Marion Ágreda tiene cuatro años en Pro Mujer, empresa social que trabaja por el empoderamiento de las mujeres en América Latina, sobre todo a partir de la inclusión financiera. Tras estudiar Administración en la Universidad de Lima, trabajó en diversas empresas, en áreas de finanzas y de recursos humanos. En Pro Mujer comenzó en el equipo corporativo, atendiendo la operación del Perú, y luego asumió el rol regional de gerente global de Atracción y Desarrollo, con lo cual pasó a ocuparse de los seis países donde se encuentra la organización.
¿Qué abarca Atracción y Desarrollo?
Involucra trabajar con los equipos locales, con los líderes, en temas de atracción, gestión y desarrollo del talento, la experiencia del ciclo de vida del colaborador dentro de la organización, así como en el soporte a los equipos locales.
¿Qué implica para ti trabajar en Pro Mujer?
Ha sido una experiencia muy desafiante. Recuerdo que llegué a trabajar estando embarazada y era la primera vez que tomaba un rol regional. La organización apostó por mí y yo encontré aquí un equilibrio entre mi vida personal y profesional. Me gusta mi trabajo, porque la misión de Pro Mujer es empoderar a mujeres en Latinoamérica, a través de recursos económicos. Les otorgamos microcréditos, y las acompañamos y educamos en este proceso, por medio de programas de educación financiera e inclusión financiera digital. Incluso tenemos programas de salud para nuestras clientes, en nuestras clínicas propias, damos servicios básicos de salud, tenemos una red de promotoras de salud que llevan a cabo campañas en las periferias de las ciudades. También tenemos un programa de emprendimiento para mujeres, a través de una plataforma con una serie de contenidos que ayudan a crear un negocio desde cero y enseñan a potenciarlo según la fase en que esté. Me siento muy identificada con la misión de la organización, creo en el impacto que puede tener en la sociedad y en el crecimiento que implica para las mujeres.
Comentaste que tu experiencia ha sido muy desafiante. ¿Podrías decir cuáles son los principales retos que has enfrentado?
El principal desafío ha sido adaptarme a las diferentes culturas, conocer y entender las necesidades de las personas. Eso me obligó a acudir a cada una de las organizaciones y conocer de primera mano el trabajo que se hace con las clientes, porque puede ser muy fácil proponer soluciones sin adaptarlas a las necesidades reales del negocio. Creo que he aportado mucho valor al conocer, entender e involucrarme con este trabajo. Lo segundo que ha sido retador ha sido la gestión y atracción de talento. Hemos generado políticas e implementado herramientas corporativas que los equipos locales han adoptado como suyas. Por un lado, les hemos brindado experiencias ágiles a los candidatos, y con sentido humano. Por otra parte, hemos acompañado a los líderes en cada paso.
Otro reto interesante ha sido la gestión del cambio dentro de la organización, porque pasamos de una banca de microcréditos tradicionales a dar microcréditos digitales. Asimismo, hemos mejorado nuestra marca empleadora. También tenemos alianzas importantes con donantes como Google, Microsoft, JP Morgan. Compartimos nuestras experiencias como mujeres líderes dentro de un sector duro, como es el bancario, al tiempo que trabajamos en procesos con enfoque de género y de diversidad. Creo que todos esos han sido desafíos muy interesantes.
Antes de este trabajo, ¿dónde has estado?
Estuve en Eurofarma, que es una farmacéutica brasileña. Era responsable de Gestión de Talento para Perú y Ecuador. Trabajaba de la mano con ambos países, definiendo estrategias de desarrollo y atracción de talento, temas de gestión del desempeño y acompañamiento a los líderes de la organización.
¿Y antes de Eurofarma?
