Ingeniera experta en gestión de personas

Andrea Calagua tiene más de doce años de experiencia en recursos humanos, cadena de suministro y desarrollo de negocios en empresas de bienes de consumo, de pesca, de manufactura y de banca. 

Es ingeniera industrial por la Universidad de Lima y actualmente trabaja como gerente corporativo de Gestión y Desarrollo Humano para el grupo minero Alpayana. Está enfocada en propiciar la gobernanza y las buenas prácticas como grupo, así como en mejorar la experiencia de los colaboradores 

Este año te integraste a Alpayana. ¿Qué has podido ver y hacer desde tu ingreso?
Es la primera vez que trabajo en el sector minero. En los meses que llevo aquí, he visitado en varias ocasiones las unidades mineras, ubicadas principalmente en el distrito de Chilca, provincia de Huarochirí. Eso me ha permitido conocer y entender mejor a nuestros colaboradores. Considero que este es un sector clave en el que se puede aportar mucho para crecer como país. Particularmente, en Alpayana trabajamos muy de cerca con las comunidades y en mejorar cada vez más la experiencia de nuestros colaboradores, para contribuir con su desarrollo y con el de sus familias.

¿Cuáles son los temas más importantes a los que te has dedicado?
Hemos establecido tres ejes estratégicos para la gestión de personas. El primero es la gobernanza y las buenas prácticas como grupo que nos ayudan a vivir una sola cultura. Recientemente, adquirimos nuevas unidades mineras y el reto es integrarnos y adoptar las mejores prácticas. En segundo lugar, se encuentra la gestión del talento. Hemos incorporado roles estratégicos y establecido las pautas para desarrollar a nuestro talento interno, lo que nos ha permitido llevar a un siguiente escalón nuestra gestión y acompañar a la velocidad adecuada nuestro crecimiento como compañía. En tercer lugar, no menos importante, está la experiencia del colaborador: entender los puntos clave que generan su experiencia, tanto en el corporativo como en las unidades mineras, donde hay dinámicas distintas por la naturaleza del trabajo. Estamos muy enfocados en definir y accionar en función de los puntos de mejora que generen mayor impacto en la experiencia de nuestros colaboradores.

Debe ser muy complejo, porque tienes colaboradores en la parte administrativa y en el campo, además de varias adquisiciones.
Nuestra dinámica está enfocada en la adquisición de nuevas unidades y empresas, definitivamente es un reto interesante. Precisamente, eso fue lo que me atrajo mucho de Alpayana, la ambición sana de crecer y posicionarse como un grupo económico referente en la región. Esta aspiración implica retos importantes y sobre todo entender que a través de estas adquisiciones debemos estar en la capacidad de integrar rápidamente nuevas operaciones, en el marco cultural de nuestro grupo y con el talento idóneo que nos lleve al siguiente escalón, para contribuir a su vez en la dinámica económica de nuestro país.

¿Qué estrategias piensas implementar para integrar la cultura y propiciar buenas prácticas?
Existen diferentes marcos de trabajo que nos ayudan a gestionar la cultura. En primer lugar, el liderazgo. Los líderes debemos estar alineados con la visión del negocio, con la cultura y con las prácticas, con ese ADN que queremos transmitir hacia nuestro personal. Lo segundo es la comunicación. Los colaboradores deben conocer cuáles son nuestras prioridades y cómo contribuyen desde su rol con nuestros objetivos, y vivir nuestros pilares culturales. En tercer lugar, se encuentra el soporte activo que brindamos en términos de adaptación, que consiste en acompañar la adopción de los cambios que cocreamos y en generar espacios de escucha y de mejora continua que nos lleven a un ciclo virtuoso de eficiencia en nuestras operaciones y experiencia.

Y para aplicar estos ejes se apoyan en los líderes.
Es básico enfocarnos en los líderes para lograr el cambio en nuestra organización. Pero, además, hay otras personas clave en las que nos podemos apoyar. Parte de una de las estrategias es identificar quienes ejercen influencia sobre los colaboradores, ya sea porque tienen mucho tiempo en la organización o porque son expertos en alguna materia y los demás los escuchan. Hay un programa muy bonito llamado Embajadores Alpayana, con el que identificamos a estas personas para que nos ayuden a generar esa red proactiva y a comunicarnos y despejar mucho más rápido algunas dudas.

