Ernesto Castillo asumió la Subgerencia de Finanzas Corporativas del Grupo Flesan el día en que se decretó el estado de emergencia en el Perú, en marzo del 2020. En esas circunstancias, uno de sus principales retos fue gestionar el equipo de trabajo, al tiempo de asegurar la liquidez en un escenario de incertidumbre.
El Grupo Flesan cuenta con diferentes unidades de negocio, como anclajes, demoliciones, obras públicas, tecnología, energía, etcétera. Todas ellas ligadas al campo de la construcción. Ernesto estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima y se encarga de mantener en orden las operaciones financieras en todas las unidades de negocio.
¿Qué funciones realizas como subgerente de Finanzas Corporativas del Grupo Flesan?
Mi principal función es asegurar el flujo de liquidez en el Grupo, que al estar relacionado con el sector de la construcción, requiere un capital de trabajo constante. Adicionalmente, como equipo en finanzas y tesorería, nos toca velar por el orden de las operaciones financieras y el cumplimiento de los procedimientos establecidos por nuestra casa matriz de Chile.
¿Qué funciones has desempeñado anteriormente en esta organización?
Mi convocatoria fue a través de una empresa de headhunting. En ese momento me desempeñaba como gerente de Finanzas e Inversiones en un grupo empresarial ligado al sector inmobiliario y de construcción. Me convocaron por LinkedIn. Fue un proceso relativamente rápido, dado que se necesitaba cubrir el puesto rápidamente. No he realizado otras funciones en Flesan.
¿Cómo han enfrentado la crisis el 2020 y cómo piensas que marcharán las cosas en una etapa pospandemia?
Al inicio hubo mucha incertidumbre, en especial en nuestro sector, que tuvo que detenerse al cien por ciento y nuestros ingresos dependen justamente de la operación. Tuvimos que asegurar la liquidez, presionando la cobranza de facturas pasadas y vigentes, renegociar las líneas de financiamiento para obtener plazos más largos (tanto con entidades financieras como con proveedores) y asegurar los créditos de Reactiva Perú, que nos ayudaron durante los tres meses que tuvimos de para total. Una vez se reanudaron las actividades, igualmente fue complicado, porque algunas de las obras que teníamos en curso previamente a la pandemia se aplazaron para este año y otros proyectos se dejaron sin licitar, por lo que el flujo de ingresos se tuvo que controlar al más mínimo detalle, priorizando la operación. Finalmente, hacia finales del 2020, comenzamos a ver una reactivación un poco más estable, nos adjudicamos proyectos importantes. En lo que va del presente año, estamos logrando cerrar algunos proyectos nuevos. Para el presente año no se puede asegurar nada mientras el tema de la COVID-19 no se supere.
¿Qué retos enfrentas diariamente?
Comencé en el Grupo Flesan el mismo día en que arrancó el estado de emergencia, en marzo del 2020. Por ello, uno de los principales retos fue gestionar el equipo y la responsabilidad de manera remota, así como asegurar la liquidez en un escenario de incertidumbre, como fueron los primeros meses de la pandemia. Felizmente, tuve el apoyo del equipo, de las diferentes áreas de la empresa y del equipo corporativo de Chile. Hoy estamos abocados a participar en la reactivación del sector de la construcción, participando en los procesos de licitación de las principales obras, tanto públicas como privadas. Como área de finanzas, debemos asegurar que el soporte financiero se alinee con los requerimientos de los procesos de licitación y que les podamos hacer frente en caso nos adjudiquemos una obra.
¿Cómo son los retos que se presentan con el personal?
En este momento es importante mantener el trabajo en equipo, la comunicación constante, así como el compromiso de las personas para trabajar de manera eficiente, considerando temas como la pandemia, la situación actual de la economía, la incertidumbre de las medidas. Estos son factores que impiden que la gente se pueda concentrar y dedicar completamente al trabajo. Lo que queda como líder de un equipo es ser empático, poder dar ciertas concesiones, en la medida en que se reciba una respuesta de compromiso por el cumplimiento de las funciones.
¿Dónde has ejercido anteriormente?
Anteriormente me he desempeñado en el sector inmobiliario, tanto en finanzas como en inversiones, levantando capital para desarrollar proyectos de vivienda. Y antes de eso, estuve en el área comercial de un banco, trabajé en asesoría de inversiones para personas y empresas con excedentes de capital. Casi durante mis trece años de experiencia he estado ligado a temas financieros y de inversiones.
¿Qué logros o proyectos interesantes podrías mencionar en tu carrera?
He logrado estructurar financiamientos para el desarrollo de cerca de quince proyectos inmobiliarios de vivienda, en distintos niveles socioeconómicos, lo que representa más de dos mil departamentos.
¿Cuáles son tus fortalezas profesionales?
Creo que soy capaz de adaptarme a las circunstancias de cada reto que se me presenta. Puedo ver las oportunidades que se dan y sortear los imprevistos. También considero que tengo buen manejo interpersonal, tanto con los terceros con los que interactúo como con los equipos que he liderado.
¿Tienes algún pasatiempo?
Hoy por hoy dedico todo mi tiempo libre a mi familia, a mi pequeño hijo, que cumplió dos años en noviembre pasado y que en estos tiempos requiere de mucha más atención de lo usual para mantenerlo estimulado y entretenido.
¿Qué puedes comentar sobre tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Siento que no pude aprovechar mucho las actividades complementarias que brinda la Ulima; me dediqué al cien por ciento a los cursos de la Carrera, que a partir del cuarto o quinto ciclo eran extremadamente complicados. Así es la Carrera, fue un constante reto y creo que eso es algo que valoro mucho en estos momentos. Adicionalmente, Ingeniería Industrial es una carrera completa, que permite especializarte luego en lo que te guste, que en mi caso fueron las finanzas.