Los efectos de la COVID-19 en la economía peruana

¿Cómo afecta la pandemia de COVID-19 a la economía peruana? ¿Qué medidas pueden tomar las familias para reducir el impacto en su presupuesto y qué retos nos esperan a mediano y largo plazo? Estos son algunos de los temas sobre los que reflexiona Pedro Grados Smith, economista por la Universidad de Lima y director de la Carrera de Economía de esta Casa de Estudios.

¿Cuál será el impacto sobre la economía que tendrá la pandemia de COVID-19?
Los estimados más conservadores hablan de una caída del cinco por ciento del PBI, mientras que los más pesimistas calculan que esta puede ser de quince a veinte por ciento. Va a depender del ritmo con el cual se abra la economía y de qué tanto se pueda controlar la pandemia. En el tema de salud, el objetivo en el corto plazo es que no se desborde la infraestructura hospitalaria, de ahí la importancia de la cuarentena. Por otro lado, si sacrificamos demasiado la economía, el desempleo y el hambre pueden crecer demasiado.

¿En qué medida pueden aumentar los niveles de pobreza en el país?
Siendo conservador, analizando las cifras de manera muy preliminar, calculo que aumentará entre cinco y diez por ciento. Si bien logramos disminuir los niveles de pobreza en veinte años, esta podría subir entre veinticinco y treinta por ciento, a menos que se establezcan subsidios directos por un tiempo determinado, hasta que las personas que hayan perdido sus empleos puedan recuperarlos.

¿De qué manera se irá reactivando la economía?
La reactivación será paulatina. Según los funcionarios del Estado, la economía está funcionando en un 44% de su capacidad. La primera fase de apertura va a aumentar esta cifra hasta 70% u 80%. En las etapas tercera y cuarta se llegará a 95% y luego a 100%. Algunos asumen que eso va a ocurrir este año, otros consideran que podría tardar 2 años hasta que recuperemos nuestro PBI per capita.

¿Qué sectores se han visto más afectados y cuáles se han favorecido con esta crisis?
Varios sectores se han golpeado duramente. Turismo, por ejemplo. El aeropuerto de Lima recibe más de veinte millones de pasajeros al año, lo que significa una oferta de empleo considerable, que en este momento está resentida. Por otro lado, los supermercados se han visto favorecidos, ya que han incrementado sus ventas en artículos de bajo margen, los comestibles. Se habla de un incremento en ventas de quince a veinte por ciento, pero no así en los centros comerciales, que permanecen cerrados. A nivel internacional, los sectores que más han mejorado son los vinculados a la tecnología. En el Perú, sin duda, el uso de las plataformas digitales ha crecido exponencialmente.

En años pasados, ¿cuáles han sido las recesiones más fuertes que ha tenido la economía peruana?
En los últimos cien años, el Perú ha tenido tres grandes recesiones. Una fue la vinculada a la crisis de 1930, que se debió a factores externos y produjo la caída de los mercados en Estados Unidos y el resto del mundo. En ese entonces, el PBI cayó en aproximadamente diez por ciento. Por otro lado, el bajón del PBI de 1983, durante el gobierno de Fernando Belaunde, se debió básicamente a los problemas originados por el fenómeno de El Niño. A esto se sumó el problema de la deuda externa en América Latina. Ambos factores generaron una reducción de aproximadamente diez por ciento del PBI. Luego, la peor crisis de recesión de los últimos cien años tuvo lugar al cierre del primer gobierno de Alan García. Entre 1988 y 1990, la economía bajó aproximadamente un veinticinco por ciento. Estas han sido las tres grandes recesiones que hemos tenido en el último siglo, según las estadísticas del Banco Central de Reserva. Además, hay algunos estudios, como el del profesor Bruno Seminario, que indican que la peor caída histórica probablemente fue la que se produjo por la guerra con Chile. El PBI bajó más de treinta por ciento.

¿Cómo se ha comportado el mercado bursátil?
El mercado bursátil ha tenido un comportamiento especial. Primero tuvo una caída muy violenta, pues a fines de marzo se perdieron prácticamente los dos o tres últimos años. En una segunda etapa toca una recuperación, básicamente en función de la reactivación de la economía a nivel mundial. Cabe indicar que las bolsas no han respondido de la misma manera en todos los países. En los principales mercados, como Estados Unidos, la bolsa bajó significativamente y luego subió. El mercado limeño ha tenido un comportamiento similar: cayó y se fue recuperando, aunque no todo lo que quisiéramos. El control de la enfermedad será decisivo para la recuperación, ya sea a través de un tratamiento, una vacuna o la inmunización social.

