Jorge Morales Barrera, ingeniero industrial por la Universidad de Lima, es director general hospitalario en la más grande red privada de salud en México: Hospital Ángeles Health System. Jorge llegó a México hace dos años, luego de haber trabajado en Auna en Perú y Colombia, donde tuvo un papel central en la planeación estratégica y en el diseño, construcción y gestión de nuevos hospitales. En esta entrevista, comparte su experiencia como líder de proyectos de transformación en el sector salud, así como su paso por Auna y el futuro que prevé en Hospital Ángeles. Finalmente, expresa de qué manera su formación en la Universidad de Lima ha influido en su carrera.
¿Cómo te preparas para asumir la dirección general de un hospital en Ciudad de México?
Los doce años que llevo en el diseño, construcción, operación e integración de hospitales me sirven como un excelente impulso para alcanzar ahora mis objetivos en Hospital Ángeles, el cual se inaugurará próximamente en Ciudad de México. Como etapa previa, estoy liderando proyectos de transformación para la red hospitalaria, lo cual me permite conocer a detalle los procesos, tecnologías, personas y, sobre todo, la cultura de la organización.
¿Qué implica este trabajo previo que realizas?
El objetivo del proyecto es hacer más seguro, ágil y eficiente el proceso del paciente quirúrgico. Para eso, llevo a cabo un diagnóstico del proceso en todas sus etapas y propongo un plan de trabajo para intervenirlo en conjunto con los directores generales de los hospitales. Este es el proyecto más importante en el que estoy involucrado en la actualidad.
¿Qué tipo de afluencia esperan y qué especialidades atenderán?
Hospital Ángeles es la mejor y más grande red de salud en México. Cubre las principales especialidades en salud para servir de forma integral a nuestros pacientes. Por el tamaño del sector privado en este país, los hospitales en promedio tienen doscientas camas y quince quirófanos.
¿Cuáles son los mayores retos que enfrentas en esta etapa?
Como esta es una red de veintisiete hospitales, es muy importante que cualquier proyecto se trabaje en conjunto con los directores generales. El reto es integrar a los líderes de la organización para llegar a un consenso sobre los cambios estructurales que queremos hacer en los procesos. Cada persona tiene ideas e iniciativas, así que se trata de sentarse, discutir y definir los mejores planes. Creo que ese siempre será un reto en cualquier compañía grande: cómo trabajar en equipo y manejar la cultura organizacional.
Sobre tu trabajo anterior en Auna, ¿podrías comentar qué proyectos realizaste y qué recuerdas especialmente de esa época?
Durante casi dos años antes de la inauguración de la Clínica Delgado, tuve que definir los procesos operativos e implementar y reclutar talento. Así, cuando la clínica empezó a funcionar, me nombraron gerente de Operaciones. En total, fueron seis años muy bonitos y valiosos en los que nos tocó lanzar la clínica en el Perú, la primera diseñada y construida con estándares hospitalarios de clase mundial en el país. Trabajamos desde varios frentes para atraer pacientes, desplegar la experiencia diferencial que habíamos diseñado y propiciar que las aseguradoras cubran la atención en nuestra clínica. El primer frente fue el privado, para el cual acudimos al marketing digital, con estrategias de precios y atracción de los mejores médicos; sabíamos que era un mercado pequeño, pero también que este era un buen punto de partida. El segundo frente fueron las grandes empresas; por ello, promocionamos la clínica con las ventajas que ofrecía, de modo que las personas comenzaron a solicitar a sus aseguradoras que las incluyan en su red. Y el tercer frente fueron las aseguradoras, principalmente una de tamaño mediano con la que logramos un acuerdo exclusivo. Antes de cumplir los cuatro años de operación, nos destacamos por brindar un servicio seguro y de calidad, y por garantizarle una excelente experiencia al paciente. Fue un verdadero caso de éxito en el sector salud en el Perú.
Después de trabajar en el país, estuviste cuatro años en Auna de Medellín, Colombia. ¿Qué logros obtuviste ahí?
