“Al lado de una crisis, siempre hay oportunidades”

Con una experiencia de 20 años en el mercado de capitales, sorteando las caídas y subidas de la bolsa, Carlos Farro fue convocado a un rubro distinto: la compra y venta de portafolios crediticios, en Conecta. Ahora se encuentra muy entusiasmado con la posibilidad de comprar activos vencidos, con los cuales asegura puede obtener una alta rentabilidad.

Carlos estudió Economía en la Universidad de Lima, donde también ha ejercido la docencia. Cada vez que ha regresado a esta Casa de Estudios, ha visto cambios positivos e innovaciones que, como describe, ponen a la Ulima un paso adelante.

Tu mayor experiencia profesional es en mercado de capitales, ¿no?
Así es. Tengo más de 20 años en el mercado de capitales. Cuando terminé la Universidad, en 1993, entré a trabajar en una sociedad agente de bolsa llamada Argenta, que hoy ya no existe. Yo era el trader de piso, iba a hacer las negociaciones a la Bolsa de Valores de Lima, tal como se ve en las películas. Ahora todo se realiza por vía electrónica, lo que le ha restado bastante adrenalina al proceso.

¿Luego dónde trabajaste?
Me fui a estudiar al extranjero y cuando regresé trabajé en diferentes empresas. Fui jefe de Administración en Finanzas de Vendomática, empresa que vende café, y me tocó hacer una evaluación de costos. Fue muy interesante. En 1996 se me presentó la alternativa de trabajar en un nuevo producto que se estaba lanzando en el mercado, fondos mutuos, del Banco Wiese, hoy Scotiabank. Entré como trader de renta fija. Estando ahí ocurrió la crisis del 98, una de las grandes, que afectó sobre todo los mercados emergentes. Después me nombraron jefe de Inversiones, puesto en el que permanecí dos años, hasta que me nombraron gerente de Inversiones de los Portafolios de Fondos Mutuos. Después pasé a Credicorp, como jefe de Mesa de Negociación de instrumentos de mesa de renta fija y renta variable. Estaba a cargo de las emisiones primarias y de las negociaciones secundarias. Fue una época muy bonita.

¿Por qué?
Porque el Perú crecía económicamente. En los años 2006 al 2008 el país crecía a un ritmo de casi dos dígitos. Las empresas grandes salían al mercado de valores y manejábamos los libros de todas las emisiones. Los principales libros que manejamos fueron de Compañía de Minas Buenaventura, del gobierno, de empresas eléctricas, de compañías de infraestructura, etcétera. Era una cantidad increíble de empresas que querían salir al mercado de valores, y pasaban por mesa emisiones locales y extranjeras. Fue muy interesante y motivador, adquirí experiencia en el manejo de equipo y también de estrés. Todo se revisaba al milímetro y a veces me llamaban a las cinco de la mañana para realizar el seguimiento del mercado, porque en otros países el movimiento ya había comenzado. El mercado de valores es muy intenso y genera mucha adrenalina. También me tocó organizar el mercado para personas naturales o mercado retail. Así que comencé a formar asesores bursátiles. Teníamos portafolios de clientes y les recomendábamos cómo y en qué invertir, según el perfil de cada uno. Tuve 33 asesores a nivel nacional, en Piura, Chiclayo, Trujillo, Arequipa, Cusco, Tacna e Ilo.

¿Qué logro podrías mencionar de esa época?
Cuando entré, Credibolsa tenía un presupuesto de ingresos de 3 millones de dólares. Cuando salí, 5 años después, esa cifra se elevó a casi 14 millones.

¿Fue ahí cuando entraste a Scotiabank?
Sí, me convocaron de Scotiabank. Ahí ocupé el puesto de gerente principal de Gestión de Activos. Tenía un jefe en el Perú y otro en Toronto, Canadá. Armamos todo el tema de fondos mutuos, ejecutivos de inversiones, administración de portafolios. Tenía 3 unidades de negocio. Nos fue muy bien, nos acompañó el mercado, pero nosotros logramos pasar de 13 % a 19 % de participación del mercado.

