Carcool es una startup de viajes compartidos, donde las personas se anotan para llevar a alguien en su auto hasta su centro de estudios o para ser llevadas. Es como un pool entre personas que no se conocen, pero que comparten su condición de estudiantes en una misma universidad, o de trabajadores de una misma empresa.
La idea es de Giancarlo Falconi, administrador de empresas por la Universidad de Lima. Su proyecto ya está en marcha y ahora ocupa su tiempo, principalmente, en hacer contactos comerciales y en orientar la estrategia de la empresa, pero también en volantear, realizar activaciones y buscar socios comerciales o inversionistas. En esta entrevista cuenta su experiencia.
¿De qué se trata exactamente Carcool?
En Carcool, el dueño del auto publica su ruta en www.carcool.pe, indica cuántos asientos tiene disponibles y le pone precio a cada asiento. Los pasajeros que quieren viajar reservan el asiento y se encuentran en la calle, en un punto común previamente acordado. El objetivo del emprendimiento es que todos ahorren y conozcan gente; de paso ayudamos al planeta, reduciendo las emisiones de CO2.
¿Cómo manejan la seguridad?
Hemos trabajado con el concepto de círculos de confianza. Se viaja con amigos de una misma institución, por ejemplo, solo estudiantes de la Universidad de Lima. También con amigos o amigos de amigos de Facebook. El emprendimiento se basa en las economías compartidas, y el primer lugar donde hemos probado el concepto con gran éxito ha sido la Universidad de Lima.
¿En qué etapa se encuentra este emprendimiento?
Hemos lanzado la página web, estuvimos en la Semana Universitaria en la Ulima y nos fue muy bien. Los conductores estudiantes subieron sus rutas y los pasajeros estudiantes reservaron, se generaron más de 600 registros y más de 200 rutas concretadas. Hemos recibido capital de un inversionista privado y estamos buscando el siguiente inversionista. Nosotros hemos invertido nuestro propio capital para poder arrancar y validar la idea.
¿Qué cosas disfrutas más de tu trabajo?
La posibilidad de realizar cambios rápidos. En una startup, a diferencia de una empresa corporativa, los cambios se dan por prueba y error. Hay que entender al cliente y probar el producto todos los días. Esa rapidez con la cual se dan los cambios genera una adrenalina especial que me mantiene motivado permanentemente. Por otro lado, haces realidad tus propios sueños y trabajas para ti mismo, eso es gratificante. Sin embargo, no es una tarea fácil, más bien es estresante, porque tienes un equipo de gente que depende de ti, al cual se le tiene que pagar todos los meses y se le debe mantener motivado.
¿Cuáles crees que son los errores más comunes en los emprendimientos?
El más importante es no entender al cliente. Aunque suene muy evidente, es una falla constante, ya que los emprendedores, por querer salir al mercado rápidamente, en el camino se olvidan de aclarar qué necesita el cliente y si el producto cumple con las especificaciones y el valor agregado para diferenciarse de la competencia. El producto debe ser validado constantemente, incluso antes de que salga; validar permanentemente el concepto ahorra muchos dolores de cabeza y evita el fracaso. El otro punto importante es el equipo. Un equipo débil y poco motivado puede llevar al fracaso cualquier idea o producto. Aquí es importante contar con un grupo humano que se complemente y que esté igual de motivado que quien tuvo la idea.
¿Qué le hace falta a un emprendimiento para despegar?
Al emprendimiento le hace falta siempre un equipo ejecutor. Por otro lado, un emprendimiento debe ejecutar el producto mínimo viable que el mercado está dispuesto a adoptar y pagar por él. Otro punto es el económico, es decir, conseguir dinero. Es obvio que nosotros mismos tenemos que poner de nuestro dinero al inicio, luego buscar a alguien que esté dispuesto a invertir en la idea. Ahora hay muchas herramientas para conseguir los fondos. Startup Perú, con su fondo para emprendimientos, o las mismas universidades con las incubadoras y la red de inversionistas, que siempre están a la búsqueda de buenas ideas y oportunidades.
¿Qué trabajos has realizado anteriormente?
He sido gerente de Negocios de Wayra (iniciativa del Grupo Telefónica para invertir y acelerar startups). Fui responsable del Canal Online en Telefónica, lideré procesos de automatización de atención al cliente, la página web y la aplicación de Movistar. En paralelo, abrí mi primera empresa de desarrollo y marketing digital, donde hice páginas web, y trabajé en algunas startups. Fui responsable de los servicios de valor agregado de Movistar, donde desarrollé nuevos productos y servicios que pueden utilizarse en el celular. Fui experto en innovación en Telefónica, donde creé algunas empresas nuevas. Mi primera empresa formalmente constituida, con inversión y socios, fue una pizzería en un club, a los 26 años.
¿Qué planes tienes a futuro?
Seguir emprendiendo, haciendo más empresas y motivando y asesorando a otros para que lo hagan bien y no cometan algunos de los errores que yo cometí. Estoy en ese camino ahora, dando charlas y escribiendo artículos.
¿De qué manera te ayudó la Universidad de Lima en tu carrera?
Muchísimo. Yo vivía un poco lejos de la Universidad y tenía muchos espacios muertos entre una y otra hora de clases, así que aproveché ese tiempo en cosas productivas. Fui parte del grupo que organizaba eventos en la facultad, lo hacíamos tan bien que nos llamaban de otras facultades para ayudar. Aproveché ese tiempo también para leer libros de la carrera y revistas, sobre todo las científicas. También hice muy buenos amigos, hasta ahora los frecuento, y muchos de ellos terminaron siendo socios comerciales o muy buenos clientes. Los cursos me ayudaron a tener una buena base para desarrollar los proyectos que he emprendido.