Carlos José Mujica es un convencido de que en la vida es necesario encontrar un equilibrio entre el lado personal y el laboral para hacer todo bien. Él estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, es gerente general de Imaco y se casó con una compañera de aulas, con quien tiene dos hijos. Ese balance que él ha encontrado en su vida le permite asumir los retos profesionales con el mismo entusiasmo con el que practica taekwondo con su hija y tabla con su hijo.
¿Podrías contarnos brevemente tu experiencia profesional?
Al salir de la Universidad trabajé en Depsa, empresa de depósitos del Grupo Wiese. Estuve ahí año y medio como ejecutivo de Operaciones y llegué a subgerente de Proyectos. Llegué a Imaco en el 2005, empecé como jefe de Control de Calidad, después fui a Servicio Posventa, Proyectos, estuve en la Gerencia de Logística, luego fui gerente de Operaciones y este año asumí la Gerencia General.
A lo largo de este tiempo en Imaco, ¿qué es lo que más te ha gustado del trabajo?
Siempre me ha gustado el hecho de que se presentan muchísimos retos, todos los días son diferentes. En la parte operativa hay que solucionar muchos asuntos del día a día, hacer coordinaciones con clientes, ver que los despachos salgan a tiempo, que la fábrica funcione correctamente, tener en cuenta las importaciones y los embarques, ver la calidad de los productos. Siempre había cosas diferentes que revisar en Operaciones y las herramientas de ingeniería industrial que adquirí en la Universidad de Lima me ayudaron mucho para eso. He aplicado mucho los diagramas de espina de pescado, de Gantt, técnicas de estudio de trabajo, diagrama de movimiento de operaciones, diagramas mano a mano… todo para hacer mejor las cosas.
Y ahora que se viene la campaña navideña, ¿cómo se vive eso en Imaco?
Para que tengas una idea, durante la campaña navideña se lleva a cabo del 20 % al 25 % de las ventas anuales.
O sea que esta es la época del año en que no puedes salir de vacaciones de ninguna manera.
De ninguna manera, hay orden de inamovilidad (risas). El electrodoméstico es un producto que se regala mucho en Navidad. Hay muchos clientes que el mismo 24 de diciembre piden mercadería, hay que estar preparados. También se regala electrodomésticos a los amigos, porque en esta época hay muchos casamientos y es común regalar algún artículo del hogar a los novios.
¿El fenómeno de El Niño les afecta de alguna manera?
Si el fenómeno de El Niño es leve, no nos afecta. Pero si resulta dañino y perjudica la economía del país, sin duda, repercutirá en nuestro sector también. Si llega a ser tan destructivo que impacta en el PBI y en la zona norte del país, definitivamente eso nos afectará, porque la zona norte es un mercado importante para nosotros.
¿Qué posición ocupa Imaco en el mercado peruano?
Imaco es la segunda marca de electrodomésticos en el Perú, detrás de Oster, y es la única empresa que todavía fabrica en el Perú y que exporta sus productos.
¿Qué ha hecho a otras empresas dejar de producir en el Perú?
Producir dentro del país es costoso. Tenemos una barrera logística y burocrática que nos impide aprovechar los tratados de libre comercio y las oportunidades con otros mercados. Actualmente, si hablamos de comercio, ya no se compite con un país, sino con todo el mundo. Si el país donde trabajas no tiene ventajas con otros países, estás en desventaja. Las empresas que producían acá se han ido a México o Colombia.
¿Qué retos proyectas a futuro para la empresa?
La idea es que en los próximos tres a cinco años nos consolidemos en el mercado peruano y seamos la marca número uno. Además, seguir exportando; ahora lo hacemos a Ecuador, Colombia, Bolivia y Uruguay.
¿Cuántas personas trabajan en Imaco?
Tenemos más de 300 trabajadores directos y 1.000 indirectos. Esta es una empresa mediana. Tratamos de mantenerla lo más eficiente posible y cuidamos mucho el factor social.
¿De qué manera?
A través de diferentes programas. A los trabajadores con más de diez años en la empresa les ofrecemos financiamiento de viviendas, se les presta una cantidad de dinero a tasas de interés bajas, para construir en un terreno o para comprar y desarrollar una vivienda. Tenemos programas de financiamiento de estudios de bachillerato o de maestría. Además, en Imaco tenemos trabajadores de origen muy humilde que no han acabado la secundaria y tratamos de apoyarlos para que puedan llevar cursos de secundaria y que luego aprovechen los convenios que tenemos con Senati y Tecsup.
¿Cómo combinas tu vida laboral con la familiar y los estudios?
He llevado una maestría en Administración de Negocios en Incae, en Costa Rica, en la que me fue bastante bien. Estoy casado, tengo dos hijos, uno de diez años y una de ocho. Me gusta apoyar a mis hijos para que puedan ir bien en el colegio. Los dos son muy deportistas, él hace tabla y ella taekwondo. Trato de darme un día por semana para dedicarme a los chicos: los miércoles parto el día y entreno con mi hija, y los fines de semana practico tabla con mi hijo.
¿Qué recuerdos guardas de la Universidad de Lima?
Mi vida de estudiante fue una de las mejores épocas. Ahí conocí a mi esposa, en la Carrera de Ingeniería Industrial. Nos conocimos en la clase de química, así que podemos decir que hicimos química (risas). Mi esposa es un ángel y se ocupa de toda la logística de mis hijos. Hoy en día no puedes enfocarte solo en lo laboral, porque pierdes balance. Para mí, el éxito es saber combinar lo laboral con lo familiar y la salud, a través del deporte.