22 de Julio de 2015
El trastorno de pánico y la agorafobia
Paola Lindo, psicóloga y docente de la Universidad de Lima, y Jacqueline Valdivieso, psicóloga en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorario Delgado - Hideyo Noguchi, estuvieron al frente del VI Jueves de Psicología del período académico 2015-1. La reunión giró en torno al trastorno de pánico y la agorafobia, ambos considerados como trastornos de ansiedad incapacitantes con alcance severo, cuyos casos van en aumento y corren el peligro de volverse crónicos cuando no son tratados de una manera adecuada. La charla, dedicada al público en general y a los estudiantes de la Carrera de Psicología que se interesan por el área clínica de la psicología, se enfocó en los aspectos clínicos, descriptivos y funcionales, y enfatizó las técnicas de tratamiento y sus resultados en casos clínicos.
Parte del diagnóstico
Durante la charla se manifestó que en el trastorno de pánico predominan los síntomas físicos por sobre los psicológicos, y el desarrollo de los mismos alcanza su máxima intensidad al cabo de los 10 minutos, siempre bajo una sensación de amenaza vital. También especificaron que la edad en la que aparece generalmente corresponde a la adolescencia tardía o adultez temprana, y que es muy frecuente en mujeres mayores de 30 años. Además, se indicó que para un diagnóstico definitivo deben presentarse varios ataques graves de ansiedad vegetativa, al menos durante el período de un mes, en circunstancias en las que no hay un peligro objetivo. Asimismo, no deben producirse solo en situaciones conocidas o previsibles, y en el período entre las crisis el individuo debe, además, estar relativamente libre de ansiedad, aunque es frecuente la ansiedad anticipatoria leve. Acerca de la agorafobia, se explicó que consiste en el miedo a permanecer en un lugar o situación en la que existe dificultad para escapar o salir, o donde hay problemas para conseguir ayuda en caso de una crisis. La ansiedad causada por este miedo es tanta que estas situaciones se evitan o se toleran bajo un importante estrés, y entre un tercio y la mitad de los pacientes con pánico la padecen.
Cómo hacerles frente
A propósito de los tratamientos válidos para el trastorno de pánico, las especialistas comentaron que a menudo se utiliza solo el tratamiento farmacológico; sin embargo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) empleada en combinación con la medicación es particularmente eficaz. Resaltaron también que es importante recordar que si se interrumpe la medicación el riesgo de recaída está en el 50 %, y que esta medicación resulta claramente beneficiosa en la disminución de la frecuencia de las crisis y la severidad de los síntomas, aunque no es tan beneficiosa en la ansiedad anticipatoria o la evitación que desarrollan estos pacientes. Acerca de la TCC, precisaron que suele consistir en una terapia a corto plazo (12-20 sesiones) que incorpora ejercicios de relajación así como análisis del proceso de pensamiento distorsionado. Lo que se hace con ella es enseñar al paciente a corregir estos procesos de pensamiento y a disminuir la ansiedad anticipatoria.