“La Ulima me dio herramientas que me ayudaron a potenciar mi creatividad”

Como gerente de Unidad de Negocio en Metusa, Benjamín Arróspide está enfocado en la innovación, la estrategia de mercado y la expansión a través de tiendas propias. Anteriormente, ha tenido roles destacados en empresas como Cálidda y Primax. Sus estudios de Comunicación, con especialización en Marketing y Publicidad, en la Universidad de Lima, han sido fundamentales para su desempeño y adaptación a cada nuevo contexto en el mundo empresarial.

¿Qué áreas abarca tu gerencia?
Abarca las áreas de Producto, Marketing, Ventas e I+D. Metusa es una empresa dedicada a comercializar productos de gasfitería para el mejoramiento del hogar, como trampas, tubos de abasto, anillos de cera, desagües, así como otro tipo de productos, como purificadores, duchas eléctricas, tapas minimalistas, entre otros. Esta compañía apunta a la innovación. Nos basamos en las tendencias que vienen de Italia para desarrollar nuestros propios diseños y llevar la mejor propuesta de valor al mercado. También, nos enfocamos en los segmentos masivos, adonde tratamos de llegar con la mejor calidad. Además, la mayoría de nuestros productos se fabrica localmente: tenemos una fábrica en el Perú, de modo que garantizamos que la calidad sea muy alta y competitiva en ventas. Por último, el sector hidrosanitario ha caído un 25 % este año, en general; sin embargo, Metusa ha crecido un 15 %.

¿A qué se debe este crecimiento?
Básicamente, al esfuerzo puesto en el desarrollo de los productos. Tenemos un departamento de Innovación y Desarrollo que trabaja con base en inteligencia del mercado. Sabemos cuáles son las necesidades de las personas y qué debemos hacer para satisfacerlas. Por ejemplo, si hablamos de trampas y de desagües, la gente necesita que no filtren desde los empalmes, así que hemos invertido muchísimo en moldes y materiales para hacer estos nuevos productos. Importamos los moldes y los hacemos aquí. En el caso de Marketing, tenemos una unidad propia que va a todas las ferreterías que hay en Lima, que son alrededor de 10 000. Y en todas las ferreterías colocamos publicidad y dejamos merchandising. Eso ha permitido que nuestros clientes aprecien nuestros productos. Este es un trabajo muy minucioso que nos va a tomar por lo menos de un año y medio a dos años.

¿Quiénes son sus clientes? 
Tenemos tres tipos de clientes: distribuidores o compradores de los retails, los ferreteros que tienen un negocio y los gasfiteros. Al final, el trabajo recae siempre en el gasfitero, y nosotros tratamos de que gane tiempo al hacer una instalación sencilla, rápida y segura. Así, el gasfitero ahorra dinero y le queda más tiempo para hacer otros trabajos en el día. Nuestros productos son fáciles de instalar, tenemos buenos empaques y seguros. Tratamos de que todo se manipule sin herramientas.

¿Tienen tiendas propias?
Este año hemos empezado a abrir tiendas propias, y ya vamos por la tercera. Eso nos da la posibilidad de presentar nuestros nuevos productos, porque los distribuidores no compran todo lo que uno tiene disponible. Entonces tenemos un lugar propio donde exhibirlos, las tiendas son nuestro showroom.

¿Desde cuándo trabajas en Metusa?
En esta posición, desde hace un año. He vuelto a la empresa después de varios años. Trabajé en Sole y Metusa del 2012 al 2015, como jefe de producto de ambas marcas. Ahora, soy gerente de la Unidad de Negocio. La empresa ha crecido mucho desde la primera etapa en la que estuve aquí, incluso se ha invertido en una nueva planta. 

¿Qué otras experiencias laborales tienes?
Anteriormente, estuve en Cálidda como subgerente comercial de Industrias e Inmobiliarias. En Inmobiliarias, vendíamos las redes internas de gas natural; también, en el caso del área de Industrias. Buscábamos clientes que consumieran suministros alternativos, como GLP o diésel, y les ofrecíamos nuestra propuesta de valor con gas natural. Nos fue muy bien. Estuve en Cálidda del 2018 al 2022, fue una experiencia espectacular. Ahí la creatividad, la innovación y la proactividad eran muy importantes.

¿Dónde estuviste antes de Cálidda?
En el sector de hidrocarburos, en Primax. Comercializaba filtros Donaldson, que son industriales. Los vendía a minas y empresas de transporte. Además, desarrollé una categoría de car care, compuesta por productos para el auto, como limpiaparabrisas y cera, entre otros. Los vendíamos en las tiendas Listo. Además, teníamos refrigerantes para equipos de alta exigencia y desengrasantes. Todo el tiempo veíamos qué nuevos negocios podía tener Primax, era estimulante. Antes, estuve en Equifax, que es una central de riesgos, y trabajé en Scotiabank, mientras estudiaba en la Universidad de Lima. Llevaba mis clases a las siete de la mañana y en la noche, porque de esa manera dejaba varias horas libres para trabajar.

¿Qué recuerdos guardas de tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Soy bachiller en Comunicación. Me especialicé en Publicidad y Marketing, y aprendí muchas cosas que luego me han servido a lo largo del camino. La Carrera de Comunicación en la Universidad de Lima te da mucha versatilidad y te ayuda a desarrollarte luego en otros campos que no pensabas. Recuerdo mucho cuando hacía los cortometrajes. Empezábamos el trabajo desde cero, siempre con todos los equipos necesarios: la cámara, el boom, los micrófonos, etcétera. Era muy interesante porque esos ejercicios te hacían pensar y desarrollar la creatividad. Después, obtenías un producto que se veía en la pantalla. 

También, llevé otros cursos sobre investigación que me han servido mucho para hacer el lanzamiento de producto. Eran cursos muy interesantes que tienen relación con lo que hago hoy en día. Además, obtuve herramientas que me han ayudado a adaptarme a diferentes contextos en el mundo laboral y que potenciaron mi creatividad. La Universidad de Lima es muy buena, exigente y tiene una infraestructura de primera que ofrece muchos servicios al estudiante.