Pasión por la logística

Marcela Aizcorbe, egresada de la Carrera de Negocios Internacionales de la Universidad de Lima, viajó a Suiza para realizar estudios de maestría en la Université de Lausanne y poco después ingresó a trabajar como International Business Development Intern para las Américas en la compañía de seguridad fronteriza Travizory. Su próximo destino laboral será Nestlé Nespresso, en ese mismo país. 

¿Podrías comentar qué haces en tu actual empleo en Travizory, en Suiza?
En este momento soy International Business Development Intern para las Américas. Me encargo de hacer marketing intelligence global. Analizo el mercado de biometría para la seguridad fronteriza, el border management de los competidores y todo lo que es inteligencia internacional para el sector de viajes y fronteras. También me encargo del marketing en redes sociales, de impulsar los canales digitales de la empresa y de su posicionamiento en el mercado. Es muy interesante. 

¿Qué te gustaría hacer más adelante en ese país?
Más adelante me gustaría retomar el tema del comercio internacional, aprovechando que en Suiza están los headquarters de una gran cantidad de empresas grandes que se dedican a diversos negocios. Yo amo la logística. Extraño el tema de las coordinaciones con los operadores y de estar conectada con muchos jugadores de la cadena, es algo que me gustaría retomar más adelante. 

Cuéntanos qué hacías en tus anteriores trabajos, sobre todo en logística.
Mi primera práctica fue en el BCP, en el área de Recursos Humanos. Luego ingresé a Alicorp, siempre como practicante, pero en el área de Exportaciones, y me encantó. Alicorp es una empresa grande, que invierte mucho en su capital humano. Tiene actividades que ayudan a desarrollarte profesionalmente, como una escuela de liderazgo y talleres para optimizar tus tiempos y manejar mejor tus responsabilidades. Luego mi jefa fue contratada como gerente de operaciones en ECOM Trading, la segunda compañía exportadora. Comercializa productos agrícolas como cacao, café y algodón. Ella me invitó a trabajar en la oficina de Perú. Me fue muy bien. 

¿Qué hacías en ECOM Trading?
Empecé como analista, pero solo veía exportaciones o tráfico internacional, como las llamaba la empresa. Allí tuve un equipo muy bonito. Me encontré con gente muy buena en lo que hace y pude aprender mucho de ellos, pero el área de Comercio Exterior estaba empezando y faltaba estructurar bien los procesos, así que intentamos darle más profesionalismo al introducir KPI (indicadores de rendimiento), reducir costos y optimizar los procedimientos. Gracias a este esfuerzo, subí al cargo de coordinadora. En mi último año estuve como jefa de operaciones en Comercio Internacional, hasta agosto del 2020. Me tocó ir a las zonas de acopio para ver cómo trabajaban los productores, observar su situación y ayudarlos a mejorar su trazabilidad, a fin de que pudieran lograr certificaciones en materia de sostenibilidad agrícola. También hablaba con clientes y con gente de cualquier parte del mundo. Fue muy interesante. En septiembre vine a estudiar una maestría.

¿Por qué decidiste viajar a Suiza?
Tenía esa meta trazada. Es cierto que estaba en una buena posición laboral, pero sentía que necesitaba la experiencia de vivir en el exterior y tener contacto con otras culturas. Además, era la manera de acercarme a las sedes de las grandes empresas que ven el tema de comercio exterior. No fue fácil lograrlo. Trabajé y ahorré durante tres años para ello. 

¿Qué ventajas te ofrece la UNIL?
Esta universidad tiene muchos proyectos con empresas grandes y startups. Justamente, me tocó asesorar un proyecto de innovación para una empresa de seguridad fronteriza. Al final del semestre, me llamaron para unas prácticas, y ahí comenzó mi incursión laboral en este país.

