Desde chico, Gino Risco se interesó por la construcción. Acompañaba a su papá a las obras donde trabajaba y aprendía, incluso, a manejar maquinarias. Cuando le tocó definir su orientación vocacional, no lo dudó. Tenía claro que quería ser ingeniero civil. Actualmente está en el séptimo ciclo de la carrera en la Universidad de Lima y ya ha abierto su propio negocio de topografía y fotogrametría: Gertop Group. Lo que le gusta más de su emprendimiento es que permite reducir los tiempos en el trabajo de campo, ofrece mayor precisión de datos y favorece el ahorro económico. Además, por tratarse de un tema tecnológico, siempre salen novedades y nunca deja de aprender.
¿En qué consiste la fotogrametría?
La fotogrametría es un arte que se aplica hoy en la topografía. Permite conocer el tamaño y la posición de los objetos en el espacio con ayuda de fotografías y un modelo digital del terreno. Esta es una nueva técnica que se usa para obtener mapas planos y modelos tridimensionales a través de la fotografía aérea. Actualmente, la fotogrametría se ha vuelto una herramienta que complementa todos los trabajos de topografía que se realizan con estación total, GPS diferencial, etcétera. Esta nueva técnica reduce los tiempos de trabajo en campo y tiene más precisión. Yo llevé el curso de Topografía en la Universidad de Lima y me ayudó mucho a desarrollarme en el campo.
¿Cómo empezaste a dedicarte a esta especialidad?
Mi papá se dedica a la ejecución de obras, y se presentó un trabajo de un enrocado en el río Cañete, así que nos fuimos a trabajar allá. Estuve como apoyo del maestro de obra. Había una cuadrilla de topógrafos y el ingeniero a cargo me presentó a todos. Conocí a un ingeniero topógrafo de una empresa, quien me enseñó el uso de un dron en fotogrametría. Luego busqué cursos en línea para reforzar lo aprendido e investigué un poco más al respecto. Me enteré de que para volar drones en el Perú hay que tener una licencia que otorga el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, así que me inscribí para rendir el examen y obtuve mi licencia. También llevé un curso de fotogrametría en una institución colombiana de ingenieros topógrafos y me dieron un certificado.
Luego de los cursos que llevaste, ¿cuál fue tu primer trabajo en este rubro?
Después de sacar mi licencia y mi certificado, inmediatamente comencé a trabajar en este rubro. Con el dinero que gané, me compré un dron y un GPS, que es la base para este trabajo. Y uno de mis amigos topógrafos que conocí en Cañete me convocó para realizar el levantamiento fotogramétrico de cinco puentes en Áncash. Para eso, llamé a un amigo que había estudiado Ingeniería Civil en la Universidad de Lima, Jhon Culqui, y le propuse realizar el trabajo conmigo. Como estudiante, ya había realizado prácticas, pero en esta obra efectué un servicio como independiente. Fue una gran oportunidad para mí. Después me salieron otros trabajos. Viajé a Huancayo, Jauja, La Oroya, Cerro de Pasco, Huancavelica y, últimamente, Yauyos. Ya tengo mi empresa, me va bien; pero no puedo aceptar todos los trabajos que me ofrecen, porque los estudios no me dejan tanto tiempo libre.
¿Cómo fue tu primera experiencia de trabajo en Áncash con tus propios equipos?
Fue en una obra grande, perteneciente a un consorcio, y el trabajo quedó muy bien. Yo estaba nervioso porque, si bien tenía experiencia, había trabajado dentro de un grupo de topógrafos que me enseñaban. En este caso, el trabajo era mi responsabilidad y debía presentarlo a una junta de topógrafos e ingenieros. Asumí el reto con ayuda de mi compañero Jhon Culqui y lo hicimos bien. Supongo que el trabajo les gustó porque, luego de una semana en la que realicé el servicio, me pidieron que me quedase de manera permanente. Querían que siguiera monitoreando la obra con el dron, pero no pude aceptar porque el requisito era que me quedase en Áncash por seis meses. Lo bueno fue que les gustó mi trabajo, así que los demás topógrafos me empezaron a llamar para determinados trabajos con uso de dron. Así, decidí abrir mi empresa y brindar el servicio, ya no solamente de levantamiento con dron, sino también topográfico: nivelaciones, replanteo, controles topográficos, planos perimétricos, de ubicación y otros temas.
¿Cómo te va hasta el momento?
Muy bien, porque a la par que avanzo no solamente aprendo de topografía, sino que adquiero experiencia en el ámbito de la ingeniería civil en general y fortalezco mis conocimientos. Esta experiencia me ayuda mucho en las clases y me ha incentivado a seguir estudiando mi carrera. En el ámbito personal, me ha permitido independizarme, tener mis propios ingresos. Y agradezco la colaboración de mi compañero Jhon, que también ha sacado su licencia de piloto para dron y está llevando cursos de topografía para trabajar juntos.
¿John es tu socio?
Actualmente sí. A veces, yo hago los trabajos en campo y le envío los datos para que él se encargue del trabajo de gabinete, del procesamiento de los datos.
¿Piensas dedicarte a la fotogrametría cuando salgas de la Universidad?
Yo pensaba dedicarme más al tema de ejecución de obras para carreteras, canales, reservorios, temas de construcción, que es a lo que se dedica mi papá; pero se dio la oportunidad de trabajar en esto y me ha gustado.
¿Qué es lo que te gusta más de esta especialidad?
Me gusta el hecho de que la técnica está reduciendo los tiempos en el trabajo de campo, implica mayor precisión de datos y un ahorro económico. Yo no solamente la aplico con mis clientes, sino que también apoyo a mi papá. Estoy tratando de incluir esta técnica en los trabajos que tenemos, y muchas veces ahorramos tiempo y hacemos más rápido los trabajos. Es un aporte. Eso me gusta, se aprende bastante. Cuando pienso que ya comprendo algo, salen nuevas cosas y me pongo a practicar más.
¿Ahora puedes llevar a cabo tu negocio y estudiar al mismo tiempo?
Ya casi me falta un año para terminar la Universidad y, como entraremos a una etapa de semipresencialidad, tendré menos tiempo para dedicarme a mi trabajo. Sin embargo, no lo voy a dejar. Voy a tratar de formar un grupo de compañeros para realizar los trabajos.
¿Qué es lo que valoras más de tu carrera en la Universidad de Lima?
Mi carrera me apasiona. Siempre estuve vinculado a la ingeniería civil por la empresa de mi papá, que opera desde el 2010. Él siempre me ha llevado a sus obras y me ha enseñado a manejar sus maquinarias. Y en la Universidad de Lima tengo grandes profesores que me incentivan a seguir.
¿Cuáles son tus próximos planes?
Me veo como un gran ingeniero, trabajando denodadamente, siguiendo el código de ética, experimentando en distintas obras, quizá en algunas otras empresas; pero ya decidí que no voy a dejar la empresa que he creado, sino que la voy a hacer crecer, implementando nuevos equipos, contratando personal, quizás paralelamente a un trabajo estable.