Muchos jóvenes sienten ganas de cambiar el mundo y poner de su parte para mejorar la calidad de vida de las personas. Fernanda Cabrera, egresada de Comunicación de la Universidad de Lima, es una de esas personas.
Tanto en el colegio como en la Universidad, ha participado en programas de voluntariado y actualmente es analista de comunicación interna y responsabilidad social empresarial en Volvo Group Perú.
Tiene a su cargo dos importantes programas: uno que capacita a las mujeres en la conducción de camiones, las empodera y las hace capaces de participar en un mundo que tradicionalmente ha sido de los varones; y otro de prevención de accidentes con camiones en niños, mediante actividades didácticas relacionadas con la seguridad vial. Fernanda es muy joven aún, pero tiene claro que su futuro laboral está en el desarrollo de programas de responsabilidad social.
¿Cómo se dio la oportunidad de trabajar en Volvo?
Entré a Volvo a través de la Bolsa de Trabajo de la Universidad de Lima. En el 2016, me fui de intercambio a la Universidad de Salamanca, España, y, al regresar, se presentó la oportunidad. Empecé como practicante preprofesional y al año pasé a ser practicante profesional. Ahora estoy como analista de comunicación interna y responsabilidad social, dentro de la división de Recursos Humanos.
¿Qué funciones cumples en Volvo?
A Volvo Group Perú entré en el 2016, pero fue en abril de este año que asumí mi nuevo cargo, el cual incluye desarrollar proyectos de responsabilidad social. Me ha ido muy bien, siempre estoy aprendiendo y, conforme pasa el tiempo, asumo más responsabilidades. Ahora estoy abocada a los proyectos Iron Women y Stop, Look and Wave [‘Para, Observa y Avisa’].
¿De qué se trata Iron Women?
Es un programa cuyo objetivo es capacitar a las mujeres para que se conviertan en conductoras profesionales de camiones y así puedan mejorar su empleabilidad y contribuir a la seguridad vial a nivel nacional. Buscamos chicas con licencia AIIB, mayores de 24 años y con 2 años de experiencia en manejo, como mínimo. Hasta el momento, tenemos 80 mujeres capacitadas y el proyecto ha sido muy bien visto por Volvo a nivel mundial.
¿Qué les ha impactado?
Sucede que es poco común ver a una mujer manejando un camión en el Perú. En otros países, sí. Aquí hemos tenido que convocarlas y capacitarlas. Lo gratificante es que vamos incluyendo a la mujer en un terreno por donde antes no transitaba y, así, ella puede adquirir más posibilidades de desarrollo. Hasta el año pasado, según cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, solo el 0,23% de conductores profesionales a nivel nacional eran mujeres. Este año, ese número ha subido a 0,27%, lo cual nos da mucho gusto, porque estamos seguros de que hemos contribuido a ese cambio.
¿Cómo se desarrolla el programa?
Trabajamos el programa en unión con la Asociación Nacional de Transporte Terrestre de Carga (Anatec) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Está compuesto por cuatro etapas. En primer lugar, Anatec dicta la parte teórica y capacita a las conductoras en primeros auxilios, mecánica básica, reglas de tránsito, etcétera. Luego las chicas tienen cinco horas de instrucción en nuestro simulador y después pasan a la parte práctica con un camión de verdad. Además, pasan dos días en nuestro programa Transformar, que brindamos también como parte de nuestra responsabilidad social y que busca transformar la manera de pensar del conductor, a fin de evitar accidentes. Finalmente, sigue la licencia.
¿Cuáles han sido los resultados del programa?
De las 80 chicas, solo falta que una saque la licencia AIIB. Y ahora estamos trabajando en una segunda parte de este proyecto, la inserción laboral.
¿Te sientes contenta de poder trabajar en este proyecto?
Contenta y orgullosa. También me siento muy satisfecha al ver que a las chicas les encanta el programa, están muy motivadas y sienten la responsabilidad de generar un cambio. Están muy dispuestas a aprender y experimentar en el sector del transporte.
¿De qué se trata el programa Para, Observa y Avisa?
Ese es un programa para niños y está orientado a que tomen medidas de seguridad cada vez que vean un camión en la calle. Lo que hacemos es ir a los colegios cercanos a pistas donde transitan camiones y hay construcciones, y los concientizamos acerca del tránsito y de cómo actuar para estar seguros ante la presencia de un camión. También llevamos los camiones a los colegios para que los puedan ver y les enseñamos las palabras mágicas para cada vez que vean uno: para, observa y avisa. Este programa nació en Suecia y ahora está en la mayoría de países donde Volvo opera. Iron Women, en cambio, nació en el Perú.
¿Qué respuestas han tenido con este programa para niños?
A los niños les encanta también. Trabajamos con chicos de diez años aproximadamente, desde tercero hasta quinto de primaria. Lo hacemos en dos etapas, una dentro del salón, donde se les cuenta un cuento sobre la vida del conductor, cómo son los camiones y cómo debe ser su conducta frente a uno de estos vehículos. La segunda etapa es práctica. Ingresamos un camión al colegio y ellos pueden subir y ver cómo es por dentro, siempre teniendo en cuenta su seguridad. Al final le entregamos material didáctico al profesor.
¿Qué implica estar a cargo de estos dos proyectos?
Básicamente, me encargo de que todo lo que hemos planeado funcione. Para Iron Women realizo todas las coordinaciones, desde contactar a nuestros instructores hasta ver detalles como el material de estudios de las chicas, que tengan sus diplomas, que estén contentas, etcétera. En el caso de los niños es lo mismo, debo fijarme que el camión esté bien, que sea el indicado, que llegue a tiempo al colegio, entre otras funciones.
¿Has tenido una experiencia parecida anteriormente?
Me dedico a la comunicación corporativa y a la responsabilidad social desde mis primeras prácticas, que fueron en el 2015. Ese año viajé a Brasil para un voluntariado de AIESEC, como parte del programa Giramundo. Me dediqué a trabajos de cultura y educación de niños entre 2 y 15 años. Trabajamos en una especie de Inabif, pero en Brasil.
¿Has realizado voluntariados también en el Perú?
Sí, claro. Participé en el Movimiento de Vida Cristiana, donde realizamos varias actividades. He estado involucrada en este tipo de causas desde que estaba en el colegio y luego también en la Universidad.
Y en tu trabajo también…
Sí, me gusta el trabajo de responsabilidad social, es muy gratificante. Amo mi carrera y me gustaría seguir desenvolviéndome en este tema, seguir ideando proyectos que a futuro mejoren la sociedad. Esa siempre ha sido una de mis metas y ahora siento que tengo una oportunidad gigante.
¿Qué te pareció tu carrera en la Universidad de Lima?
Excelente. Es más, la Universidad de Lima, además de mis padres, me ha generado muchas oportunidades. Gracias a la Universidad he podido viajar a España de intercambio y conseguir ser parte de esta superempresa por medio de la Bolsa de Trabajo. Además, los profesores de la Carrera me han ayudado mucho, en todo sentido. Estoy muy agradecida.