"Hasta el último aliento"

El libro de cuentos Hasta el último aliento reúne historias sobre el deporte que tiene más fanáticos en el mundo, el fútbol. Su autor es Diego Zegarra Jara, comunicador por la Universidad de Lima. Él trabaja como redactor de contenidos independiente para Sergio Nacach Consultores, y ha sido asistente de cátedra de los cursos de Expresión Escrita y Storytelling en la Universidad de Lima. 

¿Cómo se inició tu interés por la escritura?
Antes de la escritura, estuvo la lectura. Cuando empecé a estudiar en la Universidad de Lima, un exprofesor de mi colegio, me impulsó a adoptar el hábito de leer. En ese momento, yo quería ser periodista deportivo y él me advirtió que, si quería destacar, debía leer mucho, sobre todo literatura. Su comentario coincidió con el hecho de que llevaba el curso de Literatura y Sociedad, en el que comprobé que leer era una actividad entretenida y estimulante. Luego, llevé el curso de Expresión Escrita y, a través de los trabajos y comentarios del profesor, me vino la idea de que yo también podía contar mis propias historias. Más o menos al año, me inscribí en el Taller de Narrativa y Poesía de la Universidad, en el que conocí a personas muy talentosas. Sus críticas me ayudaron a pulirme en el oficio de escribir.

Luego, ¿de dónde surgió la motivación para reunir tus cuentos y publicar?
Por mucho tiempo, tuve la idea de generar un conjunto de relatos cuyo fondo me apasione y me dé la posibilidad de explorar algunas situaciones al darle voz a otros. Durante la pandemia, redacté un cuento sobre fútbol titulado “La cancha inclinada”, en el que un taxista le hace una dolorosa confesión a un hincha, cuando se encuentran rumbo al estadio. Al terminar la primera versión, me quedé pensando si acaso ese cuento marcaría el inicio de mi libro. De hecho, así fue. Ese texto es el encargado de abrir Hasta el último aliento. Cuando ya tenía escritas nueve de las once historias que componen el libro, consideré conveniente acercar mi manuscrito a una editorial.

¿Cómo fue el proceso de encontrar una editorial?
El proceso de encontrar una editorial resultó relativamente sencillo. Seguía a algunas editoriales independientes que podían interesarse por mi libro. Una de las primeras que se me vino a la mente fue Colmillo Blanco, editorial que Jorge Eslava fundó y que, en la actualidad, bajo la dirección de Angie Arce y Gabriel Arriaga, publica obras de autores jóvenes. El desafío con ellos fue expandir mi manuscrito inicial para, finalmente, empezar a trabajarlo juntos.

¿Hay algún denominador común en los cuentos?
Sí, quería que el fútbol sea una excusa para tratar temas profundos como la violencia. Sobre todo, en este deporte y no solo en el país, porque esta suele manifestarse a través de lo cotidiano y se romantiza o justifica en las pasiones. Particularmente, le tengo mucho cariño a la pelota, más allá del sentimiento que pueda tener por un equipo. Por eso, me inquieta cuando se producen crímenes en su nombre. Mi propuesta, en el fondo, busca que también el lector reflexione sobre ese aspecto. En mi libro, abordo los distintos tipos de violencia: familiar, sexual, bullying, homofobia, asesinatos, adicciones y suicidio.

¿Qué desafíos enfrentaste al escribir y publicar tu primer libro?
El acto de escribir y corregir, al menos en mi caso, supone siempre una complejidad importante, porque tiendo a ser perfeccionista. Me obsesiono y trato de ser meticuloso a la hora de poner o quitar palabras para que los cuentos se lean y suenen con fluidez. Considero que no dejarme vencer por esta mirada crítica fue lo retador.

¿Qué autores o libros consideras que influencian más en tu escritura o, simplemente, te interesan más?
Algunos de los cuentistas que me interesan son Julio Ramón Ribeyro, Raymond Carver, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Antón Chéjov y Ernest Hemingway. También, tengo preferencias por autoras latinoamericanas contemporáneas, como Mariana Enríquez, Samanta Schweblin y María Fernanda Ampuero.

¿Qué feedback has recibido de tus lectores hasta el momento?
El mayor halago que he recibido hasta ahora me lo dio Magnolia Pinedo, quien hace unas semanas me entrevistó para su programa Entre Libros, en Radio Nacional. Ella me comentó que, al principio, cuando le llegó el ejemplar y supo que trataba sobre fútbol, sintió cierto rechazo, porque no era un deporte que le gustara. Sin embargo, cuando empezó a leer, se dio cuenta de que la fórmula que yo había tratado de plasmar (usar el fútbol como una excusa para tocar temas violentos) se notaba desde el primer cuento; por eso disfrutó el libro. Otros lectores, en general, me han comentado que los cuentos se leen rápido y son entretenidos.

¿Cómo promocionas tu libro?
De momento, lo hago a través de mi cuenta de Instagram (@diegozj8) y la de Colmillo Blanco (@editorialcolmilloblanco). Tengo una cuenta en TikTok (@matatexto) donde comparto mis cuentos, novelas y poemas favoritos, como un diario de lectura. Ahí, promocioné la presentación. Asimismo, Colmillo Blanco se encarga de llevarlo a ferias de libros dentro del país.

¿Dónde trabajas?
Trabajo de manera independiente en Sergio Nacach Consultores, como redactor de contenidos. Antes, tuve la oportunidad de ser asistente de cátedra de los cursos de Expresión Escrita y Storytelling en la Universidad de Lima. Actualmente, llevo una Maestría en Escritura Creativa para, en un futuro, dedicarme a la docencia.

¿Tienes un proyecto de libro entre manos?
Justo la maestría que llevo tiene como requisito final presentar un proyecto, sea una novela, un cuentario, un poemario, etcétera. Como este es mi primer ciclo, aún estoy reflexionando qué camino escoger. Aunque probablemente me incline por una segunda serie de cuentos donde trate —puede que con algún componente fantástico— las diversas relaciones familiares, sus heridas o cicatrices, dentro de casa.

¿Qué te pareció estudiar en la Universidad de Lima?
Fue una experiencia interesante. Tuve la oportunidad de conocer a personas y profesores que marcaron y, seguramente, seguirán marcando el rumbo de mi vida. Entré porque quería dedicarme al periodismo deportivo y salí con ganas de crear y enseñar literatura. En esa línea, el espacio de la Universidad de Lima que me ayudó a decidirme y conocerme fue el Taller de Narrativa y Poesía.