Egresados Ulima editan libro sobre Punta San Juan

Dos egresados Ulima se unieron para llevar a cabo un proyecto de sensibilización acerca del cuidado del medioambiente, específicamente de la reserva nacional Punta San Juan, en Ica. Bernardo Sambra, administrador con experiencia en recursos humanos, fotógrafo y CEO de la ONG Amantaní, tomó más de 19 000 fotografías del lugar y le propuso a José Luis Abeo, superintendente de Comunicaciones en Marcobre, hacer un libro sobre la historia, la belleza y el valor que encierra esta zona protegida. Juntos llevaron adelante este proyecto y han publicado Punta San Juan: una historia de conservación, con 250 fotografías de Bernardo y comentarios de conservacionistas.

Asimismo, han montado una exhibición itinerante con cincuenta imágenes de Punta San Juan, que se puede ver en la Universidad de Lima hasta el 11 de octubre. Hoy, 2 de octubre, como parte del programa Egresados con Propósito, participarán como expositores en la conferencia “Caso Punta San Juan. Una historia de conservación”, organizada por el Centro de Sostenibilidad Ulima (Responde Ulima), en coordinación con la Carrera de Administración de nuestra Casa de Estudios. 

Bernardo, ¿cómo entraste en contacto con Punta San Juan y cuál fue tu primera impresión del lugar?
Bernardo: Antes quisiera comentar que yo buceo desde los doce años y hago fotografía submarina desde hace unos seis años. Me recomendaron mucho ir a esta reserva nacional para hacer fotografías submarinas, y un día me animé y fui. Me metí bajo el agua y me pareció espectacular todo lo que vi. Pero lo que había en la superficie del agua era igualmente maravilloso. Es un ecosistema muy importante de solo 54 hectáreas, y es muy fácil llegar a los animales. Investigué sobre el sitio y encontré que tiene una historia muy interesante que data de la era del guano. Así que quise contar la historia completa del lugar. 

El problema es que no podía concretar el plan, porque yo trabajaba en otro tema e iba a Punta San Juan en mis vacaciones. Además, hay muchos ciclos naturales en la reserva: en una época están los pelícanos, en otra los pingüinos o los lobos. No se puede retratar todo en un mes, ni siquiera en un año, porque hay ciclos muy marcados y temporadas muy específicas. Entonces me engolosiné a la espera de que esos ciclos se repitan, y finalmente pensé que lo mejor era contar la historia a través de un libro. Yo no quería un libro de fotos bonitas, sino uno que contribuya a difundir la importancia de este lugar y que favorezca su protección. Entonces me contacté con Marcobre, que en ese momento empezaba operaciones, y José Luis me comentó que estaban muy interesados. Luego, vino la pandemia y yo descontinué mis viajes, pero fue ahí que hice un cambio en mi vida y decidí dejar el mundo corporativo para dedicarme a la conservación. Renuncié a mi trabajo y, a partir de entonces, realicé muchos viajes para acelerar el proceso del libro.

José Luis: Por nuestra parte, Marcobre tiene sus operaciones en San Juan de Marcona, en el distrito de Ica. Por un lado, como parte de nuestro plan de intervención social, promovemos la generación de ingresos alternativos a la actividad minera, en beneficio de nuestros vecinos. Por otro lado, Marcona tiene un potencial turístico muy importante. Es el único distrito del país que cuenta con dos áreas reservadas. Una es Punta San Juan, que queda a solo cinco minutos del centro de la ciudad y tiene la mayor colonia de pingüinos de Humboldt del país, grandes colonias de lobos marinos finos y chuscos, y un avistamiento promedio de aves que bordea, en buenas temporadas, más de medio millón en un solo espacio. Además, está San Fernando, donde se realizan más avistamientos del cóndor andino que en el cañón del Colca. Además de las dos reservas, Marcona tiene un bosque de figuras pétreas sobre el mar y tiene diecinueve playas casi vírgenes. Con todo este potencial turístico, vimos una oportunidad de generar ingresos alternativos para que la población no dependa de la minería y sea más sostenible, sobre todo si pensamos en el momento en que la mina cierre. Tenemos una excelente reputación como empresa en la zona, y apuntamos a que Marcona se convierta en una ciudad modelo y que, dentro de unos años, se consolide como un destino turístico importante en el sur del país. En medio de este plan de desarrollo turístico que ideamos, me contactó Bernardo, hace siete años, cuando aún no sabíamos si íbamos a tener una mina —hace un par de años, a Dios gracias, se iniciaron las operaciones de Mina Justa—. Y decidimos, junto con Bernardo, sacar adelante el proyecto de un libro sobre Punta San Juan. Quiero agregar que, cuando la exposición llegue a Marcona, en diciembre, realizaremos también una maratón y difundiremos el mensaje de conservación que llevan el libro y la muestra de fotos entre todos los deportistas y visitantes que llegarán a Marcona para esa fecha.

