19 de Agosto de 2024

Abogada Ulima promueve la conciencia ambiental en la selva

Mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Lima, Andrea Rivera Yalán jamás imaginó que se convertiría en maestra de secundaria en la comunidad awajún de Wawas, en Bagua, Amazonas. Para ella, es sumamente gratificante observar cómo, gracias a su dedicación, los niños comienzan a comprender sus derechos y a desarrollar una conciencia ambiental.

Por su labor, fue invitada recientemente a participar en el Climate Change Summer Camp, organizado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP 29, en Azerbaiyán. Para ella, esta fue una experiencia enriquecedora y transformadora. Participó en charlas y talleres junto a educadores de 54 países, y compartió sus experiencias como docente y agente de cambio en la Amazonía peruana. En noviembre, asistirá a la COP 29, donde líderes mundiales y ministros establecerán acuerdos para mitigar el cambio climático y fomentar la sostenibilidad global.

¿En qué consistió tu participación en el Climate Change Summer Camp de la COP 29, en Azerbaiyán? 
Además de asistir a charlas y talleres, tuve la oportunidad de compartir el trabajo que realizo como maestra de Enseña Perú en una escuela secundaria de la comunidad nativa Wawas, en el distrito de Imaza, en Bagua, Amazonas. Este colegio tiene alrededor de 220 alumnos, de los cuales el 50 % son nativos awajún y el resto mestizos. Yo enseño política y derecho, y pongo énfasis en que los estudiantes conozcan sus derechos y desarrollen una responsabilidad ambiental. También organizo exposiciones de arte en espacios públicos, donde los alumnos presentan obras basadas en temáticas ambientales y en campañas como la limpieza del río. Lo que más valoré de mi experiencia en el Climate Change Summer Camp fue la oportunidad de intercambiar ideas con educadores de 54 países, lo cual resultó muy enriquecedor para mí.

¿Cómo llegaste a este evento?
Teach for All, una red global presente en seis continentes, me convocó para asistir a este evento junto con dieciséis personas más. Además, participaron representantes de diversas organizaciones, como la Foundation for Environmental Education (FEE), la UNESCO y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), entre otras. El objetivo era capacitar a educadores en temas de cambio climático para que, al regresar a nuestras comunidades, podamos capacitar a nuestros alumnos y a nuestros colegas. En noviembre de este año, se llevará a cabo la COP29, donde líderes mundiales se reunirán para acordar acciones frente al cambio climático. Este año, por primera vez en la historia de la COP, se ha invitado a educadores, y pertenezco al grupo inaugural que asistirá al evento, todos con el compromiso de implementar una enseñanza centrada en el cambio climático.

¿En qué consiste esta pedagogía?
Nos capacitaron con documentos clave, entre ellos el Greening Curriculum Guidance, que contiene ejemplos de metodologías, teoría y diversa información. Es similar a nuestro Currículo Nacional, pero elaborado por las Naciones Unidas y enfocado en el cambio climático. Con esta base, incorporaré temas de cambio climático en mi curso.

¿Qué te motivó a ser maestra en la selva peruana?
Aunque estudié Derecho y disfruto de mi carrera, mi verdadera pasión es la educación. Enseña Perú tiene un programa de dos años en el que contrata a profesionales de diversas áreas, no necesariamente educadores, y los envía a comunidades vulnerables para enseñar diferentes materias. Así llegué a Bagua. El lugar donde resido es muy vulnerable, carece de servicios básicos y de conciencia ambiental. Hay mucho por hacer.

¿Has observado algún cambio de actitud desde que estás allí?
Hemos notado algunos avances, pero también encontramos resistencia. Por ejemplo, un día descubrimos que habían destruido las obras de arte que los alumnos habían creado. Aunque algunos aprecian los esfuerzos, aún queda mucho por hacer en términos de concienciación. Existen problemas estructurales significativos, como la violencia y los abusos sexuales a menores perpetrados por profesores, alumnos e incluso familiares. No solo enfrentamos el desafío del cambio climático, sino también estos graves problemas sociales.

¿Cómo te sientes al estar allí? ¿Te sientes segura?
En ocasiones siento temor debido a la profunda cultura de violencia que existe. Sin embargo, estoy comprometida con la misión y con los niños. El programa tiene una duración de dos años; normalmente se pasa un año en el lugar asignado y luego se cambia a otro. No obstante, estoy tan involucrada con la Amazonía que podría optar por quedarme un año adicional. Tras completar estos dos años, me gustaría continuar en la red global Teach for All y trabajar en política educativa. 

¿Qué cambios se han dado en ti?
Profesionalmente, esta experiencia me ha permitido crecer mucho. Este trabajo ha sido esencial para el activismo político que planeo llevar a cabo en el futuro. Junto a mi socio, Alfredo Lindley Russo, hemos fundado la ONG PAEDEA (participación, arte, expresión, derecho, educación, amor). La ONG ya está legalmente establecida y pronto iniciaremos proyectos de activismo educativo en comunidades rurales del Perú.

Antes de unirte a Enseña Perú, ¿dónde trabajabas o qué hacías?
Trabajé como asistente legal en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, donde elaboraba informes para el director de Derechos Humanos y respondía a organismos internacionales. Un aspecto fundamental en mi carrera fue mi activismo por la educación en Urubamba, en el Valle Sagrado. Allí gestioné la creación de una radioemisora en una localidad sin acceso a internet ni otros medios de comunicación. A través de la escuela, pusimos en marcha una radio que permitió a los niños expresar sus ideas y a los padres escuchar a sus hijos, lo que fortaleció la conexión entre ellos. Este proyecto recibió un premio del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana, un concurso del Ministerio de Educación que concede premios monetarios para proyectos de innovación educativa.

¿Cómo ha influido tu carrera en Derecho en el campo en el que trabajas?
Creo que mi formación en Derecho ha sido clave. Enseñar a las comunidades sus derechos, especialmente sobre la consulta previa, es esencial. Es necesario que las comunidades nativas conozcan sus derechos y sepan cómo ejercerlos sin recurrir a la violencia, algo que ha ocurrido en muchos casos.

Finalmente, ¿cómo te fue en la Universidad de Lima? ¿Tienes algún recuerdo especial de esa etapa?
La Universidad de Lima no solo me dio mi carrera, sino también grandes amigos que hoy son excelentes profesionales. Por ejemplo, una amiga que estudió Comunicación y que ahora vive en Canadá, ha estado ayudándome con la edición de videos para varios proyectos. Otro amigo de la Universidad colaboró en la gestión del marketing de varios eventos en los que participé. Además, quiero mencionar que, durante mi Maestría en Sociología del Derecho en la Universidad del País Vasco, tuve como asesor de tesis a mi profesor de la Ulima, José Perla Anaya, quien me brindó un apoyo invaluable y sigue apoyándome en todo lo que hago. La Universidad de Lima ha tenido una gran influencia en mi vida profesional y personal.