Vania Rivero ganó el primer puesto en el Concurso Emprendimiento Social 2022, organizado por el Centro de Emprendimiento de la Ulima (Innova Ulima), con un emprendimiento que reemplaza los precios colocados en papel en el retail por viñetas de precios digitales que se actualizan de manera inalámbrica y en tiempo real. Vania es administradora por la Ulima, y su emprendimiento Price Lab, con el que ha ganado varios premios, le da mayor agilidad a la gestión de cambios de precio. Su producto se vende desde hace más de ocho meses, y ahora no solo en el Perú, sino también en Chile y Argentina.
¿Cómo surgió la idea de tu emprendimiento?
Surgió cuando tenía 16 años. Me invitaron a un programa de IBM en el que tenía cuatro días para desarrollar una idea SMART. El objetivo era “digitalizar”, por decirlo de algún modo, un supermercado. Una de las ideas propuestas fue hacer precios digitales. Algunos años después comencé a trabajar en retail, como product manager, y el tema de los precios en tienda fue un problema que pude cuantificar porque lo viví diariamente. Cuando viajé, conocí la solución de los precios digitales y decidí "tropicalizar" la idea y adaptarla al mercado latinoamericano, con lo que se cambió el modelo de negocio y se le dio prioridad al desarrollo de software sobre la venta de hardware.
¿Con quiénes te uniste para hacerlo?
Lo inicié y desarrollé sola, pero en el camino formé un equipo espectacular que me acompaña.
¿El emprendimiento ya está funcionando?
Sí, el producto está operativo desde hace un poco más de ocho meses. Ya tenemos clientes, trabajamos con empresas como Claro y Repsol, entre otras. La mayoría de nuestros clientes usan los precios digitales desde septiembre del año pasado.
¿Qué comentarios has recibido?
Con nuestros clientes tenemos un NPS (Net Promoter Score) de 9,8. Este es un indicador para medir la satisfacción del cliente. Lo que le damos al proceso de cambiar los precios es agilidad. Eliminamos el error humano y aumentamos las ventas de los clientes.
¿Cómo fue el proceso de desarrollar el producto?
Primero, desarrollé mi idea en Power Point. Se la di al CTO (Chief Technology Officer) para que la convierta en algo tangible, lo que se llama MVP, que es un producto mínimo viable. Con el MVP, salimos a vender. Inicialmente, nuestro software no era tan funcional ni tan flexible como queríamos. Luego, cuando entendimos las necesidades de nuestros clientes y recibimos su feedback a partir de los pilotos que hicimos, lanzamos la versión beta del producto.
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Acabamos de abrir operaciones en Chile y Argentina, así que por ahora los planes son penetrar en esos mercados y entender más a nuestros clientes. En dos meses lanzaremos inteligencia artificial para precios dinámicos. Eventualmente, creceremos hacia México, pero eso en el 2025.
Aparte de tu emprendimiento, ¿trabajas en otro lugar?
No. Me dedico full time a Price Lab.
¿Desde que saliste de la Universidad en dónde has trabajado?
Salí hace seis años. Primero trabajé en Belcorp, luego en Ripley y después en Komax. Durante la pandemia decidí dedicarme a fundar Price Lab.
¿Qué hacías en estas empresas?
Era product manager. Me encargaba de las estrategias comerciales de venta y de la compra de productos.
¿Has seguido algún estudio luego del pregrado?
En entidades de educación no, pero estamos terminando la aceleración de 500 LatAm. Es una de las aceleradoras y fondos de inversión más grandes de Latinoamérica. Es un programa que dura 16 semanas, muy intenso y muy bueno.
¿Tu emprendimiento ha participado en otros concursos además de Primer Paso de la Universidad de Lima?
Sí. Primero fuimos parte de la aceleración de Emprelatam. Luego ganamos el premio de Adidas y Future Visions para mujeres emprendedoras. Después, salimos finalistas en Kamay Code, en el que el premio era hacer un piloto con Coca Cola y Arcor. Al final formamos parte del portafolio de 500 Global.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Hago pilates, medito y toco piano.
¿Qué te pareció estudiar en la Universidad de Lima?
Me pareció una buena experiencia. Lo que te da la Universidad de Lima es un buen balance entre los estudios y tu vida social. He conocido profesores espectaculares. Hasta el día de hoy tengo contacto con ellos y me ayudan.
