Ahorrar para la vejez es fundamental, pero ¿qué pasaría si ese esfuerzo de casi una vida diera más frutos, porcentualmente, a los que más tienen? ¿Es probable que los que tienen menos sean los más perjudicados? José Valderrama, docente de la Carrera de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de la Universidad de Lima presentó el estudio “Regresividad en los sistemas públicos de pensiones: el caso de Perú”, en el que reconoció dos pruebas que demostrarían que los más pobres pagarían parte de la pensión de quienes no se encuentran en ese estrato.
Valderrama, quien trabajó como asesor de la Gerencia General de la Oficina de Normalización Previsional (ONP), señaló que, a diferencia del Sistema Privado de Pensiones (SPP), en el que recibes lo que aportas debido a su capitalización individual, el Sistema Nacional de Pensiones (SNP) tiene un procedimiento de reparto; es decir, un fondo común que se alimenta con el aporte de los afiliados. Ese dinero, constituido por el aporte solidario de los empleados, debe servir para financiar a los pensionistas. Sin embargo, lo que se logra recaudar por aportes no alcanza para pagarles. En este contexto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tiene que financiar parte del dinero para cerrar esas brechas.
Para recibir una pensión, los jubilados deben haber realizado aportes a lo largo de veinte años como mínimo. De ese modo, recibirán el 30 % del ingreso de referencia (promedio de los últimos cinco años antes del cese laboral), con topes mínimos y máximos de 500 y 893 soles, respectivamente. Este sistema, que intenta ser progresivo, se propone beneficiar a quienes ganan menos. El problema surge cuando no se alcanza el mínimo de años de aportes; en estos casos, la pensión es cero. En este sistema “progresivo” hay un elemento “regresivo”: gente que es muy pobre financia a personas que son menos pobres que ellos.
El expositor halló que esto es aún más dramático si, según la literatura existente, la mortalidad es más temprana en los más pobres, lo que significaría que, si llegan a totalizar los veinte años de aportes y reciben una pensión, la disfrutarían menos tiempo. Asimismo, está comprobado que las personas afiliadas al SNP tienen un salario que equivale a la mitad, en promedio, del de las personas afiliadas al SPP.
A estas conclusiones llegó el especialista después de una investigación sobre la data de registros administrativos desde 1999 hasta 2018.