¿Ha sido muy difícil adaptarte al ritmo de estudio de la UNIL?
No. Algo que valoro mucho de la Universidad de Lima es que el ritmo y la calidad de los estudios que me brindó me ayudaron a casi no sentir el choque. Ya estaba acostumbrada a tener una gran cantidad de lecturas, a los trabajos en grupo y a las exposiciones constantes. Recuerdo que en la Ulima llevaba cursos en inglés y nos invitaban a ferias internacionales. Es cierto que al principio tuve miedo de no estar al nivel de la exigencia de una universidad europea, sobre todo de la UNIL, que está entre las mejores de Suiza y de Europa, pero me está yendo muy bien. Aquí las notas son sobre 6 y yo tengo 5.5 en promedio. 

¿Y cómo ha sido adaptarte al estilo de vida?
Me ha ido muy bien en ese sentido. Yo estoy en la zona donde se habla francés, aunque llevo el programa en inglés y la universidad me ofrece cursos gratuitos de francés. Eso me ayudó mucho a insertarme en el tema social, a conocer gente, a independizarme más rápido, me facilitó el ir de compras y hacer mis trámites para la visa y los seguros. Aquí hay gente de todas las nacionalidades, hasta diría que es difícil encontrar un suizo. En la maestría he conocido a personas de Italia, Francia, etcétera, pero muy pocos suizos. Esto sucede porque hay muchas organizaciones internacionales con sede en este país. Aquí todo es muy ordenado, hay mucha seguridad y oportunidades laborales. Además, se ofrecen los mejores salarios, lo que atrae a gente de toda Europa que busca una mejor posición económica. Esta es una cultura muy diferente a la de América Latina, un poco más fría, pero muy profesional. Son muy directos a la hora de trazarse objetivos y metas. Con la llegada de la pandemia, han implementado mucho el home office, lo que me parece un gran avance, y se centran en los resultados. Yo llegué a Suiza en plena pandemia, y todo estaba cerrado. Tuve que empezar mi maestría en línea, cuando lo enriquecedor es conocer a tus colegas, hacer networking, salir y vivir toda la experiencia de estar en el extranjero. La situación empezó a mejorar recién a inicios del año pasado. 

¿Qué haces en tus tiempos libres?
Cuando estaba en el Perú iba al gimnasio como cualquier chica de 20 a 25 años, y salía con mis amigas y mi familia. En Suiza estoy aprendiendo a esquiar. Aquí es común darse una escapada a las montañas los fines de semana. Hay un lago que es como la playa en verano. Hay mucho ambiente juvenil y lugares para realizar actividades sociales, como los bares. Para escaparme un poco de la rutina, de vez en cuando salgo a conocer los alrededores de Suiza, como la parte italiana, que es muy bonita. Siempre me gustó viajar, así que trato de ir un poco más lejos cada vez.

¿Cómo era tu vida universitaria en la Ulima?
Estudié Negocios Internacionales del 2011 al 2016 y me titulé en 2017. Pertenecía al Círculo de Estudio de Mercados Internacionales (CEMI) y paralelamente practicaba en Alicorp. Era un ritmo fuerte y terminaba cansada, pero feliz. Muchos de los cursos que llevé me sirvieron muchísimo. En Alicorp sentí el contacto con la realidad de mi profesión, y en ese momento el apoyo de mis profesores me daba seguridad, porque podía hacerles consultas y pedirles recomendaciones. A veces me encontraba con algunos de ellos en los eventos a los que nos invitaban. Y ahora que estoy viendo el tema de inteligencia de mercado me sirven mucho las bases de datos que me enseñaron a usar. Con estas veo el comportamiento de los consumidores, las tendencias, y me ayudan a desarrollar el tema analítico. Todo lo que aprendí en la Universidad de Lima me sirve tanto para mi vida profesional como para la maestría, para desenvolverme adecuadamente en las exposiciones, elaborar presentaciones de alto impacto y preparar reportes de investigación. Me gustó mucho mi carrera y terminé en el décimo superior, con la distinción cum laude (con honores).