¿Qué características tiene el libro?
José Luis: Es un libro de lujo, de tapa dura. Tiene imágenes, habla de la historia y de la conservación de la zona, e incluye columnas de opinión de reconocidos conservacionistas nacionales e internacionales que han visitado Punta San Juan. Es un producto de muchísima calidad. Marcobre ha impulsado esta iniciativa, que es de Bernardo, lo mismo que las exposiciones itinerantes.

Bernardo: Es un libro muy bonito en el que han participado oceanógrafos, investigadores y expertos en conservación marina, y el cuerpo de fotografía se ha adaptado a eso. Yo tomé 19 800 fotos, en la exposición presentamos cincuenta y en el libro 250. Ha habido un esfuerzo enorme en seleccionarlas. Medio millón de personas han visto la exposición. Después de exhibirse en la Universidad de Lima continuará su periplo hasta que llegue donde debe quedarse, en Marcona, para que la población conozca lo que hay ahí. Queremos que los niños entiendan el enorme valor que encierran esas 54 hectáreas. El 2 de octubre tenemos un conversatorio en la Universidad de Lima para contar cómo unimos esfuerzos para llevar adelante una iniciativa como esta.

José Luis, como superintendente de Comunicaciones en Marcobre, ¿podrías comentar cómo se ha logrado una buena reputación de la empresa en Marcona?
José Luis: Nos esforzamos mucho por mantenernos cerca de la población, tenemos comunicación constante con los pobladores y nos preocupamos por impulsar el desarrollo sostenible del distrito. Todo esto ha generado que forjemos una excelente reputación. En los últimos cinco años, estamos por arriba del 90 % en aceptación social. Es un caso atípico en minería.

¿Qué temas ves en tu día a día?
José Luis: Me encargo de la comunicación externa y la imagen de Marcobre. También me ocupo del proyecto de desarrollo turístico de Marcona y, a través de diferentes iniciativas, nos acercamos a la población, identificamos sus necesidades y contribuimos con diferentes estrategias de comunicación y de desarrollo para potenciar el distrito, con el fin de que, dentro de algún tiempo, se consolide como una ciudad modelo. A eso apuntamos.

¿Dónde han trabajado anteriormente? 
José Luis: Yo estoy en Marcobre desde diciembre del 2014. Antes he trabajado en televisión, en La Ventana Indiscreta. Me gradué como comunicador por la Universidad de Lima mientras trabajaba como reportero en La Ventana Indiscreta, el 2004. He pasado por diferentes medios de comunicación, he sido editor de noticias y editor de TV en Terra Networks, y he trabajado en diferentes empresas multinivel, a cargo de la comunicación para diferentes países. En Herbalife, por ejemplo, me ocupaba de la comunicación para toda la región. Luego, pasé a Marcobre, donde voy a cumplir nueve años a cargo de toda la comunicación hacia afuera de la empresa.

Bernardo: Yo trabajé en Shell, donde asumí varios roles en Planeamiento Financiero y Ventas. En marketing, tuve el encargo de hacer un proyecto con alcance internacional, que fue crear el primer sistema de lealtad en el Perú. Allí fue donde creé la tarjeta bonus para acumular puntos. Después me mandaron a un proyecto internacional en Asia y de ahí pasé al BCP, a Banca Corporativa. El objetivo era crear un área nueva para hacer tesorería electrónica, cash management con las empresas. Luego, pasé a Recursos Humanos, un espacio donde nunca imaginé trabajar, pero que me di cuenta de que era mi sitio en cuanto llegué. A los 41 años, asumí la gerencia de Recursos Humanos del BCP y, más adelante, de todas las empresas del grupo, en Credicorp. Allí estuve hasta hace un año y medio.

