Nos ha dejado uno de los semiotistas más brillantes: el italiano Paolo Fabbri falleció a los 81 años el 2 de junio. Él tuvo una relación cercana y fructífera con la Universidad de Lima: visitó nuestro campus en 2014 y 2017, ofreció ponencias, y se desenvolvió con su reconocida creatividad intelectual, sentido crítico, generosidad y sencillez. En la última ocasión, fue nombrado profesor honorario de nuestra Casa de Estudios.
Es tal su trascendencia académica que Paolo Fabbri y Umberto Eco (1931-2016) son considerados los más importantes intelectuales en la historia semiótica de Italia. Ellos fueron grandes amigos y colegas. En su célebre novela El nombre de la rosa, Eco incluso creó un personaje basado en su compañero: Paolo de Rímini es el nombre del bibliotecario de la ficción (Fabbri nació en la ciudad de Rímini).
El lazo entre Fabbri y la Universidad de Lima es de larga data. El vínculo se forjó principalmente por su amistad con Desiderio Blanco, profesor emérito y exrector de nuestra Casa de Estudios. Ellos se conocieron a través del maestro Algirdas Greimas, fundador de la Escuela de París, la cual se centra en la semiótica de tradición estructural generativa.
Luego las relaciones fraternales con Fabbri se extendieron a Óscar Quezada, semiotista, filósofo, comunicador, presidente de la Asociación Peruana de Semiótica y rector de la Universidad de Lima. En distintos seminarios y congresos internacionales, Blanco y Quezada estrecharon los vínculos con el italiano, lo que fomentó las participaciones conjuntas en eventos y publicaciones.
La amistad y la pasión por la semiótica dieron pie a las visitas de Fabbri a la Universidad de Lima. En 2014, él disertó sobre los camuflajes, los juegos de simulacro y las estrategias de aparición y desaparición, que pueden ser puestas en práctica por los seres humanos en una situación de guerra o por los insectos para no ser vistos por los depredadores. En 2017, el estudioso analizó el fenómeno de los zombis y comparó su sistema de funcionamiento con el modelo democrático de la realidad.
La influencia de Fabbri no termina en sus cátedras. En los últimos años, él se convirtió en un puente entre los semiotistas de la Universidad de Lima y la academia italiana, especialmente de Urbino y Palermo.
Innovaciones semióticas
A pesar de haber sido amigos y colegas, Paolo Fabbri y Umberto Eco no compartieron la misma ruta semiótica. La tradición forjada por Eco está marcada por la filosofía y el pensamiento de Charles S. Peirce, mientras que Fabbri se alejó de ese punto de partida y abrazó la tradición lingüística y estructural de la semiótica de Greimas y Ferdinand de Saussure.
De este modo, Fabbri fue el principal impulsor de esta escuela en Italia. Pero él no fue un seguidor ciego de las propuestas de Greimas: Fabbri desafió su modelo teórico desde diferentes estudios, sobre todo, desde el análisis del arte, la estética y los medios de comunicación, e incorporó en sus reflexiones las pasiones, un tema que Greimas alcanzó a perfilar en sus días finales.
Además, Fabbri introdujo la reflexión sobre el concepto de semiósfera del ruso Yuri Lotman. Este aporte lo impulsó a construir una visión innovadora de la especialidad y a plantear lo que él llamó el giro semiótico, el cual va desde las estructuras a los fenómenos de sentido.
Convencido del valor del trabajo interdisciplinario, Fabbri propuso una semiótica colaborativa y abierta al diálogo con otras ciencias. Esta vocación de apertura, reinvención, creatividad y crítica es uno de los rasgos más notable de su legado.
El maestro Fabbri nos acompañará siempre a través de sus escritos, ideas y propuestas intelectuales.