Mónica Obando tiene una amplia experiencia en la gestión del talento. Ha trabajado en BellSouth, Telefónica, Terra Networks y actualmente es vicepresidente de Recursos Humanos en Latam Airlines, donde cada día enfrenta diferentes retos y obtiene grandes aprendizajes.
Es administradora por la Universidad de Lima y ha seguido una maestría en Transformación Digital en el IE Business School de España. Ella valora mucho los procesos multiculturales en el trabajo, el mantenimiento de la cultura empresarial y el crecimiento de los trabajadores. Sobre estos temas y cómo manejó su área en las primeras olas de la pandemia, comenta en la siguiente entrevista.
¿Cómo llegaste a tu cargo actual de vicepresidente de Recursos Humanos de Latam Airlines?
Yo entré como gerente de Desarrollo Organizacional. Tenía a mi cargo temas de selección, desarrollo y capacitación. Tras estar un año en esa posición, se dio un proceso de selección para postular a ser head de Personas en Latam Perú y, desde el 2015, estoy en esta posición.
¿Cómo enfrentas el reto de trabajar en recursos humanos en una empresa tan grande, con personal que trabaja dentro de un avión y al que no ves?
Es un reto. Somos aproximadamente 3.000 personas con perfiles muy variados, no solo pilotos y tripulación. Realizamos labores muy distintas, a partir de nuestros orígenes profesionales. Además de pilotos y tripulantes de cabina, hay técnicos de mantenimiento, hay personas que trabajan en atención al público desde el aeropuerto o que organizan los despachos de los vuelos, hay personal administrativo y de soporte para toda la operación… es una empresa de servicios, con lo cual el tema de gestión de personas es vital, porque son nuestras personas las que dan el servicio a nuestros pasajeros. Por eso el rol de gestión humana se vuelve muy importante. Y, por supuesto, uno de los retos más grandes es cómo fidelizar, lograr el engagement de personas que, en la mayoría de los casos, sobre todo la tripulación, no se encuentran fijas en un lugar. Más del 50 % de nuestra población son pilotos y tripulantes, de manera que no los vemos todo el tiempo. ¿Cómo lograr que todos vivan la cultura Latam? Es uno de los grandes desafíos, definitivamente.
¿Y cómo lo logran?
Uno de los grandes aprendizajes que tuvimos durante la pandemia fue el dominio de herramientas tecnológicas de comunicación que nos permitían estar conectados, a pesar de la distancia. Han sido tiempos críticos para la empresa, en los que nuestra gente quería estar informada y al tanto de lo que pasaba en la compañía. Por eso desarrollamos varios canales a través de los medios digitales, a fin de lograr una buena comunicación. Contábamos con videos, comunicados escritos, nuestro Latam News y espacios de comunicación por Meet, masivos inclusive, donde el CEO comentaba lo que pasaba y respondía las consultas de la gente. De esta manera conseguíamos entender las inquietudes del personal. Ese músculo que llegamos a ejercitar en la pandemia lo seguimos usando y nos ha ayudado muchísimo. Hoy, un técnico en mantenimiento es mucho más proclive a recibir contenido digital, hecho que nos ayuda a implementar estrategias de comunicación y nos ha permitido llegar más a nuestro público.
¿Qué disfrutas más en el día a día?
Mis días son diferentes siempre. Esta es una empresa transnacional que supone muchos desafíos y nos reta profesionalmente. Tenemos presencia en el Perú y en distintos países, con lo cual la multiculturalidad es un atractivo interesante, que nos demanda mucha apertura, hablar inglés y un poco de portugués. Pero, además, esta es una industria bastante desafiante, porque nos afecta mucho todo lo que sucede en el entorno. El sector turismo ha sido uno de los más afectados por la pandemia y por el contexto político y social que se vive en el Perú. Estamos muy expuestos a los impactos del contexto; por ende, tenemos que ser flexibles y adaptarnos rápido al entorno. Como profesional, es un aprendizaje constante. Necesitamos ser eficientes y precisos en nuestra gestión. Tenemos el foco en la seguridad y en la eficiencia, pero también le damos gran importancia al tema de costos y al manejo de los recursos.
¿Qué acciones o proyectos has llevado a cabo que te hayan hecho sentir orgullosa?
