El “Sistema electroquímico para la producción de ferrato y la utilización directa de sus iones”, de Javier Quino Favero; la “Máquina para hilar algodón nativo de color”, de Ludwig Declerq Pedraza y Jorge Luis García Silva; el “Sensor electroquímico para la detección selectiva de arsénico en medios acuosos”, de Juan Carlos Morales Gomero y Rodrigo Coquis Sánchez-Concha; y el “Destilador solar tipo cascada modificado”, de Erich Arturo Saettone Olschewski, tienen tres cosas en común: son las primeras solicitudes de patentes de la Universidad de Lima, las cuatro surgieron como investigaciones preparadas para el Instituto de Investigación Científica (IDIC) y todas ellas han sido seleccionadas en el XIV Concurso Nacional de Invenciones 2015.
Este concurso, organizado por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) en coordinación con el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), tiene como propósito estimular la creatividad, ingenio y espíritu inventivo de los peruanos para la concepción y desarrollo de productos, tecnologías o inventos susceptibles de ser protegidos mediante el uso del sistema de patentes en el Perú.
Han sido 150 los proyectos seleccionados por la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías (DIN) del Indecopi. De ellos, 51 inventos corresponden al sector académico: Universidad Nacional de Ingeniería (28), Pontificia Universidad Católica del Perú (13), Universidad de Lima (4), Universidad Privada del Norte (4, a través de sus sedes de Lima y Cajamarca), Universidad Particular de San Martín de Porres (1) y la Universidad Nacional Hermilio Valdizán (1).
Del IDIC para el mundo
Cabe resaltar que la Universidad de Lima es la tercera universidad con mayor cantidad de proyectos seleccionados en este concurso, y que si se divide la cantidad de patentes entre la cantidad de facultades de ingeniería por universidad, es la que más patentes tiene por facultad de ingeniería. Ahora estas patentes seleccionadas entrarán a competir para ver cuál es la mejor a nivel nacional en cada categoría, y si llegan a conseguirlo obtendrán el derecho de viajar a Suiza para participar en el Concurso Mundial de Inventos.
El “Sistema electroquímico para la producción de ferrato y la utilización directa de sus iones”, seleccionado en la categoría “Minería y metalurgia”, es un reactor electroquímico que se alimenta de agua y un electrolito, en este caso hidróxido de sodio, y que hace generar una reacción electroquímica que permite que el agua llegue concentrada de iones ferrato. Físicamente lo que se va a ver es que el agua se torna de color morado, y una sola gota de esta solución morada puede descontaminar 100 litros de efluente minero al punto de que se puede beber. Así que el agua puede ser recuperada por la mina y la tecnología tiene el potencial de solucionar el problema del arsénico en el agua en el mundo. Además, consume muy poca energía y puede ser alimentada por un panel solar.
El proyecto de la “Máquina para hilar algodón nativo de color”, seleccionado en la categoría “Utilitarios y otros”, implica un logro importante, pues ninguna máquina podía hilar dicho algodón anteriormente porque se rompía. Debido a cómo funciona, inclusive tiene la posibilidad de acondicionarse para que el hilo sirva para hacer casacas, jeans, polos, etcétera.
El “Sensor electroquímico para la detección selectiva de arsénico en medios acuosos”, seleccionado en la categoría “Medio ambiente”, soluciona el problema que había para cuantificar cuánto arsénico hay en una masa de agua, pues se tenía que llevar una muestra a un laboratorio y hacer los estudios en un equipo gigante. Los equipos pequeños y portátiles que hay hoy en día no son tan sensibles; es decir, revelan cuánto arsénico hay, pero cuando existe una cantidad relativamente grande. No obstante, los límites máximos permisibles, o sea, cuánto puede tener el agua para beberla sin afectarlo a uno, no pueden ser detectados por ellos. Este sensor es selectivo, si hay otras cosas solo detecta el arsénico, y es de muy pequeño tamaño, mide 1 cm x 1 cm; sin dejar de mencionar que el sistema electrónico para que funcione es del tamaño de un celular. Se puede llevar a campo y ahí mismo efectuar las pruebas.
Finalmente, el “Destilador solar tipo cascada modificado”, seleccionado en la categoría “Energía y transporte”, es un destilador solar en el que se destila agua —que puede ser agua contaminada o agua de mar— y es alimentado por energía solar. Tiene unos tubos de borosilicato al vacío y una disposición geométrica y mecánica que permite que se optimice la captación de los rayos solares. Es así que destila agua más rápido que los métodos convencionales.
Todos estos proyectos constituyen parte del apoyo que realiza la Universidad de Lima, a través del IDIC, para el mundo. Pueden conocerse otros proyectos del IDIC aquí.