Desde que inició sus operaciones en 2013, Yaqua –una empresa peruana que busca transformar el consumo de agua en una corriente de cambio y solidaridad– llamó la atención por destinar sus recursos a proyectos de agua potable. Precisamente, sus innovaciones fueron los ejes de un conversatorio que tuvo lugar en el Aula Magna T-1 el 19 de junio. Fernando Tamayo, cofundador de Yaqua, fue el expositor de esta actividad organizada por la Carrera de Administración de la Universidad de Lima y el Círculo de Diálogo y Ética Empresarial.
Tamayo indicó que Yaqua ha vendido cerca de 5 millones de botellas de agua y ha contribuido con cinco proyectos de agua potable en diversas zonas del Perú. Sin embargo, él precisó que Yaqua apunta a pasar a otra etapa mediante la innovación –lo que lleva a repensar en cómo generar impactos en la sociedad–, sobre todo en un contexto en el que las botellas de plástico son vistas como un problema de contaminación.
En esa proyección, Tamayo afirmó que su equipo está explorando las formas con las que las personas acceden al agua pura y bebible, y que Yaqua dejará de usar las botellas de plástico y recurrirá a propuestas que están en pleno desarrollo. Una de ellas –añadió el emprendedor– podría ser la instalación de dispensadoras de agua en zonas en las que se accede a este elemento únicamente a través del camión cisterna, un medio de transporte que termina por encarecer el precio del agua. Él agregó que la dispensadora fomentará el ahorro y generará un impacto que consiste en convertir al beneficiario en un cliente y en incluirlo en una cadena de valor.
En este evento en el que los profesores Juan Coriat y Juan José Martos participaron como panelistas, Tamayo recomendó a los asistentes que revisen el libro El dilema del innovador, de Clayton Christensen, quien propone dos tipos de innovaciones: una de carácter continuo que simplemente mejora el mismo producto, y otra de talante disruptivo que introduce una innovación verdaderamente novedosa y remece el mercado, que es lo que Yaqua busca.
