Nada lo detuvo. Nunca. Incluso cuando parecía que todas las puertas se cerraban, Sergio Tenorio no se dio por vencido y abrió una nueva. Con mucho esfuerzo, dedicación y perseverancia, este egresado de la Carrera de Comunicación de la Universidad de Lima ha venido construyendo —y continúa dirigiendo— un camino que lo llevó a la conquista de sus sueños. Con tan solo 24 años, es socio de 4 empresas que marchan muy bien, ha escrito el primer libro de una saga y quiere demostrar a los demás que no hay meta inalcanzable.
¿Cómo fue tu etapa como estudiante universitario?
Ingresé a Comunicación en el 2010 y egresé en diciembre pasado en el quinto superior. Yo amo mi carrera y le tengo un agradecimiento enorme a la Universidad de Lima, los profesores siempre entendían que yo trabajaba, la relación con ellos siempre fue muy buena. Además, la Universidad me dio una beca-crédito cuando mis padres tuvieron problemas económicos. La Ulima me ha ayudado mucho, me dejaba dar mis exámenes aun cuando no podía pagar a tiempo. Yo dictaba clases de matemática y hasta trabajé como “entrenador” para pagar.
¿Cómo fue tu trabajo de entrenador?
Tenía un alumno de matemática que estaba un poquito subido de peso, así que su mamá me propuso entrenar con él, pagándome lo mismo; yo acepté encantado. Corríamos en el parque, hacíamos planchas, abdominales, etcétera. Luego se sumó otro alumno, era divertido.
¿Cuáles fueron tus primeras experiencias laborales?
Comencé a trabajar para mi amigo Gonzalo Velasco, en AArrow Advertising. Él trajo esa franquicia de Estados Unidos, se trata de una empresa de publicidad, de real marketing. Yo tenía 19 años y era el administrador, trabajamos dos años y medio y luego nos volvimos socios. Abrimos Circuit (2015) e hicimos la campaña digital del candidato a la presidencia Julio Guzmán, fue un boom, nos fue tan bien que nos llamaron muchas empresas para contratarnos. Ahora trabajamos para Industrias San Miguel, Porsche, La Curacao, Tiendas Efe, una app de taxi y otras empresas grandes y pequeñas. Este año creo que vamos a crecer un montón. El mercado es grande en el mundo digital y estamos trabajando en nuevas propuestas para más clientes.
Te ha ido bien en el terreno digital.
Sí, realmente. Después abrí Ítaca, una escuela de liderazgo. Es que cuando buscaba trabajos para pagar mis estudios empecé a dar charlas motivacionales de liderazgo, y emprendimiento y un amigo en Piura me dijo que tenía una empresa que capacitaba a jóvenes y yo me asocié con él y con mi socio en Lima. Ahora ofrecemos talleres para chicos de 18 a 28 años, sobre habilidades blandas: manejo de tiempos, asertividad, oratoria, etcétera. Mucho de lo que enseño es parte de lo que viví en la vida. Luego me hice socio de AArrow y, ahora último, también de Juku Coffee, una cafetería que está en Jockey Plaza. Es muy bonita, cada taza tiene una frase inspiradora.
¿Qué hace exactamente Circuit?
Manejamos redes sociales y páginas web. Hacemos contratos anuales, eso nos da estabilidad para tener una oficina y gente contratada. Tenemos diseñadores, communities, estrategas digitales y diagramadores. Los socios somos Gonzalo, que es de marketing; David Zegarra, ingeniero empresarial, y yo, que soy comunicador y veo las cuentas.
¿Tendrás poco tiempo para ti?
Pero me encanta lo que hago, siempre estuve acostumbrado a trabajar bastante. Todos somos amigos acá, hay gente joven y el ambiente es bueno. No me molesta trabajar un domingo, porque me gusta.
¿Cómo así te animaste a escribir un libro?
Por todo lo que he vivido. El libro se llama Rebeldes y cuenta la historia del Perú en el 2022. El gobierno está afectado por la corrupción y el terrorismo, y un grupo de rebeldes intenta detener un golpe de Estado. Esta gente no mata, pero lucha por un país mejor.
¿Por qué decides estructurarlo como novela?
Porque creía que los chicos no iban a querer leer mi historia, pero sí una novela. Dentro de ella, yo les digo que crean en sí mismos, hablo de la importancia de respetar a los demás, de la tolerancia, de tener confianza para emprender algo, etcétera. Es una saga, porque serán tres libros. Ojalá que un día pueda salir una película. Escribí el libro porque quiero que los jóvenes quieran ser rebeldes en lo positivo. Yo soy rebelde. A mí la vida me dijo: “no puedes estudiar”, “no puedes tener buenas notas, porque tienes que trabajar”, “no tienes tiempo”, etcétera. Sin embargo, lo hice todo.
¿Cómo ha sido el proceso para llevar a cabo la publicación del libro?
Ya está en el registro. No he trabajado con ninguna editorial, porque quiero que el 100% de utilidades vaya a Enseña Perú, que trabaja con profesores profesionales en distintos puntos del país. Si lo hubiera hecho con alguna editorial, me habrían dado solo el 8% del libro, y eso es muy poco si quiero donarlo. Ya en una semana me lo entrega la imprenta. Toda la parte de distribución la hago yo.
El libro ya estará en las redes sociales.
Sí, lo estoy promocionando en las redes, porque ahí está el joven que lo puede comprar. Se venderá en línea y en librerías, pero tenemos que cerrar contrato con un par de ellas.
Tus padres deben estar muy orgullosos de ti.
Espero que sí, todo se lo debo a ellos. Si bien no pudieron darme los recursos económicos para terminar mis estudios, sí me dieron todas las armas para lograrlo, me inculcaron perseverancia, honestidad, afán de superación, respeto a los demás. Todo lo que tengo hoy es por ellos. Y estoy muy contento con lo que hago. Tengo 24 años y siento que puedo contarle algo a un chico de 17 o 20 años, algo que tal vez lo inspire y lo motive a hacer algo por sí mismo y por los demás.
¿Qué proyectos tienes?
Mi sueño es crear un grupo empresarial. Ahora tenemos cuatro empresas y me interesa tener más, porque me interesa influir en las decisiones importantes, tener contacto directo con políticos y tener voz, sin hacer política. Creo que, si manejo varias empresas, dentro de unos años mi opinión puede pesar y eso me interesa. Quiero tener un impacto positivo en el país o en el mundo.
¿Realizas otras actividades además del trabajo?
Salgo a correr en la mañana. Me parece que me abre la mente eso. Doy una vuelta y estoy tranquilo. El balance de la vida es muy importante. También dirijo una comunidad, Milites Christi (soldados de Cristo), en mi parroquia. Yo estoy en la parroquia desde los 15 años, fui catequista. Damos apoyo para hacer confirmación, bautismo y también hacemos misiones. Ahora soy coordinador de la comunidad, somos 30 chicos. Es muy bonito y todo esto es para Dios, para que la gente lo encuentre.