Arquitectura con enfoque sostenible

A María Pía Mogollón le interesa realizar proyectos de arquitectura sostenible. Junto con su compañera de estudios Daniela Arrús, realizó una infraestructura para la recepción de visitantes en el Área de Conservación Regional Humedales de Ventanilla.

Ella es arquitecta por la Universidad de Lima. Ha llevado un posgrado en Diseño Sostenible, Arquitectura Bioclimática y Cooperación Internacional en la Universidad de Barcelona. Y ha creado su propio estudio, Redes Architecture.

¿Por qué decidiste crear un estudio de arquitectura con un enfoque sostenible?
Tuve una serie de experiencias que me ayudaron a confirmar mi inclinación por el servicio y el respeto por el medio ambiente. Ahora me siento bastante segura respecto de cuál es el camino que debo tomar como arquitecta. Mi estudio es Redes Architecture, que viene de Research and Design for Sustentable Architecture, que significa investigación y diseño para una arquitectura sostenible. 

¿Qué es una arquitectura sostenible?
Es una arquitectura responsable que toma en cuenta las características del lugar y logra construcciones autoeficientes o edificios de energía casi nula, hechos con materiales naturales, de bajo impacto ambiental. Todo eso sin dejar de brindar espacios confortables y saludables, lo cual es importante para mejorar la calidad de vida. Con el fin de ampliar mis conocimientos, decidí hacer un posgrado en Diseño Sostenible, Arquitectura Bioclimática y Cooperación Internacional, en la Universidad de Barcelona, el cual me dirigió a especializarme en diseño y construcciones sostenibles.

¿Ya has tenido oportunidad de realizar trabajos sostenibles?
Así es. Junto con mi compañera de la Universidad, con quien hice mi trabajo de tesis, Daniela Arrús, se nos presentó la oportunidad de diseñar y llevar a cabo la idea de nuestra tesis en el Área de Conservación Regional Humedales de Ventanilla. Esta es una zona muy industrial y, al mismo tiempo, muy importante para el ciclo del agua y para la biodiversidad, ya que ahí descansan aves migratorias. El problema es que la zona es vulnerable, porque se encuentra cerca del área urbana, y hay contaminación. Nuestra idea era mejorar su infraestructura, que es muy precaria. También queríamos mejorar la relación de las personas con el área, ya que uno no ama lo que no conoce. En nuestra tesis, nuestra principal infraestructura eran los centros de interpretación, que son museos, pero lúdicos. No tratan de mostrar objetos, sino de darle importancia a este patrimonio natural.

¿Cómo así tuvieron ocasión de realizar su tesis?
Fue muy interesante, porque nos contactó la empresa Almacenes del Norte, que vio nuestra tesis en internet. Quería hacer un almacén en Ventanilla, un proyecto muy grande y sostenible, que incluyera un proyecto social, muy parecido a lo que nosotras planteamos. 

¿Qué les solicitaron?
Ellos querían una infraestructura para la recepción de visitantes al Área de Conservación Regional Humedales de Ventanilla. Les propusimos hacer un centro de interpretación para mostrar el patrimonio e información sobre los humedales; una pérgola para que jueguen ahí los niños, y baños ecológicos, porque en la zona no hay desagüe ni agua. Usamos biodigestores, que son como unos tanques que filtran el agua y la mandan a un pozo para que se use como abono, o la filtran para que se pueda usar para el riego de jardines. También creamos un espacio para un taller de artesanías donde trabajan madres de la zona. Usan el junco y la totora, que son plantas que crecen en los humedales, las secan y las trabajan. Hacen productos muy bellos, pero no tenían un espacio donde realizar este trabajo. Enseñan esas técnicas tanto a los niños como a personas que vienen de otros lugares. Es un proyecto sostenible que busca mejorar la infraestructura de este lugar, y es muy bonito.

¿Qué materiales usaron?
Usamos un material natural, el bambú. Todo está hecho de bambú, salvo las losas, que son de concreto. Para tener energía eléctrica usamos paneles solares para producir una energía alternativa.

