A través de las estrategias que promueve como director de Enterprise Application SAP (Sistemas, Aplicaciones y Productos en Procesamiento de Datos) de la firma Deloitte, Francisco Escudero, egresado de nuestra Facultad de Ingeniería Industrial, busca otorgar a sus clientes soluciones enfocadas en mejorar sus procesos de trabajo y en brindarles valores que los distingan de la competencia.
La innovación es clave para Deloitte, una organización que ofrece consultorías, auditorías y asesorías jurídicas o financieras.
La idea es que crezcamos especializándonos en soluciones innovadoras que permitan a nuestros clientes marcar la diferencia, lo que a su vez crea valor en el uso de la tecnología brindada por SAP, la multinacional alemana dedicada al diseño de productos informáticos de gestión empresarial. En este marco, estoy a cargo de un equipo que busca consolidarse como el implementador por excelencia de las tecnologías desarrolladas por SAP.
¿A qué rubros corresponden estas soluciones?
Estamos hablando de servicios de consultoría de implementación de SAP, que apuntan a la mejora de los procesos de una entidad a través de la tecnología. Estas soluciones son parte de una sinergia propiciada por otros servicios que Deloitte ofrece en un abanico de sectores, tales como consultoría por procesos, gestión de riesgos, recursos humanos, entre otros.
¿Cuán fundamental es la cultura organizacional de Deloitte en la generación de esta sinergia?
Si se fijan en el logo de Deloitte, en él resalta un punto verde. Uno de sus sentidos es que el éxito de la empresa se basa en el trabajo de todos los colaboradores dirigido hacia el mismo fin o punto. Además, esta figura representa una visión global, completa o de 360 grados que nos da la chance de cubrir todas las necesidades de nuestros clientes. Asimismo, me gusta el esquema de familiaridad y humanidad en el que se desenvuelven los empleados de Deloitte. Se trata de una cultura que siempre está pendiente de sus progresos profesionales. De esta manera, Deloitte cuenta con uno de los activos más preciados por cualquier empresa: colaboradores motivados por seguir mejorando.
Antes de Deloitte, trabajaste precisamente en SAP, lo que posibilitó que tu transición laboral haya sido cómoda.
Estuve en SAP por 16 años. Fue una gran experiencia que me ayudó a complementar mi formación, gracias a la cual siento que puedo aportar mucho a mis clientes desde Deloitte. Hay que considerar que el negocio de consultoría de SAP en Deloitte permite generar nuevas relaciones comerciales para las demás áreas en Deloitte, y viceversa. Ahora bien, como ingeniero industrial estaba entrenado para supervisar procesos orientados a la manufactura o a la gestión industrial, aunque la carrera también prepara a los alumnos en temas referidos a la gestión de empresas. En este rubro, fue gracias a las consultorías que realizaba desde SAP que me involucré en los procesos de diversas organizaciones. Además, en SAP ocupé varios cargos regionales, lo que me dio la posibilidad de tratar con diferentes culturas en Latinoamérica, al mismo tiempo que consolidaba mis conocimientos en la parte comercial.
También fuiste miembro de Graña y Montero, en la que tus funciones se vincularon nuevamente con asuntos tecnológicos.
Fue una etapa especial debido a que Graña y Montero fue mi puerta de acceso a los temas tecnológicos. Ahí trabajé en una división relacionada con estas materias, que abarcaba hardware, software, instalaciones físicas o proyectos de implementación de sistemas.
¿Cuánto te ha servido la ingeniería industrial para afrontar los retos que se te han ido presentando?
Elegí esta carrera porque sabía que me iba a dar una buena base de conocimientos y una preparación adecuada para lidiar con los distintos procesos al interior de una empresa. Y no me equivoqué, pues es gracias a esta formación que me he podido adaptar a las entidades por las que he pasado.
¿Qué es lo que más destacas de tu período de estudiante en la Universidad de Lima?
Recuerdo mucho la calidad de los profesores. Y ni qué decir de la infraestructura, que hoy es espectacular. También valoro las amistades que forjé, las cuales siguen vigentes y son para toda la vida.