Motivados por combatir el desperdicio de plástico, Alfonso León-Prado y sus socios emprendieron un proyecto de venta de botellas de acero inoxidable hace cinco años. Hoy, Fluye Bottle es una empresa consolidada que vende a través de tres canales: el comercio electrónico, el retail y el corporativo.
Además, Fluye Bottle, junto con algunas organizaciones, lleva a cabo acciones que favorecen a diversas localidades. Por ejemplo, construyen atrapanieblas para obtener agua del medio ambiente y destiladores para transformar el agua del mar en agua potable.
Alfonso es administrador por la Universidad de Lima y, además de tener su propio negocio, trabaja como international trader - business development en Holanda, para la empresa AES International.
¿Qué los motivó a crear una empresa de venta de botellas de acero inoxidable?
La idea surgió en el 2017. Estábamos en Máncora con dos amigos y salimos a caminar por la playa la mañana del 1 de enero. Nos sorprendimos de ver una enorme cantidad de basura plástica, sobre todo botellas, y nos preguntamos por qué razón nadie resolvía ese problema. Entonces decidimos contribuir con una solución que mitigara en parte ese exceso de residuos plásticos. Nos pusimos a indagar y encontramos que en el extranjero había muchas marcas de botellas de acero inoxidable que eran un éxito comercial. En ese entonces, no había ese tipo de botellas en Lima, pero nos pareció una buena manera de consumir menos plástico. Ingresamos a las plataformas de Alibaba y AliExpress para buscar proveedores y trajimos un primer lote de productos que sacamos al mercado.
¿Cómo hicieron la difusión de su producto y cómo les fue esa primera vez en las ventas?
La difusión fue a través de una página de Instagram. Realizamos varias ventas y, a partir de ahí, el negocio creció poco a poco. En el camino, fuimos corrigiendo pequeñas cosas, como el tipo de acero y el acabado. Por ejemplo, nos dimos cuenta de que, por la humedad de Lima, el primer acero que trajimos no era el adecuado. Una vez que corregimos ese tipo de inconvenientes, nos esforzamos más en el desarrollo del producto.
¿Cuáles son sus canales de venta actualmente?
Tenemos tres canales de venta. Uno de ellos es el canal web, que es la venta directa a personas, B2C. Es decir, alguien solicita el producto a través del e-commerce y nosotros lo dejamos en la puerta de su casa. Otro canal es el retail. Estamos en más de 30 tiendas en el Perú, como Flora y Fauna, y Vernácula. Por último, tenemos el canal corporativo, que es muy fuerte y consiste en la venta directa a empresas. Les damos las botellas con su logo grabado. Tenemos unas máquinas láser que graban todo el día. Fluye Bottle ha tenido un crecimiento rápido en cinco años. Hoy en día somos una empresa establecida, con más de 30 personas.
¿Cuál es el canal por el que más venden?
La distribución es más o menos así: 60 % por el corporativo, 30 % por la web y 10 % por retail. Tenemos un equipo de marketing detrás de las redes del e-commerce que monitorea las compras y las visitas diarias. Se ve cómo optimizar el proceso de compra, dónde se cae el cliente en el check out, entre otras cosas. Es toda una ciencia el e-commerce.
¿Cómo fue el proceso de conseguir clientes e ingresar a las tiendas?
Todo se movió de boca en boca. Al inicio, salíamos a cazar a los clientes y tuvimos suerte. Conseguimos pedidos grandes, todo salió muy bien. Las empresas publicaron fotos en redes sociales y nuestra marca fue creciendo. Nuestra presencia en redes siempre ha sido y es muy importante. Poco a poco, las marcas empezaron a buscarnos por esa presencia. Eso ayudó mucho a conseguir clientes hasta el día de hoy.
¿Cuáles son las ventajas de estas botellas de acero inoxidable?
Por ejemplo, mantienen la temperatura fría y caliente, son muy cómodas de llevar e incluso motiva al usuario a beber agua con más frecuencia. Nuestro lema es “Pequeños cambios, alto impacto”, porque creemos que cuando compran nuestros productos se producen pequeños cambios que mejoran los hábitos de vida y de consumo de las personas. Creemos mucho en eso.
¿Quiénes son tus socios y a qué se dedica cada uno de ustedes en el negocio?
Mis socios son Martín Reyes y Mauricio Arenas. Somos los fundadores. Tenemos habilidades complementarias y diferentes, lo que hace que la empresa crezca. En este punto, los tres cumplimos un papel de directores, pero durante el crecimiento de Fluye Bottle los tres pasamos por la gerencia general y manejamos todo en la empresa. Hoy el equipo está establecido, lo que nos permite tener un rol de directores. De la ejecución se encarga el equipo.
¿Ustedes mismos hacen los diseños de las botellas?
