El 19 de febrero, investigadores del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC) y del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), con el apoyo del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA), presentaron en nuestra Casa de Estudios los objetivos de una investigación en curso que busca transformar los residuos langostineros para reintegrarlos al proceso económico, con el propósito de reducir las emisiones de metano.
Jorge Sanabria, director del Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible de la Ulima (CEDS), afirmó que, según el diario El Comercio, la industria langostinera se incrementó en un 10,3 % en octubre del año pasado y que, por ello, la cantidad de residuos de este producto ha llegado a 40 %. Javier Quino, uno de los investigadores, ve la situación como una oportunidad para una propuesta de economía circular en esta industria:
“Cuando tenemos más producción, hay más residuo. Esto se presenta como una oportunidad si aprovechamos los restos de langostino, los cuales sirven como proteínas para animales o como fertilizantes. La idea es fragmentar las proteínas en cadenas solubles y concentrarlas a través de una membrana que produzca el polvo de proteína; además, se produciría quitina con los restos de esa filtración. Como productos finales podríamos obtener un alimento balanceado para los peces y un hidrocoloide que nutra a las semillas y potencie la agricultura”.
Adicionalmente, Jessie Vargas y Kryss Vargas, representantes del INIA e investigadoras de este proyecto, explicaron en detalle el proceso químico para la obtención de este producto sostenible. La Ulima, por su parte, reafirmó su compromiso con la producción de conocimiento científico que aporte a un cambio sostenible en la comunidad.