Creación artística durante la pandemia

El sector artístico ha sido afectado gravemente por la pandemia de la COVID-19 y, sin duda, será de los últimos en reactivarse. Alejandra Jáuregui, directora del Centro Cultural Ulima, explica esto, pero también comenta los nuevos formatos que han surgido y cuánto aprenderemos de esta crisis. Todo ello en la serie de videos Qué futuro quieres construir. Nos dice Jáuregui:

“El estado de aislamiento social en casi todo el mundo dejó truncas muchas de las actividades artísticas, lo cual generó graves perjuicios económicos y socioculturales. Se cerró el 95 % de los casi 60.000 museos que hay alrededor del mundo y se declararon en quiebra muchas instituciones importantes, entre ellas el Circo del Sol”.

Además, señala que en el Perú –de acuerdo con cifras del Ministerio de Cultura– la pérdida del sector cultural entre marzo y junio supera los 160 millones de soles. Esta cifra impacta directamente en las casi 50.000 empresas, la mayoría pymes, y los más de 600.000 trabajadores que conforman el sector.

Los festivales también se vieron perjudicados. En plena realización del Festival de Artes Escénicas, este se tuvo que cancelar. También, la paralización de tantas otras actividades artísticas ha afectado la vida sociocultural y la continuidad del ejercicio profesional de los artistas. 

Pero, según ella, no todo es negativo. Destaca el hecho de que los artistas y gestores culturales estén explorando el uso de las herramientas digitales, las cuales se han convertido en una vía fundamental de creación y de conexión con el público. Además, se está generando un híbrido entre lo escénico, lo cinematográfico y lo virtual, que abre un nuevo camino de creación. 

Alejandra Jáuregui declara que muchas veces se considera la cultura como la última rueda del coche, desde el punto de vista económico. Sin embargo, desde una óptica social, “es la primera rueda sobre la que se sostiene el pensamiento crítico, el desarrollo humano y el bienestar de un país”. 

Una nueva realidad

En opinión de Jáuregui, este proceso de investigación y experimentación, producto de un momento durísimo, generará cambios positivos, dará lugar a nuevos formatos, nuevos procesos de creación y nuevas formas de consumir actividades artísticas. Y concluye así la directora del Centro Cultural Ulima:

“Más adelante, regresaremos con nuevas herramientas. Aprenderemos a conectarnos mucho más y a crear juntos nuevos formatos. Resistiremos, aprenderemos, crearemos. De forma conjunta con el público, viviremos el arte plenamente en el medio o plataformas que nos parezcan convenientes”.