Consejos para gestionar el desafío de las clases semipresenciales

Una nueva ponencia virtual del ciclo Cavilando, organizado por el Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima, se llevó a cabo el 4 de marzo. La charla se tituló “Nuevos desafíos en la relación entre el docente y el alumno: de la virtualidad a la semipresencialidad” y contó con las participaciones de Beatriz Canessa, jefa del Departamento de Orientación Psicopedagógica de la Dirección de Bienestar de la Ulima, y Graciela Noriega y Glenda Rengifo, psicólogas de la misma área.

Graciela Noriega precisó que el evento tuvo como objetivos reflexionar sobre el estado del alumno y el docente ante el comienzo de las clases semipresenciales, ofrecer estrategias que favorezcan la motivación y la atención de los alumnos, y divulgar técnicas de contención emocional.

La especialista señaló que, según un trabajo del 2021, desarrollado por un equipo de investigadores del Consorcio de Universidades (integrado por nuestra Casa de Estudios, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad del Pacífico y Universidad Peruana Cayetano Heredia), un 51% de los alumnos abordados en la investigación reporta niveles bajos de capacidad para enfrentar las demandas académicas, un 32% presenta manifestaciones severas y extremadamente severas de estrés, un 39% exhibe señales de ansiedad, un 39% sufre de depresión, entre otras alteraciones, las cuales pueden haber sido generadas por la disminución de la interacción social durante la pandemia, la interrupción de la rutina y las nuevas exigencias tecnológicas, académicas y psicológicas.

Noriega también dijo que, en este contexto, los docentes deben desarrollar competencias como la empatía, la tolerancia, la asertividad, la flexibilidad, el pensamiento crítico y la organización, con el fin de gestionar el desafío de la enseñanza semipresencial.

Posteriormente, Beatriz Canessa indicó que es necesario incentivar las creencias positivas de los estudiantes sobre las competencias o las habilidades relacionadas con su autoeficacia. En este punto, recomendó a los profesores el uso de reforzadores verbales (“están haciendo un buen trabajo”, “sé que podrán lograrlo”, “valoro mucho tu esfuerzo” o “veo que estás mejorando”), establecer metas claras, crear un clima de confianza en el aula y brindar retroalimentación. 

Además, Canessa resaltó la importancia de educar desde el amor y de entender que aprender no solo consiste en la adquisición de conocimientos, sino que se trata de un espacio de amor en el que, desde un vínculo positivo, se generan las ganas de aprender, conocer, colaborar, investigar y crear.

Por su parte, Glenda Rengifo remarcó los beneficios de ofrecer pausas activas a los alumnos, entre los que destacan la disminución de estrés, la estimulación de la circulación, la mejora de la capacidad de concentración y del desempeño académico, la reducción de la tensión muscular y la mejora de las funciones cognitivas. Asimismo, la experta hizo hincapié en que el cerebro de un adolescente suele permitir intervalos de atención sostenida que duran aproximadamente de 20 a 25 minutos, y que una persona acostumbra tener una mayor energía en las mañanas.

Con respecto a las técnicas de contención emocional, Rengifo mencionó la escucha activa que abarca acciones como la mirada orientada hacia el alumno o asentir con la cabeza, la exploración con preguntas abiertas (“¿a qué crees que se deba que te sientes así?”), reacciones que hagan saber al estudiante que existe un entendimiento sobre cómo él se siente, entre otras acciones estratégicas.