Hace cinco años se inauguró el Centro Cultural de la Universidad de Lima, un espacio con propuestas artísticas multidisciplinarias que han motivado la reflexión entre los espectadores. Ha sido también un motivo para que la comunidad Ulima y las personas que habitan esta zona de la ciudad consuman arte, con las facilidades que supone movilizarse en tramos cortos en el tráfico de la capital.
Desde su creación, ha presentado alrededor de 40 espectáculos escénicos y 20 exposiciones de arte. Y en pandemia ha desarrollado un trabajo virtual que ha convocado la atención de personas del interior del país y del extranjero.
Próximamente, el objetivo es fortalecer el sentido de comunidad universitaria y mostrar más nuestra diversidad cultural, con conversatorios y diversos espacios de reflexión. Katerine Rodríguez, directora del Centro Cultural de la Universidad de Lima, nos comenta más en la siguiente entrevista.
¿Cuál es el balance de los primeros cinco años del Centro Cultural de la Universidad de Lima?
Abrir este espacio ha sido una apuesta muy interesante para la Universidad de Lima y ha sido muy provechoso para integrar las diversas propuestas culturales que ya venía desarrollando la Ulima. Ha sido muy interesante producir, coproducir y en general presentar una variedad de contenidos y actividades de múltiples expresiones artísticas. A lo largo de este tiempo, hemos tenido funciones de teatro, música, danza, circo, stand up, narración de cuentos, exposiciones de arte, conversatorios de cine, etcétera. Hemos presentado alrededor de cuarenta espectáculos escénicos y veinte exposiciones de arte. Hemos planteado diversos temas de reflexión a la sociedad y hemos podido ofrecer una experiencia integrada al público: la temática de la presentación teatral era la misma de la galería de arte. Por otro lado, nos ha interesado mucho, desde un inicio, el trabajo colaborativo. Por eso, hemos sacado adelante varios proyectos realizados por diversas áreas de la Universidad. Hemos llevado a cabo la Semana del Cine, además de conversatorios, visitas guiadas y clases maestras en coordinación con otras instancias de la Universidad. También hemos trabajado con aliados externos. Desde el 2016, venimos coordinando con los principales centros culturales de Lima para llevar a cabo el FAE Lima, que es un festival grande de artes escénicas, representativo de la ciudad y ejecutado bajo una formula única de colaboración. También venimos trabajando de la mano con el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico en la producción de una obra familiar virtual, y con la Fundación Universitaria Iberoamericana hemos realizado varias exposiciones de arte con obras españolas. Hemos tenido obras de Salvador Dalí y de Joan Miró, además de Antoni Tàpies, que no se habían presentado en Lima.
Ubicarse dentro del campus Ulima generó un mayor consumo de eventos artísticos y culturales por parte de los estudiantes.
Exactamente, estar dentro del campus nos ha permitido tener una gran participación de la comunidad Ulima. Han tomado parte en los conversatorios, en las obras de teatro y en las exposiciones de arte. También en clases preparadas específicamente para ellos. En los espectáculos, ellos tienen la facilidad de la tarifa preferencial Ulima. Estábamos muy interesados en que la comunidad Ulima en general estuviera mucho más cerca de nuestros contenidos y de nuestras actividades, lo cual hemos logrado. Y no solamente los hemos tenido como público, pues nos hemos beneficiado con colaboraciones de los docentes y de los alumnos de diferentes maneras. Por lo menos cincuenta estudiantes han realizado sus prácticas en el Centro Cultural, han atendido en el teatro y han participado en la producción de las obras.
¿Cómo ha sobrellevado la pandemia el Centro Cultural?
La pandemia nos ha distanciado físicamente, pero también nos ha permitido acercarnos en otro sentido. Hemos recibido colaboraciones del extranjero, de especialistas que en otras épocas no habíamos podido detectar. Esta integración e interconexión es algo que nos gustaría afianzar. Estamos trabajando algunos proyectos en conjunto, tratando de unir y potenciar esfuerzos que ya se venían desarrollando, viendo la posibilidad de darles una mayor difusión para conectar con un público más amplio dentro y fuera de la Universidad, además de ver la posibilidad de abrir espacios para colaboraciones interdisciplinarias. Por otro lado, hemos sido muy cuidadosos con los contenidos, con el trabajo gráfico y audiovisual durante la pandemia. No poder llevar a cabo actividades presenciales nos ha permitido tener toda una producción de contenidos puramente virtual. Nuestro escenario presencial pasó al virtual y digital, y nos permitió plantear contenidos distintos.
¿Cuáles fueron estos nuevos contenidos virtuales?
Iniciamos la realización de microprogramas con contenido artístico, pero también educativo. Dábamos a conocer diversos detalles del sector artístico, las especializaciones de los profesionales del arte, los diferentes oficios y todo lo que está detrás de lo que el público normalmente ve. También hemos ofrecido una serie de recomendaciones alrededor de diferentes productos artísticos. Hemos gestionado microprogramas con bastante rapidez, así como algunos concursos o convocatorias para el sector artístico.
¿Cómo fue la recepción de estas propuestas nuevas?
Nos alegró mucho poder llegar a públicos distintos. Hemos tenido participación de público de provincias e incluso de fuera del Perú. Ese ha sido un alcance que no esperábamos, y nos interesa mucho mantener ese contacto. Debemos encontrar una fórmula mixta que permita mantener esa virtualidad en una etapa presencial. Creo que los contenidos virtuales llegaron para quedarse.
El Centro Cultural generó un nuevo espacio de consumo de obras artísticas en una zona de Lima que carecía, precisamente, de este tipo de trabajos.
Sí, ese fue uno de los objetivos: dinamizar esta zona de la ciudad, descentralizar el arte, que normalmente está en zonas como Miraflores, por ejemplo. Sin duda, ese ha sido uno de los logros.
¿Qué se viene a futuro?
En primer lugar, queremos fortalecer el sentido de comunidad que tiene todo centro cultural y de servicio a la comunidad. Nos interesa mucho proponer espacios y actividades de encuentro e integración que respondan a las necesidades de estos tiempos. Otra de las cosas que vamos a desarrollar es contenidos que nos permitan mostrar más de nuestra diversidad cultural, desarrollar conversatorios que nos permitan acercarnos, interactuar y reflexionar acerca de distintas realidades, propias de un país multicultural como es el Perú. Eso es algo que hemos iniciado este año, en el marco del bicentenario, y que continuaremos desarrollando. Por otro lado, estamos viendo la posibilidad de grabar de manera presencial, porque todo este tiempo lo hemos estado haciendo de forma remota. Hemos enseñado a nuestros colaboradores a grabarse a sí mismos.
¿Qué representa para ti estar al frente del Centro Cultural de la Universidad de Lima?
Es un gran honor y también una gran responsabilidad, sobre todo con este concepto de servicio. Eso implica prestar mucha atención a las mayores necesidades de la sociedad. El arte siempre ha estado enfocado en el desarrollo integral de la persona.