Emprendedores Ulima abren nuevo canal de venta para jugos naturales

Motivados por la idea de crear un producto alimenticio saludable, nutritivo y de fácil preparación, tres amigos se propusieron crear un negocio de venta de jugos naturales a través de una máquina expendedora de alimentos y de unos sachets con el contenido deshidratado en polvo de la fruta. 

Ellos son Eduardo Nue Echevarría, estudiante de Ingeniería Industrial, y Karla Ávila Pisco, egresada de Ingeniería Industrial, ambos de la Universidad de Lima, junto con Darío Nue Echevarría, ingeniero de telecomunicaciones. Ellos ganaron el Concurso Primer Paso, que la Ulima otorga a los proyectos de emprendimientos con posibilidades de realización y de éxito en el mercado. Y en el 2016 ganaron el Concurso Start Up Perú, en la categoría de emprendedores innovadores. Ahora están a un paso de hacer andar este negocio llamado Natural Juice.

¿Qué los motivó a crear Natural Juice?

Karla: Siempre nos ha gustado la alimentación sana y el deporte, así que tuvimos la idea de crear un negocio con un impacto positivo en la salud de las personas y en la sociedad. Pensamos en las cosas que suceden a nuestro alrededor y vimos que cuando uno va a una bodega, encuentra jugos con preservantes y colorantes, así que nos propusimos ofrecer algo rápido de obtener y diferente: jugos naturales, sanos, agradables tanto en color como en sabor. Son jugos de frutas con cereales que se venderán en máquinas expendedoras y en sachets que contienen la fruta deshidratada en polvo.

Eduardo: Así fue que nos presentamos a la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de Lima, con la idea de crear un canal nuevo para la venta de jugos naturales.

¿En qué fase se encuentra su proyecto?

Eduardo: Hemos culminado la etapa de investigación de mercado. El producto está listo y vamos a entrar a la fase de venta. Instalaremos máquinas dispensadoras en diversos puntos, el primero de ellos será la Universidad de Lima, a mediados de este ciclo. Ya tenemos mapeadas otras empresas y centros comerciales y quisiéramos tener presencia en clínicas, hospitales, puntos retail, etcétera.

¿Cuánto han invertido en su proyecto?

Eduardo: El desarrollo del proyecto está valorizado en S/ 150.000. Al ganar el Concurso Primer Paso, que organiza la Universidad de Lima, obtuvimos S/ 25.000; después nos presentamos al Concurso Start Up Perú, del Ministerio de la Producción, donde resultamos ganadores y conseguimos S/ 50.000. La empresa Vending también nos dio un aporte en maquinaria y asesoría, de aproximadamente, S/ 30.000. Además, a través del Consorcio de Universidades, del cual forma parte la Ulima, ingresamos a la incubadora Bio Incuba de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, y así entre fondos en efectivo y otro tipo de beneficios hemos llegado a una cifra entre S/ 250.000 y S/ 300.000. Nosotros también hemos puesto algo de dinero, alrededor del 10 % de esa cantidad.

¿Cuánto valdrá el jugo que venderán?

Eduardo: Entre 5 y 7 soles el sachet de 30 gramos, el cual debes diluir en agua para obtener un jugo de 400 mililitros de pura fruta, pues el sachet contiene fruta deshidratada en polvo. En las máquinas dispensadoras, costará entre S/ 4 y S/ 5 el vaso de 210 mililitros.

Karla: Esto nos permite llegar a un público que quiere consumir un jugo natural, pero no tiene tiempo para prepararlo.

¿Cuál es su público objetivo?

Eduardo: Nuestro nicho está conformado por los millennials y la generación X, personas de 21 a 49 años de los sectores socioeconómicos A y B, que abarcan a 290.000 personas, aproximadamente, solo en Lima. También madres de familia. Según nuestra investigación, la frecuencia de compra de nuestro producto sería de 4 sachets por semana, lo cual arrojaría un resultado de S/ 278 millones al año. Pero, como no vamos a poder atender a todo este mercado, entraremos con una penetración del 1 % al 2,5 % en 5 años, lo que nos daría una facturación superior a S/ 20 millones en ese tiempo. Hemos realizado este análisis con la asesoría de expertos.

¿De qué se ocupa cada uno de ustedes?

Karla: Darío se encarga de la investigación y el desarrollo. Eduardo ve el área financiera y comercial, y yo la logística.

¿Qué dificultades han debido resolver en el camino?

Karla: Al inicio, no teníamos idea de que esto iba a ser tan grande. No sabíamos a qué nos enfrentábamos realmente y cada fase y cada error han sido muy importantes, nos han permitido aprender y mejorar. Cada concurso ha sido enriquecedor.

Eduardo: En un momento subcontratamos a un tercero para que hiciera el jugo que queríamos, invertimos S/ 3.000 del fondo que ganamos en Primer Paso, y encargamos piña deshidratada… nos dieron un producto de color marrón, así que fuimos en busca de otros proveedores, pero no podían ofrecernos el resultado que queríamos. Finalmente, solicitamos ayuda a los laboratorios de la Universidad de Lima para llevar a cabo la investigación, ese fue un paso importantísimo.

¿En qué ha consistido el apoyo que les ha dado la Universidad de Lima?

Eduardo: Esto no habría sido posible sin el apoyo de la Ulima; sinceramente, hemos sido asesorados por una gran cantidad de profesores e investigadores de la Universidad, en todo momento. La Universidad inclusive nos contactó con los fondos de inversión peruanos, con los cuales estamos haciendo negociaciones ahora. También nos contactó con un inversionista americano y ahora estamos postulando a un nuevo fondo del Ministerio de la Producción, en el Concurso de Proyectos de Innovación para Microempresas, ya como empresa, no como proyecto.

Karla: El profesor Javier Quino, por ejemplo, nos ha ayudado muchísimo; él nos aconsejó acudir a los laboratorios de la Universidad. También el profesor Luis Yácono nos ayudó con el Laboratorio de Física y Química. Cuando hicimos los primeros pilotos del producto, nos instalamos en ese laboratorio y luego fuimos al Laboratorio de Operaciones y Procesos Unitarios (OPU), donde nos apoyó mucho el profesor Fortunato del Valle, y utilizamos los equipos para crear nuestro producto. Para los focus groups hemos tenido el apoyo del Círculo de Investigación de Mercado de la Ulima y de la profesora María Elena Ríos.

Eduardo: Ha sido una experiencia muy buena. Es gratificante ver cómo todos los grupos emprendedores de la Universidad de Lima nos apoyamos. Hacemos exposiciones de nuestros proyectos entre nosotros, nos criticamos de una manera constructiva y nos pasamos la voz de algunos fondos y concursos de emprendimiento. Hemos creado un grupo en Facebook llamado Start Up Ulima, donde nos damos ideas y nos pasamos datos.

Aparte de Natural Juice, ¿tienen otro trabajo?

Eduardo: En el 2014, yo tenía la jefatura de proyectos en una empresa del sector eléctrico, con un sueldo muy interesante, pero decidí renunciar para dedicarme 100 % a este proyecto. Darío también renunció a su trabajo.

Karla: En un momento yo también renuncié a mi trabajo, en OPP Film, una empresa de plásticos, y me dediqué completamente a Natural Juice, pero ahora trabajo, además, en Luz del Sur, en el Departamento de Mantenimiento e Instalación de Media Tensión, tengo a 34 personas a mi cargo, superviso el trabajo para que haya fluidez en el servicio eléctrico. Nos hemos esforzado mucho por este proyecto y los tres nos hemos convertido en una familia que comparte sus problemas y se apoya para salir adelante.