¿Qué te gustó tanto de recursos humanos?
Bernardo: Primero, mi perfil se acomoda muy bien a esta área, lo que yo no sabía. En segundo lugar, entendí perfectamente que las personas que conformamos una empresa hacemos toda la diferencia. Se puede manejar la cultura de una organización como un proyecto, con entregables, resultados y plazos y, si logras forjar en la gente los comportamientos que la empresa necesita, la potencia del crecimiento e innovación y creación de capital es exponencial. Así que me dediqué a la transformación cultural. En paralelo, tengo una ONG por la que canalicé mi trabajo fotográfico, la cual fundé con mi esposa: The Living Oceans. Con esta organización nos dedicamos a promocionar la importancia del cuidado de los océanos a través de las imágenes. Además, sumamos el trabajo de fotógrafos de otros países para hacer libros, exposiciones, conferencias, etcétera. A eso nos hemos dedicado durante los últimos veinte años. A raíz de la pandemia, quise hacer un cambio y renuncié a mi trabajo, pero me ofrecieron la oportunidad de dirigir un emprendimiento sin fines de lucro, una ONG cuyo propósito es conservar la Amazonía. Entonces he creado esta ONG especializada en conservación amazónica, Amatarani.

José Luis, ¿qué es para ti lo más significativo en tu trabajo?
José Luis: En Marcobre, por ejemplo, tenemos un programa de televisión que ya ha cumplido tres años y que se ve localmente. Es una iniciativa para estar cerca de nuestros vecinos y comunicarles acerca de Marcobre, de diferentes capacitaciones y de las noticias más resaltantes de la actualidad que pueden ser de interés para nuestros vecinos. Hemos lanzado también una serie documental de cinco capítulos que narra la etapa de construcción de Mina Justa, que terminamos de construir en plena pandemia, con estrictos protocolos de bioseguridad. Es tan entretenido el trabajo que nos motiva a explorar nuevas plataformas de comunicación y realizar diversos proyectos. Anteriormente mencioné que organizamos una maratón, que cumplirá ocho años, y que lanzaremos con un propósito diferente, alineado con la publicación del libro: “Acá corremos por la conservación”. Me siento muy motivado por la libertad de crear diferentes estrategias de comunicación en beneficio de muchas personas, en este caso, nuestros vecinos. Eso me motiva a seguir adelante, a continuar con la creación, el desarrollo y el diseño de planes y estrategias que a corto, mediano y largo plazo beneficien a nuestros vecinos y les traigan desarrollo. Aplico periodismo, comunicación para el desarrollo, marketing, publicidad y hasta cine. Esa es una base importante que me dio la Universidad de Lima.

¿Cómo fue su experiencia en la Universidad de Lima?
Bernardo: El primer año y medio en la Universidad de Lima fue muy importante para mí porque me ayudó a reflexionar sobre lo que quería hacer. Y me brindó oportunidades. Terminé la Carrera de Administración con una buena preparación que me dio la posibilidad de mirar el panorama. Egresé con muchos conocimientos que me han ayudado a transitar por diferentes campos y desarrollar diferentes proyectos, como venderle a una empresa corporativa un libro, lanzar una tarjeta bonus, gestionar los recursos humanos, etcétera.

José Luis: Para mí, la etapa universitaria fue una de las mejores de mi vida. Estoy muy agradecido con la Universidad de Lima y con los profesores que he tenido. Con algunos aún mantengo contacto, y quiero ir a ver la exposición y reencontrarme con los que todavía enseñan. Además, es sorprendente ver cómo están las instalaciones de la Universidad. Me siento orgulloso de haber estudiado ahí, tengo mi corazón Ulima. La Universidad me dio herramientas y con ellas me he adaptado a los cambios del entorno laboral.