María Amparo Oliver, psicóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México y magíster en Orientación Vocacional por la Universidad Iberoamericana, participó en la Jornada de Orientadores Vocacionales 2014 efectuada en la Universidad de Lima y en nuestro primer Jueves de Psicología del ciclo 2014-2. En estas actividades, la experta mexicana se explayó sobre las estrategias para acompañar a un joven durante la elección de una carrera y la orientación vocacional para personas excepcionales. Aprovechamos su visita para conversar sobre estos y otros temas.
¿Qué factores deben tomarse en cuenta para aproximarse a un ser humano y orientarlo en su decisión vocacional?
Al ser humano se le tiene que entender como una persona que vive en un espacio y momento específicos y que cuenta con un conglomerado de características. Si no se entienden bien los elementos de la realidad que circundan a las personas, estas pueden tener adaptaciones conflictivas y llevarse grandes decepciones. Es importante que la persona se conozca bien a sí misma, con una visión realista y objetiva sobre quién es, sin sobreestimarse ni subestimarse.
En cuanto a las personas con discapacidad, ¿qué elementos deben ser considerados durante su orientación?
El tema de la discapacidad es aún más complejo y está invadido por un universo desorganizado de ideas, creencias, posturas hacia lo que es o lo que se espera de las personas con discapacidad o de sus derechos. Esto dificulta la adaptación a entornos escolares, laborales o civiles. Por ejemplo, hasta hace poco se continuaba debatiendo si las personas con discapacidad intelectual debían votar. Se siguen cuestionando cosas que no son blancas o negras, sino que poseen matices de gris muy variados. Hay que trabajar mucho en el acercamiento a las personas con discapacidad, ya que existe una distancia que complica la comprensión de las diversas gamas de la discapacidad. Los bloqueos pueden ser de índole política, emocional, de creencias, de posturas históricas o de confusiones. Hay que superar esto para lograr una convivencia armónica. Cada caso es complejo y dinámico, y la variación de cada factor propiciará un momento distinto de inclusión.
En esta era de avances tecnológicos vertiginosos y de generación caótica de contenidos e informaciones, ¿cómo deben llevar a cabo sus labores los orientadores psicológicos?
Aunque parezca imposible que los orientadores puedan cubrir todos los detalles del mundo cibernético, es importante que se den un tiempo para experimentar lo que experimenta mucha gente y guiar a los jóvenes. Más que satanizar las nuevas tecnologías, conviene formar un juicio crítico sobre estas herramientas que llegaron para quedarse. A veces, me hallo en una posición en la que los jóvenes son los que me enseñan sobre los usos de las redes sociales y las plataformas digitales.
Eres magíster en Orientación Psicológica. ¿Qué te motivó a especializarte en esta rama?
De pequeña, quería ayudar a la gente y ser maestra. Años después, una afortunada clase de psicología en el bachillerato me animó a estudiar esta carrera. Posteriormente, una serie de sucesos y la vida misma me llevaron al ámbito del trabajo con personas con discapacidad. Esto implicó una transformación humana y familiar muy fuerte, porque cuando empecé en este rubro, mi familia también se transformó y se generó una onda expansiva que sensibilizó a personas de mi entorno. Y así, de pronto, me vi a mí misma desarrollando investigaciones, escribiendo artículos, generando opinión y conociendo a profesionales y colaboradores de este ámbito.