Estuve en el grupo Bancolombia, trabajaba entre Lima y Medellín. Tenía el rol de business partner, veía todos los procesos de recursos humanos para el core del negocio, que era arrendamiento y leasing. Me encargué de liderar la parte de seguridad y salud ocupacional, compensaciones, atracción de talento, y de desarrollar los mapas de cultura para la organización en el Perú. En lo relacionado con formación, instalamos una nueva herramienta, que era una intranet con una parte de gestión de proyectos. Ahí estuve aproximadamente tres años, fue mi primera experiencia internacional. Y antes estuve en Savar, un operador logístico. Era analista sénior de talento y cultura, y tenía a mi cargo la comunicación interna, la capacitación y el talento. Trabajaba con el personal administrativo y de planta. Eso también fue un reto para mí. La idea era adoptar buenas prácticas de lineamientos de comunicación interna, generar contacto con el personal operativo, que sea escuchado, generar líneas de carrera para ellos, para que crezcan dentro de la organización. Yo trabajaba en la planta ubicada en Bocanegra, en el Callao. Y antes de eso viví dos años en Guatemala.
¿Qué hacías en Guatemala?
Mientras estudiaba en la Universidad de Lima formé parte de un círculo de liderazgo llamado Aiesec, que me dio la oportunidad de asumir un rol de liderazgo en ese país, donde trabajé en temas de intercambios y atracción de talento, con empresas de tecnología. Tenía alianzas estratégicas con universidades para la realización de ferias laborales. Exportábamos el talento de Guatemala hacia empresas de otras naciones. Fue una experiencia muy interesante, porque trabajé con personas de diferentes países, y esta oportunidad la conseguí gracias a la Universidad de Lima.
Con la experiencia que tienes en recursos humanos, a lo largo de estos años, ¿qué tendencias has visto surgir últimamente y qué es lo que se viene?
Ahora trabajamos mucho el tema de agilidad desde recursos humanos y cómo aportar valor desde este lado de la organización. No solo se trata de implementar tecnología, sino, dentro de los procesos que tenemos, pensamos cómo mejorarlos, cómo hacerlos más simples y amigables. Otro punto importante es que ahora cuidamos mucho la experiencia de los colaboradores dentro de la organización. Ya dejamos de ser un área tradicional, enfocada en la parte operativa. Por otro lado, es fundamental la gestión de los datos, Data Analytics, y cómo acompañamos esos indicadores para plantear soluciones, mejoras y propuestas que impacten directamente en el cumplimiento de las metas del negocio. Antes, en recursos humanos, era imposible medir el impacto de las iniciativas y proyectos. Ahora es diferente, trabajamos muy enfocados en OKR (objetivos y resultados clave), en el seguimiento oportuno, evaluaciones continuas y propuestas de mejoras. Eso va a continuar y lo que se viene con fuerza es la gestión de datos, la agilidad de los procesos y también la experiencia completa del ciclo del colaborador.
¿Cómo fue tu experiencia universitaria en la Ulima?
A mí me encantó mi carrera, sobre todo porque me dio un abanico de oportunidades para explorar lo que me gustaba. Yo empecé a trabajar en finanzas, pero en el camino descubrí que me gustaba la gestión del talento. Creo que mi experiencia en la Universidad de Lima fue fundamental para eso, por todos los conocimientos que me dio, porque tuve la oportunidad de tomar cursos electivos que me ayudaron a ver mejor el panorama. Valoro mucho que la Universidad nos ofreciera todos los recursos necesarios para estudiar, hacer trabajos, investigar temas. Yo veía cómo, todos los años, ampliaban los contenidos de la Biblioteca, se mejoraba la infraestructura y los espacios para estudiar y para compartir. La Ulima es una universidad muy completa y veo que ahora tiene muchas cosas que en mi época no había, lo cual me da mucho gusto, porque la Universidad no deja de mejorar. Asimismo, los profesores son excelentes. Tengo varios compañeros que tienen posiciones importantes en sus trabajos, y creo que, sin el respaldo académico y todas las experiencias que hemos tenido en la Ulima, no hubiera sido fácil lograrlo.