Apasionados por la cocina y focalizados en el negocio propio

La cuarentena en el 2020 llevó a los hermanos Mauricio y Rodrigo Mayta a explorar sus habilidades en la cocina. Después, se animaron a abrir un negocio de venta de sándwiches, y ensayaron hasta conseguir el sabor que buscaban.

Ahora, venden sus productos en diferentes eventos, como en el Torneo Alumni, organizado por la Universidad de Lima, donde compiten los egresados en diferentes disciplinas deportivas este mes de septiembre.

En otra oportunidad, Mauricio y Rodrigo también hubieran participado, pues ambos estudiaron Administración en la Ulima. En su época de estudiantes, representaban a la Universidad en tenis de mesa y le daban a la comunidad Ulima la alegría de campeonar. Ahora, sin embargo, están concentrados en su emprendimiento Baki Burgers.

¿Ustedes cocinaban antes de emprender con este negocio?
Rodrigo: En realidad, fue durante la pandemia que descubrimos nuestra pasión por la cocina. A Mauricio le encantaba hacer parrilla y a mí, otro tipo de comidas. En un momento, viajamos a Estados Unidos y allá probamos diferentes tipos de comida rápida, pero un sándwich en especial nos encantó, uno de pollo frito, tipo broaster. Comentamos que algo así no había en el Perú, o había muy poco, y nos pareció que podía haber un mercado interesante. Al volver del viaje, empezamos a hacer pruebas, para probar si nos salía un rico sándwich de pollo frito, hasta que dimos en el clavo. Entonces invitamos a nuestros amigos a probar la fórmula, y les encantó. Después añadimos hamburguesas.

Luego de llegar a la fórmula ideal, ¿cuál fue el siguiente paso que dieron?
Mauricio: A continuación, planificamos la inversión a partir de nuestros ahorros y con un poco de apoyo familiar. Poco a poco, compramos los equipos y utensilios que necesitábamos, mientras yo aún trabajaba para una compañía. En mayo creamos la empresa formalmente y ahí mismo empezamos a vender. Yo me retiré del trabajo que tenía en noviembre del 2022 para enfocarme por completo en el emprendimiento.

¿Desde el inicio vendían de la forma en que lo hacen ahora, con un puesto, toldo y mesitas?
Mauricio: No, primero vendíamos el fin de semana, solo a pedido.

Rodrigo: Después empezamos a cocinar en eventos. Para entonces ya teníamos una freidora, la plancha, una refrigeradora, mesas y un toldo. Eso mismo es lo que instalamos en el Torneo Alumni, donde compiten en diversos deportes los exalumnos Ulima. Nos ha sorprendido la cantidad de egresados que asisten. Nos alegra también, porque es la comunidad Ulima y se siente el ambiente de fraternidad.

¿En qué otros eventos han participado?
Rodrigo: Hemos estado en la Copa Regatas Internacional de Tenis de Mesa 2023. Nos instalamos ahí por una semana, y nos fue muy bien. Ese fue nuestro primer espacio de venta. Nosotros hemos competido por años en tenis de mesa, así que nos conocen en ese círculo deportivo y por eso nos ofrecieron el espacio para comenzar el negocio. Después de eso hemos estado en otros eventos de tenis de mesa. También nos han llamado para cumpleaños y otras actividades.

Mauricio, ¿en qué momento tomaste la decisión de renunciar a tu trabajo para dedicarte a este emprendimiento?
Mauricio: Fue una decisión difícil. Lo pensé bastante porque estaba feliz en mi trabajo, y era algo seguro. Pero lo que yo quería realmente era mi propio negocio, así que realicé esta elección y no me arrepiento.

Rodrigo, ¿tú a qué te dedicabas antes de empezar con Baki Burgers?
Rodrigo: Yo primero trabajé en una empresa constructora, después ayudé a mi papá con algunos negocios, mientras buscaba empleo. Luego, llegó la pandemia y, en ese momento, era difícil conseguir un empleo, así que me dediqué a los negocios de mi papá, y después surgió el tema del emprendimiento. Mientras Mauricio estaba en su trabajo, yo arranqué con el negocio y él participaba en su tiempo libre.

