Las hermanas Wendy y Keriban Girón provienen de una familia de emprendedores, tal vez por eso tuvieron el valor y el empuje para crear su propia empresa, a tan corta edad. Wendy estudió Administración en la Universidad de Lima y Keriban está en los últimos ciclos de Comunicación de esta misma Casa de Estudios. Juntas hacen funcionar Golden Carpet, empresa dedicada a la organización de eventos corporativos y sociales.
¿Cómo así incursionaron en el negocio de los eventos?
Wendy: Desde que entré a la Universidad para estudiar Administración tenía la idea de poner una empresa alguna vez y trabajar para mí misma. Al terminar mis estudios, en el 2014, ingresé a trabajar en una empresa de marketing y me gustó mucho. Pero, en realidad, lo que yo quería era crear mi propia empresa, así que observé el mercado y encontré que ahora hay un boom en la organización de eventos corporativos (para empresas) y sociales (bodas, quinceañeros). Y como me gusta todo lo referente a organización y vida social, pensé que ese era mi camino. Casualmente, llegó la oportunidad de organizar un evento.
Keriban: Estaba practicando en la producción del programa Doctor en Familia, de Panamericana Televisión, mientras mi hermana avanzaba con la constitución formal de su empresa de eventos. De pronto, un día nos dijeron en el programa que teníamos que organizar un desayuno navideño con show infantil para un albergue de niños y yo les recomendé a Wendy, así que ella lo hizo.
¿Cuál fue el siguiente cliente?
Wendy: Al día siguiente del evento de Panamericana me enteré de que la compañía Electroandina requería con urgencia el servicio de una organizadora de eventos, entonces me presenté y caí en el momento preciso porque solo tenían una semana para planear todo. Ahí me dije: la vida me está llevando por lo corporativo; con esto ya tendría fotos y videos para presentar a otros clientes. Ese fue el inicio de mi empresa.
¿En qué momento entró Keriban?
Keriban: Yo entré a formar parte de la empresa al ver el volumen de trabajo de mi hermana. Empecé haciendo el diseño de Facebook, ya que había llevado cursos de diseño gráfico en la Universidad y, además, en el trabajo me encargaba de manejar las redes sociales, así que se me hizo fácil. Empecé ayudando a Wendy a conseguir las mesas o cualquier otra cosa que necesitara, y así fui entrando a la empresa, por pura necesidad. Yo sé de marketing y publicidad, y ella de administración; somos el complemento perfecto.
Wendy: Entró a trabajar en enero, pero todo formalmente y con papeles en la notaría, para evitar cualquier problema entre hermanas.
¿Qué otros eventos han realizado hasta ahora?
Wendy: En enero, organizamos dos bodas. Me gusta lo corporativo, pero también realizamos eventos sociales. Una fue en Cieneguilla, una boda campestre, y la otra fue de noche, en un salón de recepciones. Ambas por recomendaciones de familiares.
Ustedes provienen de una familia de emprendedores, ¿qué negocio tiene la familia?
Wendy: Mi papá tiene una constructora, hace obras civiles, como puentes, carreteras, colegios.
Keriban: Mi papá no ha tenido las facilidades de otras personas para hacer su empresa. Él estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Cajamarca y, sin ayuda ni apoyo de nadie, supo salir adelante solo.
¿De qué manera ha influenciado su papá en ustedes?
Wendy: Desde pequeñas siempre nos decía que estudiemos lo que nos gusta, jamás nos exigió nada y siempre nos incentivó a trabajar para nosotras mismas. Por supuesto, siempre me alentó en este proyecto.
¿Qué experiencias les ha traído manejar su propia empresa?
Wendy: Ser empresario es duro. No existen las facilidades ni la seguridad que se tienen al trabajar para una compañía que te paga el sueldo, tienes que conseguirte todo. Incluso tuve que sacrificar algunas cosas y renunciar a mi trabajo, para dedicarle a este negocio el 100% de mi tiempo. Ahora, estoy coordinando un evento para el grupo San Pablo y otro más para Sun Chemical, por sus aniversarios. Y si el contacto del área comercial me pide una reunión para dentro de una hora, tengo que dejar todo y cumplir. Si yo estuviera trabajando en paralelo, para otra empresa, no podría hacer eso.
¿Qué dificultades han encontrado en el camino?
Keriban: No todo es felicidad. En enero, por ejemplo, después de los dos eventos que organizamos, ya no tuvimos más. En febrero tampoco. Estuvimos llamando a una lista enorme de empresas para ofrecer nuestros servicios. Mi papá nos bromeaba diciendo que trabajábamos para un call center. Algunas empresas nos decían que no hacían eventos y otras nos decían que sí, pero que debíamos mandarles una carta de presentación. Wendy había hecho una presentación feíta (risas) y no nos llamaban. Luego yo hice otra, mejor diseñada, y empezamos a pedir reuniones de frente, ya no les pedíamos un correo para mandar nuestra carta, les decíamos para almorzar o desayunar juntos y presentarles nuestro trabajo. Teníamos claro que, así nos gastemos el último sol, tenía que salir un contrato. También hice un video corporativo, busqué en internet una página gratuita para colgarlo y ya teníamos cómo mostrar el video. Así, les dábamos confianza a los posibles clientes de que podíamos hacer algo bonito.
¿Qué van a hacer ustedes que las distinga de otros negocios como el suyo?
Keriban: Algunas empresas demoran en mandar sus proformas, nosotras no, todo lo hacemos rápido y nada lo hacemos por hacer. No podemos entregarle cualquier cosa a un cliente, siempre hacemos las cosas bien o no lo hacemos, eso es algo que mi papá nos inculcó desde pequeñas.
Wendy: Además, actuamos como aliados estratégicos para mejorar el clima laboral.
Keriban: También estamos ofreciendo que una persona haga entrevistas muy ligeras y graciosas entre los asistentes al evento, algo así como el programa Polizontes, y al final, les damos el video. También estamos pensando hacer buzones personalizados de la empresa que nos contrata y de la nuestra, en donde cada persona reciba algo pequeño, con datos puntuales.
¿Cuál ha sido la respuesta ante esta propuesta?
Wendy: A los clientes les ha interesado. Sobre todo, el hecho de decirles que somos sus aliados estratégicos, porque sienten un apoyo. Pienso que nos va a ir bien.