Con miras al futuro, ¿qué te gustaría lograr en Alpayana o, incluso, más adelante, en tu carrera? 
Me gusta reflexionar muy bien cada paso que doy y fijarme metas a futuro. Alpayana está creciendo rápidamente como grupo en pos de posicionarse como un referente en la región. En este contexto se abren muchas oportunidades, no solo para mí, sino para las personas que formamos parte de la empresa. Hoy, tengo un encargo importante desde mi rol, sin embargo, más adelante quisiera moverme al corazón del negocio. Me gustaría pasar de recursos humanos, que es una gerencia clave de soporte, a una gerencia de negocio donde pueda gestionar otras variables y crecer aún más como profesional.

Además de Alpayana, ¿en dónde has trabajado?
Mi experiencia es diversa, he tenido la oportunidad de vivir y entender diferentes sectores, así como de desarrollar distintas habilidades. Inicié mi vida laboral en Procter & Gamble, empresa transnacional que me formó durante ocho años en roles comerciales y de gestión de personas. También he estado en Softys (antes Protisa - Productos Tissue del Perú), en SGS, y en empresas peruanas como Copeinca, que es una compañía pesquera, y en BCP, en donde tuve una grata experiencia con el tema de transformación digital.

¿Qué logros o proyectos importantes podrías compartir? 
Llevo aquí poco tiempo, sin embargo, me enorgullece que, junto con el equipo, hayamos establecido la estrategia de gestión de personas que definirá los siguientes hitos en Alpayana. Sobre logros pasados, recuerdo claramente la experiencia en Productos Tissue del Perú, donde, gracias a buenas prácticas instaladas y a la administración laboral, fuimos reconocidos por el Ministerio de Trabajo por la buena gestión de las relaciones colectivas e individuales, que finalmente se reflejaban no solo en los acuerdos, sino en nuestros indicadores de clima con una favorabilidad arriba de 85 puntos. Por otro lado, viví una bonita historia en el BCP, donde instalamos el primer equipo de desarrollo de personas para los 17 000 colaboradores del banco y llegamos a tener indicadores de satisfacción en verde en menos de un año. Asimismo, junto con mi equipo de trabajo, escalamos nuestras iniciativas a las empresas del grupo Credicorp con éxito.

¿Cómo te fue con el tema de transformación digital que trabajaste en el BCP?
Liderar ese proyecto fue muy valioso porque en esta empresa tuve la oportunidad de trabajar con el equipo de sistemas (TI), data y una startup extranjera en el diseño de un ecosistema que implicaba un software para gestionar el desarrollo de las personas. Teníamos retos adaptativos relacionados con el mindset de las personas y retos técnicos asociados con el software y procesos. Fue interesante codiseñar soluciones con los usuarios porque implicaba acompañarlos en la nueva forma de gestionar el desarrollo de habilidades y aumentar las visualizaciones o frecuencia de uso de funcionalidades, para dar feedback o incorporar herramientas de gamification y motivar a las personas durante el proceso de adopción. Realizamos mucho research que nos ayudó a desarrollar un gran entendimiento del usuario y del diseño de productos más acertados, en este caso, tecnológicos, en la gestión de personas. En esos casi tres años desarrollé otro tipo de habilidades, tanto digitales como las relacionadas con entender el mundo del talento digital, gestionar la incertidumbre y agregar valor de manera ágil.

¿Qué te gusta hacer cuando no trabajas?
Para mí, es clave tener balance en la vida. En general, soy muy apasionada por mi trabajo y, actualmente, estoy enamorada del sector minero. Me emociona todo lo que se puede hacer para contribuir con nuestro país. Pero, además, siempre busco espacios para hacer y aprender cosas distintas. Practico deporte antes de ir a la oficina y voy al gimnasio unas cuatro veces a la semana. Además, en Alpayana tenemos un horario flexible los viernes, podemos salir temprano durante todo el año, así que suelo tener clases de canto con mi vocal coach. Finalmente, los domingos voy a correr tabla con mi hijo Sebastián y nuestro instructor, para cerrar bien la semana. 

¿Qué te gustó de estudiar en la Universidad de Lima? 
Estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima fue una experiencia muy grata y una de las mejores decisiones que tomé, porque la Universidad tiene un foco sólido en la gestión. Allí desarrollé habilidades y adquirí conocimientos que me han ayudado a desempeñarme en diferentes sectores e industrias. Además, los profesores tenían un interés genuino por apoyar a los estudiantes y por transmitir experiencias de aprendizaje. Nos enseñaban no solo el tema propio de la materia, sino también cosas que sirven para la vida.