Sí, los hacemos nosotros. Realizamos un estudio de color a partir de las tendencias que se mueven en el mercado y exploramos mucho. Asistimos a ferias internacionales para saber qué hacen otras marcas, cuáles son los tamaños nuevos, etc. Hay mucha data detrás de esas botellas.
Además, han diversificado su oferta, porque venden accesorios, ¿verdad?
Sí, el core sigue siendo los productos de acero inoxidable, pero trabajamos también otras líneas, como loncheras, y queremos sacar bolsas y mochilas. Los accesorios son importantes porque tienen un margen muy alto y son complementarios. Si pensamos en la web, la compra de accesorios eleva bastante el ticket promedio, porque una persona adquiere un producto y ve que le falta comprar de 15 a 20 soles para tener el delivery gratis, entonces elige un par de accesorios. Eso le da más valor al cliente, porque es un accesorio útil. Por ejemplo, muchos clientes nos pedían las tapas como repuestos, entonces empezamos a traer tapas tras escuchar al cliente. Esta es una empresa que sigue creciendo. Siempre traemos nuevos productos y mejoramos nuestra oferta actual. Además, nos satisface mucho ayudar. Parte de nuestras ganancias se destinan a apoyar diferentes proyectos de sostenibilidad, junto con diferentes ONG de Lima. Les entregamos un porcentaje de las ventas de los productos, pero además llevamos a cabo algunos proyectos. Con la ONG Peruanos Sin Agua construimos atrapanieblas en las afueras de Lima. Un atrapanieblas es una malla enorme que se instala en un cerro para que capture la humedad del ambiente. Produce hasta 200 litros de agua al día y eso ayuda mucho a las familias que viven en zonas con poca agua. Por ejemplo, en Villa María del Triunfo. Por otro lado, con EcoSwell hemos construido destiladores en el norte del país. Se recoge agua del mar y se destila para hacerla potable. Eso, entre otros proyectos.
¿Qué podrías comentar sobre tu actividad profesional en Ámsterdam?
Estoy en el negocio de trading. Trabajo en la empresa AES International, que vende productos de consumo rápido. Es decir, compra productos de las marcas Unilever o Procter & Gamble en un mercado y las vende en otro. Por ejemplo, compra un camión de champú en Grecia a un precio y lo posiciona en Italia a otro precio. Ese es el mercado de trading paralelo, que en Europa es muy fuerte. Trabajamos con diversos retailers en toda Europa.
¿Por qué motivo llegaste a Europa?
Vine a estudiar un MBA en la Universidad Erasmo de Róterdam, en Holanda, y terminé los estudios en diciembre del año pasado. Luego decidí quedarme un tiempo más para ver cómo era el mercado europeo y, eventualmente, volver al Perú, pero conseguí un empleo y me quedé. En paralelo, manejo Fluye Bottle.
¿Cómo te fue con tus estudios de maestría y cómo fue tu adaptación a otro país?
Me fue muy bien en ambas cosas. Acá tienes la oportunidad de trabajar con gente de diferentes países y convivir con ellos, no solo estudiar. Es una experiencia muy positiva.
¿Trabajaste o practicaste mientras hacías tu maestría?
Trabajé en Nike por tres meses, en un proyecto de consultoría enfocado en marketing y branding para atraer público hacia una plataforma que Nike quería lanzar. Realizamos varias entrevistas con un segmento determinado y después elaboramos una estrategia de lanzamiento al mercado. Fue una gran experiencia. Estuvimos unos días en el campus de Nike, ubicado en Hilversum, Ámsterdam. Es enorme, casi una universidad. Fue una experiencia muy bonita.
Antes de eso, ¿cómo fue tu trabajo en Arrivedo?
Fui business development en Arrivedo, una startup dedicada a hacer guías de vecindario para hoteles. Hacíamos una plataforma para un hotel, que era una guía digital, con diez a doce artículos sobre los mejores entretenimientos por los que puede optar el huésped cerca del hotel: los mejores restaurantes, museos, rutas, etc. El hotel le enviaba esta información de manera automática al huésped, quien podía navegar en este producto y encontrar mapas, fotos, reportes, etc.
¿Dónde has trabajado antes?
Antes de eso estuve en Sura, como project manager. Y antes, más joven, trabajé en el almacén de cocina del Country Club Lima Hotel y también para un tío en el tema de marketing de un negocio de cuatrimotos. He tenido pequeños trabajos en diversos rubros.
¿Qué te pareció tu época universitaria en la Ulima?
Me gustó la Carrera de Administración y la verdad es que se pasó muy rápido. Hice buenos amigos y encontré gente con ganas de aprender. La etapa universitaria es una buena oportunidad para salir de tu zona de confort, conocer gente y hacer amigos.