La crisis por COVID-19 tendrá un impacto severo en la pobreza y la desigualdad. Las estimaciones del Banco Mundial, analizadas por Loayza (2020) y Mahler et al. (2020), sugieren que la contracción económica empujará a 71 millones de personas a la pobreza extrema, medida en la línea de pobreza internacional de USD 1,90 por día [1]. En un escenario pesimista, el estimado aumenta a 100 millones. Esto hará que el 2020 sea el primer año desde 1998 en que aumente la tasa global de pobreza (Mahler et al., 2020).