¿La obra está lista?
Se inauguró el 28 de noviembre y es muy satisfactorio saber que ya se está usando para los niños, que incluso tienen un lugar para ir al baño. Los espacios para hacer artesanías son muy bonitos y cómodos. Además, hemos dejado senderos interpretativos o paneles informativos donde la gente va y se informa. Son parte del recorrido. Hicimos las gráficas con la información. Estamos muy contentas y agradecidas por la oportunidad. Hacer realidad la tesis nos hacía mucha ilusión y verla materializada es muy satisfactorio.

¿Crees que hay un campo interesante para la arquitectura sostenible en nuestro medio?
Creo que este campo está en crecimiento. Muchas personas se interesan por aplicar conceptos de diseño sostenible, que los proyectos sean autosuficientes y generen su propia energía, y usan materiales más amigables con el medio ambiente. Al terminar la Universidad, no tenía muy claro qué hacer. Trabajé en diferentes estudios, haciendo residenciales, comerciales, oficinas, etcétera. Luego hice mi proyecto de tesis, pensando en el gran compromiso que siempre había sentido con la naturaleza y con la sociedad. Y tuve unas experiencias complementarias que, finalmente, me llevaron por el camino de la arquitectura sostenible.

¿Cuáles fueron estas actividades complementarias?
En plena pandemia, participé en un concurso internacional junto con mis amigas de la Universidad, María Cecilia Niño y Ana Paula Araujo. La experiencia fue muy bonita, porque era dirigida por una ONG de arquitectura dedicada a explorar diferentes técnicas y materiales de construcción responsable para generar mejoras socioeconómicas y ambientales en África. El tema del concurso era la construcción de una escuela infantil para huérfanos de 2 a 6 años. El objetivo era crear un espacio sostenible para los niños, donde pudieran aprender, descubrir y jugar cómodos, como si estuvieran en sus casas. El reto era que había que usar un material natural, que son los bloques de tierra comprimida, unos ladrillos pequeños. Quedamos entre veinte finalistas.

Esta experiencia también me motivó a crear Redes Architecture, con un enfoque de sostenibilidad. Mi idea es dedicarme a brindar asesoría para realizar este tipo de construcciones, que deben ser cómodas y confortables, gracias a sus características de luz, frío, calor, viento, aire…, pero también deben ser sanas, deben tener materiales que no perjudiquen. Muchas veces se usan disolventes o pinturas que generan elementos tóxicos y uno se termina enfermando, porque todo lo que huele y aspira es tóxico. Los lugares deben ser respetuosos con el medio ambiente y con las personas. Esto es lo que trato de sacar adelante con Redes Architecture.

¿Qué trabajos has realizado anteriormente?
He trabajado en diferentes lugares. Cuando cursaba el último ciclo de la Universidad, trabajé para una profesora en proyectos residenciales, de remodelación, obras nuevas, casas de playa y de campo. Luego me pasé a Delosi, donde hacía diseños de las tiendas y actualicé los planos de arquitectura de más de 290 locales que tiene en Lima y Callao. También hice remodelaciones y diseño de mobiliario como arquitecta independiente. Trabajé para una empresa que ya no existe, llamada Orkunia. Ahí hice presentaciones gráficas para los clientes, proyectos de oficina, me encargué de supervisar obras, de coordinar con los proveedores y los contratistas. Cada una de las experiencias que he tenido, incluyendo mis trabajos como independiente, me han permitido desenvolverme en distintas ramas de la arquitectura y eso me ha ayudado a desarrollar una visión amplia de mi carrera.

¿Cómo fue para ti estudiar en la Universidad Lima?
La época de la Universidad fue muy bonita para mí; también demandante, por la carga de trabajos y todo lo que hay que estudiar. Uno aprende a organizarse para cumplir con todo. Yo elegí estudiar mi carrera en la Universidad de Lima, porque tiene un enfoque en la gestión de los proyectos, lo cual es muy útil en el ejercicio de la profesión. Pude aprender cómo abordar un proyecto en términos del negocio y la organización total y cómo llevarlo a cabo, no solamente en cuestión de diseño. Esta es una carrera que exige sacrificios, pero no hay que obsesionarse con la perfección, porque nunca la vamos a encontrar. Lo que debemos hacer siempre es dar nuestro mejor esfuerzo y buscar la excelencia.