Empoderar a la mujer en temas de tecnología y computación, reforzar su interés por la ciencia, y crear un espacio que la conecte con el mundo laboral forman parte de las ocupaciones de Natalie Gil.
Ella es ingeniera de sistemas por la Universidad de Lima y, junto con dos socias, organiza Latinity, la conferencia de mujeres en tecnología más grande de Latinoamérica que ya se ha constituido como el ambiente propicio para que mujeres tech intercambien información y establezcan nuevos contactos laborales.
¿Cómo surgió la idea de esta conferencia?
La idea surgió en el marco de la conferencia Grass Hopper, que se desarrolla desde hace más de 15 años en diferentes ciudades de Estados Unidos. La próxima conferencia será en Orlando, y tendrá alrededor de 20.000 participantes. La primera vez que yo asistí fue en el año 2009 y me pareció sorprendente. Luego, un día conversé con Luza Jaramillo (Colombia) y Jocelyn Simmonds (Chile) sobre esa experiencia tan buena que hace tanto bien a las mujeres: reunirse a discutir sobre tecnología y ciencia, así que quisimos trasladar todo ello a nuestros países e inspirarnos mutuamente. Y esto es muy importante porque son pocas las mujeres que se desempeñan en el terreno de la computación y la tecnología, en general; por eso, nosotras pretendemos facilitar un ambiente motivador y de apoyo para que las mujeres sigan el camino de las carreras con base tecnológica.
¿Desde cuándo se hace Latinity?
Empezamos a planear este proyecto en el 2013 y en el 2015 hicimos el primer evento en Chile. En el 2017 organizamos otro en Arequipa y el año pasado, uno más en Bogotá. Este año llevaremos Latinity a San José de Costa Rica. Ya tenemos de 400 a 500 mujeres en lista. Hemos capturado el entusiasmo de muchas personas y ya contamos con equipos de voluntarios en los países a los que vamos. Aparte, entre nuestros auspiciadores, están empresas como Microsoft y Google.
¿Cómo se desarrollan los dos días de conferencias?
Abordamos 3 temas en las conferencias. El primero es académico, reúne no solo mujeres que realizan investigación, sino también a hombres que muestran sus trabajos en sociología, psicología y otras ramas. Otro aspecto que cubrimos tiene que ver con la sociedad, y aquí participan representantes de diversas comunidades contando su experiencia de trabajo con mujeres: algunas les han realizado a otras mentorías, otras tienen talleres de programación para adolescentes, etc. Lo tercero es lo profesional, experiencias bonitas que se comparten con la audiencia. Aparte, se realizan talleres acerca de cómo planear y realizar una presentación, cómo armar un currículum, cómo prepararse para una entrevista, etcétera. Una vez hicimos un concurso de emprendimiento relacionado con tecnología. Además, siempre organizamos una feria de trabajo a la cual asisten nuestros auspiciadores para tratar de reclutar talentos. La conferencia, si bien tiene una duración de 2 días, incluye eventos que se desarrollan antes y después.
¿Quiénes van?
Asisten empresarias, emprendedoras, estudiantes, mentoras, ejecutivos de alto nivel, y líderes de comunidades y del mundo de la ciencia y la tecnología. Todos intercambian ideas y vuelven a sus países con otras visiones. Es muy interesante. Yo tuve una mentora y ahora soy mentora de otras personas.
¿Sientes que esta labor te reta constantemente y te obliga a pensar en forma creativa?
Exactamente, así es. Tengo libertad para hacer cosas y para aportar desde varios frentes, lo cual no siempre es fácil. Pero, después de año y medio en esto, ya sé cómo proveer y sacar valor. Me siento muy contenta con lo que hago: es gratificante poder ayudar a las personas.
¿Tienes algún ejemplo de una mujer que haya tenido una evolución importante a partir de su participación en Latinity?
Tengo muchos ejemplos, pero ahora mismo recuerdo a una chica que venía de Costa Rica y conocimos en Chile; ella era estudiante y fue a Seattle reclutada por Microsoft. También conocí a una joven chilena que vivía en Cuba y se fue a trabajar a Silicon Valley. La conferencia tiene muy buena reputación y es muy satisfactorio ver a mujeres de diferentes países acceder a una oportunidad así. Todas estas mujeres son una fuente de inspiración para mí.
¿Qué hacías antes?
Cuando salí de la Universidad de Lima, trabajé en el BCP e hice una maestría en Gestión de Sistemas de la Información en la Universidad de Carnegie Mellon, Estados Unidos. Luego volví al mundo corporativo y trabajé en empresas de ese país, como Microsoft, por ejemplo. Después me tomé un año sabático y llevé a cabo una maestría en MIT. A partir de entonces, busqué trabajar en algo menos estructurado, como lo que hago actualmente.
Aparte de tu actividad actual, ¿en qué trabajas?
Tengo una compañía de consultoría dedicada al tema de tecnologías emergentes llamada Rational7 y también asesoro a startups en temas de tecnología, por lo que paso bastante tiempo viajando y viendo oportunidades para ellas. Incluso asesoro a estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Lima en temas relacionados con blockchain. A algunos les brindo asesoría en sus proyectos de tesis sobre modelos de negocios y a otros en sus startups. Eso me pone muy contenta.
¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima?
La Universidad de Lima me dio una excelente visión. Yo he tenido oportunidad de estudiar en el extranjero, en ambientes académicos muy exigentes, y puedo decirte que la formación en la Ulima es muy buena porque te prepara para desenvolverte bien en cualquier lugar. La discusión de casos de la vida real y sobre temas de negocios durante mis estudios, así como los cursos que llevé de programación, marketing, finanzas y contabilidad me ayudaron mucho a entender el tema de la tecnología y el diseño de sistemas en general. La Universidad me dio una excelente base para poder seguir construyendo mi camino. Me encantó el tiempo que pasé ahí.