Ante la crisis, ¿qué es lo recomendable para quienes tienen el dinero de su jubilación en el fondo tipo tres de las AFP?
Ellos deberán esperar más de un año para ver la recuperación del valor de su inversión. Sin duda, el fondo que más ha perdido valor es el tres; el uno es el que menos se afecta, porque tiene una cantidad importante invertida en renta fija. En cuanto a la posibilidad de retirar una cantidad del fondo, esa no es una buena señal para los inversionistas. Se le está dando prioridad a un pago de corto plazo antes que a una pensión futura.

¿Qué deberían hacer las familias peruanas?
Primero, aunque es difícil, mantener la calma, para tomar las mejores decisiones. Hay un veinticinco por ciento de la población que mantiene su empleo y su ingreso; ellos deben comportarse de manera conservadora y no realizar gastos innecesarios. A las personas que han perdido el empleo y a aquellas que pertenecen al sector informal, les recomendaría la disminución de sus gastos, y quienes están bancarizados deben recurrir inmediatamente a las instituciones financieras para reestructurar sus deudas. En lugar de pagarlas en un año, deben hacerlo en dos o tres, a tasas de interés adecuadas. Lo importante para una institución financiera es que se les pague el crédito, no que se incrementen las tasas de interés, porque lo más probable en ese caso es que aumente la morosidad. Por otro lado, es muy importante que la cadena de pagos no se rompa. Aquel que tiene que pagar algo y puede cumplir su compromiso, debe hacerlo.

¿Cuáles son los retos que le esperan al país en el mediano y largo plazo?
Los retos para el país han crecido exponencialmente. Veníamos haciendo las cosas bien: en los últimos treinta años se empezó a ordenar la economía y tuvimos veinte años de crecimiento permanente, muy por encima del promedio en el mundo. En los últimos cinco o seis años, crecimos por debajo de la economía mundial. Si no llegamos a una política de Estado de largo plazo, vamos a regresar a un tren económico pre años noventa, no va a haber una adecuada atracción de capital. Por otro lado, producto de esta crisis, los Estados han adquirido mayor importancia en el manejo de los países. Esto nos lleva a preguntarnos cuál debe ser el rol del Estado en la economía. Viéndolo en perspectiva, no debería cambiar. Necesitamos un Estado fuerte, protector, que permita que los mercados funcionen, y que mantenga el equilibrio. Ese modelo es un reto grande. Por otro lado, esta crisis evidencia la necesidad de crear un modelo de salud integrado. No es posible que no haya historias clínicas que puedan compartir tanto las clínicas como los hospitales de EsSalud y los del Estado. Hay que mejorar, en general, la infraestructura hospitalaria. Asimismo, es necesario combatir las condiciones de pobreza. También es clara la necesidad de mejorar el sistema de salud y de educación. En salud, urge mejorar la infraestructura y los sueldos del personal sanitario. En educación, hay colegios públicos y privados con muy baja infraestructura y bajos niveles de enseñanza.

Por otro lado, esta crisis nos ha demostrado que podemos hacer muchas cosas. Se ha avanzado muchísimo en digitalización y en producción de material médico, por ejemplo.
Totalmente de acuerdo. En el Perú podemos hacer cosas muy interesantes. Hay universidades que están realizando grandes aportes. La Universidad de Lima, por su parte, está produciendo máscaras especiales para el sector salud, con impresoras 3D. Necesitamos vincular el conocimiento de la academia con la industria y el Estado. Situaciones como esta demuestran la importancia del conocimiento y la investigación. Por otro lado, cabe destacar que el Perú no depende significativamente del exterior para alimentarse. Nuestro país se está convirtiendo en un centro de producción de alimentos a nivel mundial. Por último, conviene reflexionar acerca de cómo nos encontró la pandemia. Desde un inicio, hubo grupos humanos que supieron reaccionar, tanto en temas de salud como de economía, del sector público y del privado, pero los problemas estructurales no han permitido que los planes fueran tan exitosos como se esperaba.