¿Cómo describirías tu trabajo en el mercado de valores?
Ese es un sector de mucha adrenalina, donde hay que tomar decisiones rápidamente. El mercado de valores te da mucha rapidez mental y exige gran dinamismo de tu parte, porque es muy volátil. También te enfrenta a crisis terribles, cuando se presenta una caída de la bolsa. Eso te enseña a buscar oportunidades. Tienes que tener claro que, siempre, al lado de una crisis, hay nuevas oportunidades y debes pensar muy rápido y tomar las decisiones necesarias. Uno se acostumbra a ese ritmo, lo disfruta y da por hecho que en el mundo económico hay ciclos, siempre va a haber crisis y subidas.

¿Cómo llegaste a Conecta y te desligaste del mercado de capitales?
Estuve en Scotiabank hasta finales del 2015 y luego entré como gerente general a Multinvest Asociados, una boutique financiera. Estaba muy bien ahí, con nuevos proyectos y alcanzando buenos rendimientos, y de pronto me llama un headhunter para proponerme ingresar a una industria de cobranzas. Recuerdo que me sorprendió y le dije: “Creo que te has equivocado, yo pertenezco al mercado de capitales, tengo 20 años en este rubro”. Pero esta persona me indicó que no era un error, que habían estudiado mi perfil, pretendían trabajar conmigo y darle otro nivel al negocio. Me llamó la atención este tema y acepté el reto.

¿De qué se trata exactamente la actividad de Conecta, de cobrar deudas?
De comprar activos vencidos. Sucede que a veces a los bancos no les pagan créditos que están 100 % provisionados, y de una condición de morosos los bancos pasan a castigar completamente a estos clientes. En esa situación, los bancos venden esos créditos y yo los compro.

Compras un dolor de cabeza, más o menos.
En realidad, no. Hay una alta rentabilidad, pero implica calcular el riesgo y analizar muy bien toda la información para predecir cuánto podemos cobrar los siguientes años. En función de eso ponemos un precio. Cuando culmina todo el proceso le damos al cliente un certificado y avisamos a las centrales de crédito para que vuelvan a ser sujetos de crédito. Este negocio es bastante rentable, si y solo si, sabes comprar. No hay cartera mala, el precio sí puede ser malo y eso hay que evitarlo. Esta es una industria técnica, de flujos, estadística, información. Aquí se trata de armar modelos para saber a qué precio comprar y para calcular cuánto vamos a ganar. También ayudamos a personas que no pueden pagar sus créditos: nos contactamos con ellos, hacemos su cronograma y los ayudamos a volver a entrar a la formalidad.

¿Cómo te va en el tiempo que llevas aquí?
Hemos llevado a cabo un cambio. Estamos ingresando a la transformación digital, para lo cual he convocado a profesionales de otras industrias. Estamos haciendo un análisis de procesos para trabajar mejor y avanzando en la transformación digital. El directorio está bastante contento con este nuevo enfoque.

¿Qué metas te has planteado?
Mi meta ahora es darle fuerza al negocio y a fin de año vamos a ver mejores resultados, porque ya estamos mejorando nuestros indicadores. Luego vamos a comenzar a ver otro tipo de negocios.

¿Cómo fue tu experiencia como docente en la Carrera de Economía en la Universidad de Lima?
Muy buena. Estuve tres años dictando en la Universidad, me gustó mucho la experiencia. Podíamos hacer uso del laboratorio bursátil de la Universidad, que es muy bueno y tiene fama mundial, ya que cuenta con todas las herramientas para que los estudiantes adquieran los conocimientos del mercado de capitales. Y como estudiante me fue muy bien también. Fueron épocas muy bonitas, tuve muy buenos profesores y disfruté mucho las celebraciones, como la Semana de Economía y la Semana Universitaria. Cuando me ha tocado volver a la Universidad, después de terminar la Carrera, he visto muchos cambios muy positivos. Como siempre, la Universidad de Lima está innovándose, siempre un paso adelante.