Antes de que aclare el día, cuando la mayoría de limeños duerme, Diego Sérida nada en la piscina, tratando de avanzar más rápido, de aumentar su resistencia y mejorar sus marcas. Al terminar su entrenamiento, desayuna rápido y parte a la Universidad de Lima, donde estudia Ingeniería Industrial. En la noche, entrena otra vez. Así es la vida de los nadadores, y así es la vida de Diego desde que estaba en el colegio y lo representaba en Adecore. Ahora Diego representa a la Ulima en diversos torneos, y también al Perú, pues como parte de la selección nacional de natación competirá en los Juegos Panamericanos Lima 2019.
¿Dónde nadarás en la prueba de natación en aguas abiertas que te ha tocado para los Juegos Panamericanos?
En la laguna de Bujama. Esta es una prueba muy segura. Se demarca un rectángulo grande con boyas y al lado de cada una hay un bote con un juez, que verifica que los competidores no corten el circuito. También hay varios botes alrededor, para evitar que los nadadores vayan mar adentro por error. Además, hay otros botes que acompañan al grupo para brindar auxilio en caso de que una persona se sienta mal: solo debe levantar el brazo para salir.
¿Alguna vez te ha pasado por la mente que puedes cruzarte con un animal mientras nadas?
Sí. De hecho nos hemos rozado con malaguas y eso hace arder la piel, pero tenemos que seguir nadando.
¿Dónde practican la natación en aguas abiertas?
Puede ser en una laguna, en el mar o un río. Depende de la sede donde se compita. Muchas competencias en Lima tienen lugar en la playa Agua Dulce, en las albuferas de Huacho, o en Bujama.
¿Eligen siempre aguas mansas?
Sí y, cuando el agua es muy fría, se puede usar wetsuit. El uso del wetsuit es obligatorio cuando la temperatura del agua es entre 16 y 18 grados centígrados. Cuando llega a más de 20 grados centígrados, no se usa.
¿Dónde entrenas normalmente?
El entrenamiento es en piscinas, a veces también en el mar. Vamos con la entrenadora, quien lleva kayak cuando estamos en el mar. Eso lo hacemos en la Costa Verde.
Los nadadores entrenan muy temprano en la mañana y luego en la noche otra vez. ¿Cómo te va con ese ritmo?
Yo sigo ese entrenamiento desde que estaba en el colegio, como en tercero o segundo de secundaria. Ya se ha vuelto un hábito. Aunque este sea un deporte individual, cuando llegas a la piscina y ves a todo tu grupo, te motiva. Todos buscan lo mismo: mejorar sus marcas. El equipo es muy importante para un nadador, todos madrugamos y nos esforzamos por el mismo objetivo; también nos ayudamos mutuamente para lograrlo. Compartimos las mismas vivencias, así que al final nos sentimos familia.
¿Cómo te han apoyado tus padres para poder llegar donde estás?
Mis papás me han apoyado siempre. Me pasaban la voz para levantarme a entrenar, me llevaban el desayuno después de entrenar y luego me llevaban al colegio o a la Universidad. Claro, ahora ya puedo manejar yo, pero antes ellos me llevaban a todos lados. Cuando tenía una competencia en Huacho teníamos que ir desde temprano, y mis papás iban siempre conmigo. Su apoyo ha sido fundamental y lo he recibido de muchas maneras, aún hoy. También mi hermano nada, así que esto ha sido un esfuerzo familiar. Él es menor que yo y el próximo ciclo entrará también a la Universidad de Lima, igual que yo, a Ingeniería Industrial. También hace pruebas de fondo y en aguas abiertas. Ahora no participará en los Panamericanos, porque solo había un cupo para competir en aguas abiertas y él quedó segundo, así que no pudo entrar, pero es bueno y entrenar con él es una motivación mayor para mí, definitivamente.
¿Competías por tu colegio?
Sí, competía en Adecore y llegué a viajar a los Juegos Sudamericanos Escolares. Con la selección nacional he ido a los Juegos Sudamericanos 2018, en Cochabamba, Bolivia.
¿Qué te pareció esa primera vez que viajaste?
Fue muy emocionante, me ayudó a motivarme más. Poder representar al país en una competencia, grande o pequeña, te motiva a entrenar más para mejorar.
Además de competir en aguas abiertas, ¿también compites en piscinas?
Sí, mi especialidad son las distancias largas. Desde los 12 o 13 años comencé a destacar en las pruebas de fondo y ahí me quedé. Recorro 400, 800 y 1.500 metros, en estilo libre. Con los demás estilos solo se llega hasta 200 metros.
¿Cómo es representar a la Universidad de Lima en campeonatos?
Es muy bonito. He competido en la Universiada de Chiclayo, cuando recién comenzaba en la Ulima. Fue mi primer viaje con la Universidad, pero ya conocía a todos los chicos, porque nos veíamos en la piscina del Complejo Deportivo de Mayorazgo. El año pasado competimos en la Universiada de Tacna. Cada nadador entrena en su club, pero varias veces nos encontramos en Mayorazgo, ahí la piscina de la Ulima es muy bonita.
¿Qué países has podido conocer con la natación?
Por la natación he conocido Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Holanda e Israel. El deporte me ha permitido ganar muchas experiencias.
¿Has tenido una lesión grave alguna vez?
Grave no. Este año tuve una pequeña lesión en el pie. Muchas personas creen que en natación no se producen lesiones, pero sí ocurren, sobre todo por el hecho de que es un deporte donde trabajas bastante los músculos de los hombros y la espalda. Los tendones se pueden desgarrar o ponerse muy duros. Por eso se hacen masajes a manera de prevención o se hacen terapias para que los músculos no estén tan cargados y puedan soportar el entrenamiento.
¿Cómo es tu preparación ahora que estás tan cerca de los Panamericanos?
Ya no falta nada, realmente. Estamos mejorando algunas cuestiones técnicas estratégicas, porque en la prueba de aguas abiertas se requiere bastante estrategia. Van a venir nadadores muy fuertes, el nivel es muy alto en Sudamérica, porque tenemos varios nadadores olímpicos en aguas abiertas, muy bien posicionados. El nivel sudamericano en natación es muy alto. En aguas abiertas se recorren diez kilómetros y la idea es estar dentro del pelotón, no dejar que se escape el grupo, así que va a ser muy fuerte.
¿Qué tal te va en Ingeniería Industrial?
Me gusta mucho la carrera. Estoy en quinto ciclo, no llevo todos los cursos para poder entrenar, pero me gusta bastante. Todavía no sé qué orientación tomaré, si trabajar en planta o en oficina, pero tengo curiosidad por ambas. Ver los procesos completos me llama la atención. A medida que avance en la carrera, lo iré definiendo.