Fue una etapa impresionante, con muchos aprendizajes y retos. Fui director de Proyectos y Estrategia en Auna Colombia, donde lideré el diseño y la construcción de un nuevo hospital de ciento cincuenta camas, todo desde cero. Hasta hoy es el mejor hospital de Auna en la región, con certificado LEED Platinum. Pudimos aprovechar la experiencia y los conocimientos que obtuve tras trabajar cuatro años en la operación de la Clínica Delgado en Lima y los procesos más robustos del nuevo hospital que compramos en Medellín. Ello nos permitió intervenir mucho en los diseños, en busca de alta calidad, seguridad y experiencia satisfactoria para el paciente. No se trata simplemente de seguir un modelo preestablecido para construir un hospital, siempre hay margen para hacerlo mejor.
¿Qué diferencias encontraste cuando fuiste a México?
En México, el mercado del sector privado de salud es muy grande, diez veces más que el de Perú. También es una economía más fuerte, que permite invertir en incrementar y mejorar los servicios en salud. Sin embargo, aún veo mucho espacio para trabajar. Ya en México, antes de entrar a Hospital Ángeles, estuve un año y medio como director de Operaciones de la red hospitalaria de Auna en Monterrey. Durante ese tiempo, mejoramos tanto en procesos como en la cultura organizacional. Implementamos muchos cambios tácticos que eran necesarios para tomar control de los tres hospitales que se compraron y reflejar la calidad del servicio que queríamos ofrecer a los pacientes. Fue un proceso de integración de los valores y la visión de Auna.
Antes de tu experiencia en Auna, ¿dónde trabajabas?
Estuve casi dos años en Delosi, el más grande grupo peruano operador de franquicias de restaurantes como Starbucks, Kentucky, entre otros. Allí trabajé como analista de finanzas corporativas. Después de eso, decidí hacer un MBA a tiempo completo en el PAD de la Universidad de Piura y, tras terminarlo, ingresé a Auna.
¿Es común que un ingeniero industrial trabaje en una clínica?
La carrera de Ingeniería Industrial es muy versátil. Puedes encontrar ingenieros industriales en las áreas de operaciones, M&A, estrategia, finanzas e incluso talento humano, así como en diferentes industrias. Los hospitales en el Perú recién empezaron a profesionalizarse, en busca de optimización, calidad, seguridad y experiencia del paciente, hace diez años, momento en el cual comienzan a reclutar a ingenieros industriales. Lo que me motivó a entrar a Auna fue que tenía un fondo de inversión detrás, con doscientos millones de dólares destinados a transformar el sector salud con tecnología, infraestructura moderna, ingeniería y el mejor talento. Esa fue la razón por la que me interesó este sector.
Como líder, ¿qué haces para motivar a las personas y lograr que trabajen por alcanzar los objetivos?
Creo que hay tres asuntos importantes en ese sentido. Primero, diseñar y comunicar una visión inspiradora de forma clara y concisa. Es fundamental que todos entiendan a dónde se quiere llegar y cuáles son los objetivos tangibles. Además, esa visión debe ser ambiciosa, porque así se motiva a las personas a esforzarse, a trabajar lo necesario y a comprometerse con el proyecto. En cada rol, por pequeño que sea, uno puede establecer metas concretas. Por ejemplo, si eres director de operaciones de un hospital e identificas que el tiempo promedio de alta hospitalaria es de cinco horas, que es lo común en el mercado en Latinoamérica, podrías proponer un proyecto para reducirlo a treinta minutos o menos. Una visión concreta y atrevida inspirará a las personas a decir: “Esto es muy retador, vamos a transformar el sector, a dejar huella, a hacer historia”. Segundo, hay que asegurarse de desarrollar o reclutar personas con demostrados resultados excepcionales, pero que también sean de buen corazón. Finalmente, se necesita instaurar una cultura fuerte y clara, mediante la definición de los incentivos dentro del equipo: que todos sepan qué se premia y qué no. Esto asegura que todos vayan en la misma dirección.
¿Cómo te fue en la Universidad de Lima?
Encontré un ecosistema ideal para crecer en esa etapa de mi vida; tengo muy buenos recuerdos de esa época. Desde que ingresé, me pareció un lugar fantástico para aprender y desarrollarme. Recuerdo el entusiasmo que sentía al asistir a la Universidad, acceder a nuevos conocimientos, un campus amplio, seguro y precioso, y, aún más importante, un grupo de personas que —así como yo— querían ser las mejores. Fue una etapa muy bonita, siento mucho orgullo y cariño por la Universidad.