Hace cinco años se creó el Centro Cultural de la Universidad de Lima. Desde entonces ha ofrecido a la comunidad obras teatrales, de música, danza, circo, stand ups, narración de cuentos, exposiciones de arte, conversatorios de cine y mucho más. Ha generado un interesante movimiento cultural, con espectáculos que invitan a la reflexión, plantean temas de actualidad y nos presentan diversas miradas de un mismo tema.
La pieza teatral con la que se inauguró la sala fue Flora Tristán, de Sebastián Salazar Bondy, dirigida por Roberto Ángeles. “La obra planteaba el tema de la mujer y abarcaba una mezcla de lenguajes, que es una de las propuestas del Centro Cultural. Además de la parte teatral, había danza y proyecciones de videos. Fue acompañada de una muestra de la artista María María Acha-Kutscher, sobre la participación de las mujeres en eventos de lucha social”, comenta Katerine Rodríguez, directora del Centro.
Katerine recuerda que el Centro se abrió en el mes de septiembre del 2016, con una marcha blanca, todas las funciones de ese año fueron de ingreso gratuito. El impacto fue muy positivo, fue una celebración de una nueva vida cultural de la que gozaba no solo la comunidad Ulima, sino toda Lima.
“Alejandra Jáuregui era la directora del Centro Cultural. Fue ella quien armó el proyecto y la propuesta sobre la cual seguimos trabajando. Ella formó la estructura del equipo de trabajo, que es una de las fortalezas del Centro Cultural, pues todos son muy talentosos, todos egresados de la Universidad de Lima”, rememora Katerine.
Además de Flora Tristán, el Centro acogió un proyecto de la directora de teatro Rocío Tovar, que montó una adaptación de la película Los Perros. Fue una apuesta muy interesante, por la calidad de los actores, la directora y por los efectos especiales. Cada función tuvo lugar a sala llena.
Cabe indicar que, en todos los casos, el Centro Cultural trabaja en coproducción. Es decir, brinda no solamente la sala, sino también su apoyo en la difusión y en la empaquetadura gráfica y audiovisual con la cual se presenta la obra. Se recibe al equipo artístico con mucho cariño y muchas expectativas frente a la realización del nuevo proyecto.
Por otro lado, también se han llevado a cabo producciones propias. El concurso de dramaturgia Teatro Lab, organizado por el Centro Cultural de la Universidad de Lima, ha puesto en escena las obras ganadoras. Así, se presentó Zombie, de Daniel Dillon, dirigida por Carlos Tolentino; y El hombre intempestivo, de Carlos Gonzales Villanueva, dirigida por David Carrillo.
Por otra parte, en el Centro Cultural se han montado espectáculos de danza, circo, shows de magia con el Mago George, presentaciones de narración de cuentos con François Vallaeys, conciertos musicales, algunos de estos a cargo de Lucho Quequezana y otros con bandas y grupos representantes de diferentes géneros musicales. También se llevó a cabo un ciclo de stand up con El Club de la Comedia. En sus primeros cinco años, el Centro Cultural de la Universidad de Lima ha ofrecido un abanico de propuestas escénicas.
Imposible olvidar la muestra de grabados “Dalí frente a Miró: pinceladas de música y sueños de papel”, que fue traída al Perú por la Obra Cultural de Funiber, el brazo cultural de la Fundación Universitaria Iberoamericana, con el auspicio de la Embajada de España.
Lo último que se presentó, antes de la pandemia, fue la comedia negra El hombre intempestivo, dirigida por David Carrillo. Y durante la pandemia, en marzo de este año, la dirección ejecutiva del Festival de Artes Escénicas de Lima recayó en el Centro Cultural de la Universidad de Lima. Esto se trabajó, como siempre, en conjunto con el Centro Cultural de la PUCP, el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, el Teatro Británico, el Teatro La Plaza, el Gran Teatro Nacional, el Centro Cultural de España y el Ministerio de Cultura.
Fue un reto asumir esta tarea en pandemia y un gran aprendizaje al mismo tiempo. Hubo que replantear la puesta en escena y llevar a cabo una edición virtual. Lo positivo de la virtualidad es que esta vez no solo se llegó al público de Lima, sino también a varias regiones del Perú y a otros países, inclusive.
En cuanto al grupo de trabajo del Centro, hay un equipo base que se mantiene desde el inicio. “Varios de nosotros ingresamos en el 2016 y continuamos hasta hoy. Pero sí ha habido un cambio constante entre los practicantes, que son estudiantes de la Universidad. Ellos se desempeñan como gestores de atención en sala e intervienen en las labores de producción de los espectáculos, en diseño gráfico, audiovisual y en contenidos para las redes sociales. Hemos tenido alrededor de cincuenta practicantes en estos cinco años”, comenta Katerine.
El Centro Cultural Ulima seguirá desarrollando contenidos que muestren nuestra diversidad cultural, a través de conversatorios, para interactuar y reflexionar sobre las distintas realidades que conviven en el Perú.