Ronald Arce tiene más de 15 años de experiencia en gerencias TI. Es ingeniero de sistemas por la Universidad de Lima y actualmente trabaja como senior engineering manager para Latinoamérica en A. P. Moller – Maersk, empresa de logística integrada de contenedores.
Dado que la tecnología se desarrolla cada día y debido al proceso de automatización y robotización en el que se encuentra este sector, Ronald enfrenta transformaciones constantemente.
¿Podrías indicar qué roles has asumido desde que te uniste a Maersk, en el 2016?
Empecé aquí como gerente de IT para el Perú. En el 2017, debido a los buenos resultados obtenidos, fui promovido a un rol regional y tuve a cargo la supervisión de Ecuador, Colombia, Perú y Costa Rica. En el 2019, asumí el liderazgo de IT de toda América Latina, desde Argentina y Chile hasta Centroamérica, incluyendo México, Costa Rica, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Brasil. Hace un año y medio, me invitaron a unirme al equipo Global de Maersk, que tiene un enfoque en implementaciones de warehouse management system (WMS) y depot management system (DMS), lo que implica despliegues de nuevos almacenes y de depósitos en toda la región. El año pasado, me asignaron la responsabilidad de la apertura de nuevos depósitos de contenedores en Norteamérica y, ahora, estoy a cargo de toda América Latina, Centroamérica y Norteamérica. Mi posición actual es senior engineering manager para América Latina en Maersk Global.
¿Cuáles son los desafíos cotidianos que enfrentas en este puesto?
Los desafíos son constantes debido a la naturaleza cambiante de la tecnología y de los productos, así como a la estrategia y la visión que evolucionan constantemente en Maersk, la principal línea marítima en el mundo desde el 2017.
¿Cómo se integra la ingeniería de sistemas en tu trabajo?
La ingeniería de sistemas es esencial, ya que todo está automatizado en nuestro campo. Actualizamos y adaptamos nuestra tecnología permanentemente para mantenernos alineados a la evolución de la estrategia de la empresa. Por ejemplo, hace dos años adquirimos una compañía en Asia llamada LF Logistics, que tenía un producto sólido para la gestión de almacenes (WMS), y actualmente innovamos para digitalizar nuestros almacenes. Además, tenemos un piloto en Rotterdam, donde utilizamos drones para realizar inventarios en tiempo real. Y en nuestros puertos marítimos la operación es 100 % robotizada. También, trabajamos en la estandarización, es decir, queremos que todos nuestros servicios de logística, en todo el mundo, funcionen como un único sistema. Esto nos ayudará a tener una visión en tiempo real de nuestras operaciones en diferentes regiones y un mejor control, así como dar una visibilidad 360 grados a nuestros clientes.
¿Qué otros cambios trascendentales genera la tecnología?
Vivimos una era de cambios constantes en la que la transformación digital es la tendencia. Esto implica una renovación de las áreas empresariales. Además, hay una migración masiva a la nube y se trabaja con un mayor análisis de datos para obtener ventajas competitivas. Recientemente, participé en una charla en California, donde se destacó el uso del reconocimiento facial en el retail para comprender y predecir el comportamiento de los consumidores, lo que resalta la importancia de analizar datos para anticipar la demanda. Se puso el caso de una persona que ingresa a un supermercado y, por reconocimiento facial, se detecta qué compras ha realizado últimamente, y se le envía a su móvil ofertas de productos que ha comprado antes y se le indica dónde se encuentran.
Además, actualmente las empresas robotizan áreas y procesos. Nosotros tenemos almacenes en Los Ángeles que en un 90 % funcionan con robots. En las áreas de mercadería, clasifican todo, hacen el conteo de stock y definen adónde va cada pallet. Todo el proceso es automatizado con fajas transportadoras inteligentes, códigos de barras y etiquetadoras automáticas. Cuando la faja llega al destino final, se pone la caja en el camión. A los contenedores les colocamos chips para monitorear y controlar la temperatura durante todo el trayecto. Esto es importante, porque a veces la carga es muy sensible a la temperatura y nosotros tenemos la opción de cambiarla remotamente si vemos que cambia el entorno. Antes, eso no pasaba, y simplemente la carga se malograba.
¿Te parece que toda transformación digital implica también un cambio cultural en las organizaciones?
Sí, estoy totalmente de acuerdo, la transformación digital es una transformación cultural y esta debe ser liderada desde la alta gerencia. Sin su apoyo, no es posible lograr un cambio efectivo. Es esencial comunicar los beneficios de la transformación cultural y empresarial con el fin de obtener la colaboración de todos los miembros de la organización.
¿Cómo ha cambiado el trabajo con las demás áreas a partir del uso de la big data?
Ahora, hay más trabajo colaborativo y las sinergias entre todas las áreas son vitales, porque son clientes internos y partners del área de IT. Sin esa sinergia, los retos podrían fracasar. Por eso, es necesario evangelizar a los clientes finales acerca del proyecto que se viene, del impacto que tendrá y de los beneficios para todos. Comunicar la transformación a todos es necesario para compartir las ganas por lograr el cambio y la colaboración.
¿Cuál fue el impacto de la pandemia en tu sector?
Sin duda, la pandemia generó grandes daños y pérdidas lamentables. Sin embargo, desde una perspectiva de beneficios para este sector, fue una etapa excepcional, ya que la demanda de importaciones y de exportaciones aumentó significativamente y, como resultado, los precios de los fletes marítimos se dispararon. Los países desarrollados proporcionaron incentivos económicos a sus ciudadanos, lo que generó un aumento en las compras en línea. Fue un orgullo saber que contribuimos a que los productos llegaran a los consumidores finales con la garantía de sistemas sólidos de traslado.
¿Podrías comentar cuáles han sido tus experiencias laborales anteriores?
Mi carrera se ha desarrollado en varios sectores. Comencé en el sector de los seguros, en Mapfre Perú, y luego trabajé en el ámbito bancario, específicamente en el Banco del Trabajo, que posteriormente se convirtió en Financiera Scotiabank. Luego, viajé a España para cursar una maestría en Ingeniería de Software en la Universidad Politécnica de Madrid. Tuve la oportunidad de trabajar en Mapfre España y estudiar al mismo tiempo. Trabajaba desde las 8.00 de la mañana hasta las 17.45 de la tarde, y luego, de 18.00 a 22.00 horas de la noche, asistía a las clases de maestría de lunes a viernes. Seguí ese ritmo durante dos años. Después de mi experiencia en Mapfre España, trabajé durante aproximadamente un año y medio en el Banco Santander de España. Más adelante, me uní a una consultora muy reconocida. Sin embargo, por motivos familiares, decidí regresar al Perú después de aproximadamente seis años en Madrid. En ese tiempo, hice también un MBA en el IE Business School. En Lima, ingresé a Trafigura y trabajé ahí por siete años como jefe de IT y QA, en el liderazgo de implementaciones para Trafigura en América Latina. Durante mi carrera, he transitado por el ámbito bancario, de seguros, de consultoría, de publicidad, de trading de petróleo y minerales, y ahora estoy en el mundo logístico.
Finalmente, ¿cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima?
Yo ingresé a la Universidad en 1997 y me quedé gratamente sorprendido con la tecnología que tenía en ese momento, en comparación con otras universidades. La calidad del profesorado, la infraestructura y la tecnología son muy importantes en una carrera de IT, y todo eso lo tenía la Ulima. También hice un buen networking. Al día de hoy, guardo comunicación con mis compañeros, compartimos opiniones, dudas, consultas y nos apoyamos.