió darme cuenta de que todo marketero debe estar vinculado con ventas.
También estuviste en Niubiz, ¿verdad?
Sí, trabajé en el sector de banca y tecnología. El reto era relanzar la marca, porque Niubiz se llamaba antes Visanet, el procesador de medios de pago de Visa. Si bien era el típico POS, teníamos que enfocarnos en un trabajo de branding para lograr una migración a un equipo que acepta todas las tarjetas. Luego me llamaron para trabajar en Qroma, empresa que vende pinturas para embarcaciones marinas, pistas, proyectos del Estado, etcétera.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Me encanta viajar. Soy arequipeña, toda mi familia vive allá, solo yo estoy en Lima; entonces aprovecho mis tiempos libres para viajar y estar con ellos. Cuando estaba en la Universidad, aprovechaba las vacaciones de verano y de julio para visitarlos. También me encanta montar bicicleta, principalmente los fines de semana o cuando tengo un espacio libre. Me encanta leer de todo, eso me permite sacar nuevas ideas para campañas, conceptos y lo que vaya a crear.
¿Cómo te fue como estudiante en la Universidad de Lima?
Excelente. La etapa universitaria fue muy importante para mí, porque marcó un cambio en mi vida. Vine de Arequipa a los 17 años, para estudiar una carrera, con el temor propio de vivir en la capital, de la que no conocía nada. Sin embargo, las personas que conocí, las clases y el espacio universitario me permitieron adaptarme rápidamente. Ya tengo 12 años en Lima, y estoy feliz. Hasta el día de hoy tengo mi grupo de amigas Ulima, quienes me ayudaron mucho en mi proceso de adaptación a la vida universitaria. Por otro lado, creo que estudiar Comunicación te amplía mucho la visión de las cosas que puedes hacer y te reta. Es una carrera bastante completa, que me enseñó a ver las cosas desde muchos ángulos diferentes. La Universidad de Lima me brindó todas las herramientas y las amistades que hasta el día de hoy me acompañan.