Con motivo de los 100 años del nacimiento de Roland Barthes (1915-1980), la Casa de la Literatura Peruana organizó un homenaje a este trascendental escritor, filósofo, ensayista y semiólogo francés que destacó por su mirada cuestionadora y por su fijación en un amplio abanico de temas que van desde la organización de la sociedad y su influencia en los individuos hasta el estudio del lenguaje, pasando por la denuncia de los poderes, la crítica cultural, el cine, la publicidad, la fotografía, la literatura, los deportes, los automóviles, el consumo de vinos, los viajes, las realidades de los países, etcétera. Su producción bibliográfica incluye títulos emblemáticos como El grado cero de la escritura, El susurro del lenguaje, más allá de la palabra y la escritura, Escritos sobre el teatro, Elementos de la semiología o Introducción al análisis estructural de los relatos. Ellos son un reflejo cabal de la intensa relación entre Barthes, la actividad intelectual y la vida.
En esta actividad participaron Óscar Quezada, rector de la Universidad de Lima y semiólogo; Santiago López, docente de la Ulima y semiólogo; y Sandro Chiri, poeta y crítico literario que ejerció de moderador.
López afirmó que Barthes, de seguir vivo, se volcaría con fervor a analizar los cambios propiciados por los avances tecnológicos, e incluso cuestionaría los enunciados que él formuló décadas atrás debido a las transformaciones sociales y culturales propiciadas por la irrupción digital. López acotó: “Prácticamente todas las manifestaciones de la existencia podían despertar el interés intelectual y vital de Barthes”.
Por su parte, Quezada señaló que Barthes tuvo un auténtico amor por la literatura, se caracterizó por su intolerancia a los estereotipos y fue una figura fundamental en la aparición de la nueva crítica cultural e intelectual, además de un “inspirado e ingenioso practicante del ensayo, pero también del antiensayo”.
Nuestro rector agregó que sus complejos y sofisticados enunciados apelaban a neologismos y aforismos, a veces a modo de consignas políticas. Luego, con el fin de graficar lo que estaba exponiendo, Quezada leyó varias frases acuñadas por Barthes. Algunas de ellas fueron: “El lenguaje es una legislación”, “La lengua es código”, “La lengua implica una relación fatal de alienación”, “Solo se podría salir del lenguaje al precio de lo imposible: la singularidad mística” y “La literatura: hacer trampa con la lengua”.
Quezada añadió: “Para Barthes, el lenguaje, en cuanto objeto, ya es texto. Y en cuanto texto, un tejido de códigos”.