Un proyecto grande que manejamos en mis inicios en Latam fue un proceso de transformación en todo sentido, no solamente en la parte digital. Por citar algunos ejemplos, específicamente en gestión de personas, implementamos muchos sistemas de autogestión con la idea de brindar a las personas facilidades y sistemas, por ejemplo, para comprar boletos aéreos. Este es un beneficio que valoramos mucho, porque nos permite viajar por el mundo con descuentos de hasta 90 % y 100 %. Para obtener ese beneficio antes era necesario ir a una oficina para solicitarlo, entonces implementamos una herramienta digital para reservar el boleto en Latam y en todas aquellas aerolíneas con las que Latam tiene convenios. Ahora, la gente puede armar su viaje soñado desde la computadora, a cualquier hora y en cualquier lugar del mundo, sin necesidad de ir a una oficina.
Otro sistema que implementamos se llama RH Connect, una plataforma que contiene toda la información que los trabajadores suelen consultar a sus equipos de recursos humanos. Ahí puedes enterarte de cómo activar un descanso médico o qué hacer si te enfermas. Las respuestas son automáticas, pero si no encuentras la respuesta precisa a tu pregunta, puedes abrir un ticket e indicar tu requerimiento para que, en un máximo de 48 horas, te llegue una respuesta. Esos son ejemplos concretos de transformación digital que nos han ayudado mucho.
Antes de Latam, ¿dónde has trabajado?
Trabajé en Terra Networks, que es parte del grupo Telefónica. Estuve ahí varios años, primero en Terra Perú, en la parte operación nacional, a cargo del equipo de Recursos Humanos. Luego pasé al corporativo de Terra para ocuparme de compensaciones en el plano regional, pero desde el Perú. Ahí apliqué toda mi experiencia, tanto en la parte soft como en la parte hard de gestión humana. Estuve a cargo de países como Colombia, Perú, Argentina y Chile.
¿Podríamos retroceder en tu experiencia laboral para conocer los trabajos que has tenido antes de Terra?
He trabajado también en Telefónica Movistar como jefa de Planeamiento y Compensaciones. Mis inicios fueron en la parte hard de recursos humanos. Entré a Telefónica por un proceso de fusión que se dio entre BellSouth y Telefónica Móviles. Telefónica compró las operaciones de BellSouth en Latinoamérica y yo pertenecía a BellSouth, era generalista y administradora de compensaciones; me solicitaron quedarme hasta el último día y entregar las llaves al equipo de Movistar, y terminé quedándome como jefa de Planificación y Compensaciones. Luego pasé a Terra. Esa fue mi línea de carrera en el grupo Telefónica. Previamente estuve en BellSouth, ahí fueron mis inicios en gestión del talento, empecé como analista de Compensaciones en el área de Recursos Humanos. Esa fue mi gran escuela, una empresa estadounidense con estándares de gestión humana bastante altos. Le reportaba directamente a un vicepresidente de Recursos Humanos. Ahí me acostumbré a hacer presentaciones en el directorio y en diferentes espacios de la alta dirección.
¿Antes de trabajar en recursos humanos, has estado en otra empresa?
Sí, estuve en Cargill Américas, una compañía de alimentos muy grande, importadora y exportadora. Yo estaba en Finanzas y Nuevos Negocios. Antes de eso, mientras estudiaba en la Universidad de Lima, trabajé en Arthur Andersen como asistente de Auditoría.
¿Has realizado estudios de posgrado?
Sí, el año pasado terminé una maestría en Transformación Digital en IE Business School de España. Me encanta estar al día y al tanto de todo para estar actualizada. Estos estudios me han servido mucho; los inicié en plena pandemia.
¿Qué te pareció estudiar Administración en la Universidad de Lima?
La época universitaria fue una de las más bonitas de mi vida, por varias razones. Primero, estaba cargada de muchas emociones, porque le dedicas mucho tiempo a estudiar, tienes amanecidas estudiando y haciendo trabajos, y cuando terminas tienes la satisfacción de haber hecho bien tu trabajo. Al terminar la carrera también hay muchas emociones, porque cierras una etapa de tu vida. Hay un cúmulo de emociones intensas, de sacrificios y alegrías por conseguir cosas y aprender. Eso hace que la época universitaria sea tan linda, y la Universidad de Lima te permite lograr eso, hacer muy buenos amigos para toda la vida y con quienes te encuentras en el mundo laboral.
Por otro lado, me gusta destacar la infraestructura impecable de la Ulima y una plana docente muy variada que combina docentes muy estructurados y metódicos con docentes prácticos que vienen de la cancha y traen sus casuísticas al salón de clases, lo que te permite ver de primera mano lo que pasa en las empresas. Además, destaco de la Ulima que siempre te posiciona como líder, gestor, el profesional que toma las decisiones. La Universidad te pone en esa situación y eso hace que te proyectes de esa manera, que construyas tu carrera y pienses que vas a llegar a esa posición de liderazgo o a una posición importante en una empresa o en tu propia empresa. Eso es algo muy bueno de la Universidad de Lima.