En plena pandemia de la COVID-19, la consultora Olivia inició sus operaciones en el Perú, en el mes de julio. Esta compañía tiene presencia en Argentina, Chile, Brasil y Colombia, y está enfocada en la transformación organizacional y la innovación en las empresas. Luis Angulo, administrador por la Universidad de Lima, es socio y director ejecutivo en Olivia. Dos son las tareas fundamentales que ha asumido en el presente año: hacer conocida la marca y asegurarse de que todo el equipo funcione acorde con las necesidades de las empresas peruanas.
Anteriormente, Luis ha trabajado en IBM del Perú, SAP y ha sido gerente general de Oracle en el Perú. También ha ofrecido asesorías a consultoras en tecnología dentro del país y en gran parte de América Latina.
¿Cuáles son tus funciones en la consultora?
Como director ejecutivo mi función principal es contribuir a que mis clientes sean exitosos y a que Olivia crezca en el mercado. En ese sentido, debo asegurarme de que todo el team responda a las necesidades puntuales del Perú y de hacer conocida la marca en este país, pues ya es fuerte en el resto de la región. Nuestro interés es aportar y ayudar a las organizaciones en el proceso de cambios que se está dando a partir de la pandemia y debido al cambio estratégico por el que pasan las organizaciones y las personas en sus procesos de adaptarse a la nueva realidad. Somos una consultora de transformación cultural.
En ese objetivo de adaptarse a la nueva realidad, ¿qué actitud deben asumir las empresas?
Lo primero es enfocarse en que la realidad ha cambiado, asumir estos cambios y definir claramente el rol que se quiere jugar en este proceso. Dado que el cambio es inevitable y necesario, lo más importante para las organizaciones en este momento es asumir su rol y ver las opciones de acción que tienen, así como también definir hacia dónde van. La realidad nos exige cambiar. Por ejemplo, el minorista tiene que cambiar a una propuesta de venta digital, lo cual implica que toda la organización, empezando por la cabeza, debe pensar en cómo participar en esta nueva economía digital y cómo contribuir para que el cliente tenga una experiencia de compra positiva a través de la web. Y no solo se trata de armar la página web, sino de cambiar la mente de los colaboradores y de conectarse con el consumidor, que también está cambiando. Por otro lado, si el negocio es de comida, ya no solo se trata de que sea rica, sino de que el señor de la moto, que hoy hace delivery, la entregue de manera confiable, siguiendo un protocolo de bioseguridad. Generar confianza es un atributo muy importante en este momento. El mayor reto ahora es olvidarnos un poco de lo que aprendimos y aprender todo de nuevo, estar abiertos a cambiar y hacerlo rápidamente, porque las cosas no están dando tiempo para dudar y esperar: nada se va a resolver solo.
¿Qué apertura al cambio ves en las empresas?
El Perú ha sido más golpeado que muchos otros países. Lo más es necesario o importante no es buscar la razón. Sin embargo, el Perú es un país de gente resiliente y con gran capacidad de aprender y salir adelante. La informalidad, inclusive, nos debería ayudar a buscar formas de salir adelante. Encuentro un potencial muy fuerte en el peruano de a pie que puede contribuir y cambiar el estatus al que hemos llegado. Política y económicamente tenemos hambre de transformación, y la situación nos exige cambiar. Creo que tenemos una oportunidad muy buena de buscar sinergias y las organizaciones tienen una gran disposición para ello.
En el tiempo que vienes trabajando en Olivia, ¿qué has aprendido a valorar de esta organización?
El ambiente de trabajo y la visión de Olivia son muy positivos. Trabajar en un ambiente positivo ayuda a transmitir eso mismo a los clientes y a genera valor. En Olivia se respeta al individuo y eso facilita llegar al máximo desempeño y ser feliz. Es motivador trabajar aquí.
¿Anteriormente dónde has trabajado?
Mi carrera se ha dado mayormente en el área de tecnología. Estuve 17 años en IBM del Perú; de allí pasé a SAP, empresa alemana de software y soluciones empresariales, donde permanecí ocho años trabajando en la región latinoamericana, desde el Caribe hasta el Perú, en ventas de tecnología y ayudando a clientes a mejorar sus procesos. Fui gerente general de Oracle en el Perú y he dado asesorías a consultoras en tecnología en el país y en gran parte de América Latina.
¿Tienes algún pasatiempo?
El trabajo me apasiona y tengo una vida muy rica en casa, con la familia. Además, me encanta la naturaleza y mis 3 perros. Me gusta hacer deporte y arreglar cosas.
¿Qué recuerdas de tu paso por la Universidad de Lima?
Aprendí bastante. El espíritu académico-práctico de la Universidad me parece muy positivo. Tengo muy buenos recuerdos de mi época de estudiante. Mi hija estudia Comunicación en la Ulima ahora; por eso, puedo ver que mantiene la misma línea de excelencia académica. Estoy muy contento con la formación que recibe aquí y con los profesores.