¿Qué venden actualmente? 
Rodrigo: Vendemos tres productos: una hamburguesa doble, de dos tajadas de carne de cien gramos cada una, con queso, cebolla caramelizada, pepinillos y una salsa especial que nosotros hacemos. Puedes comprarla sola o con papas. Aparte, tenemos el sándwich de pollo frito, que es un boom. Tiene pollo empanizado frito, crocante, bañado en una salsa de miel y acompañado de una ensalada de col con pepinillos y nuestra salsa especial. También puede venir con papas. Y el tercer producto es un pollo frito cortado en bytes, que servimos sobre un colchón de papas fritas. 

Mauricio: Nosotros hacemos todos los productos, incluso el pan, porque nos propusimos hacer un producto artesanal. Desde el pan hasta las salsas, todo es artesanal. Al comienzo también hacíamos los pepinillos, pero acá no se cosechan, entonces tuvimos que empezar a comprarlos. Lo demás sí lo hacemos nosotros.

¿Cuánto tiempo les tomó hacer pruebas hasta llegar a la receta que les gustó?
Rodrigo: Han sido de seis a ocho meses de prácticas y de aprender a usar los equipos semiindustriales. Para lograr el pan que queríamos también hicimos pruebas. Empezamos con pan brioche, que tiene un sabor muy rico, pero combinado con la hamburguesa tiene un sabor muy fuerte. Ahora tenemos un pan suave, esponjoso y de un tamaño proporcional a la hamburguesa.

Mauricio: Nos ha pasado de todo en las pruebas, hasta hemos quemado la comida, pero finalmente salió bien la receta. Tenemos varias anécdotas. Cuando compramos la freidora industrial, preguntamos a qué temperatura debía estar el aceite, pero nos dijeron que eso lo sabía el cocinero. Como nosotros íbamos a ser los cocineros, y no sabíamos eso, usábamos termómetros y cronometrábamos el tiempo en cada prueba, de manera que la receta a la que hemos llegado es muy precisa y la podemos repetir sin problemas.

¿Han pensado cómo podría crecer este negocio? 
Mauricio: La idea sería tener más cocineros para los diferentes eventos que tenemos. Hay momentos en los que no nos damos abasto. También nos hemos planteado tener un local abierto al público en algún momento, para que la gente pueda comer ahí cuando quiera. Muchos nos preguntan dónde estamos ubicados o dónde pueden ir a comer nuestros productos en otra ocasión.

Rodrigo: Este mes se nos han cruzado los eventos. El de la Universidad de Lima, que estaba en nuestra agenda desde hace dos meses, y otro que nos ofrecieron recientemente, para estar en la kermés de un colegio. Nos hubiera encantado tener personal y el equipo suficiente para cubrir ambos eventos al mismo tiempo, así que nuestra meta para el próximo año es hacer lo necesario para ingresar a más eventos los fines de semana.

¿Podrían comentar cuál es su experiencia laboral?
Rodrigo: Yo trabajé en el área de logística en una empresa del rubro de construcción. Siempre me interesaron los temas de compras, ventas, alquileres y almacenamiento.

Mauricio: Yo, desde las prácticas, empecé en el área comercial. Siempre me ha gustado la parte comercial y las ventas, tener una cartera de clientes y contactarlos, negociar y atender sus necesidades. Después estuve en una empresa de telefonía y luego pasé a otra de alquiler de laptops.

En cuanto a lo deportivo, ¿cómo ha sido su trayectoria en el tenis de mesa? 
Mauricio: Yo empecé a practicar este deporte a los 6 años. Estuve en la selección nacional y entrenaba todos los días, de lunes a sábado, cuatro horas cada vez. También estuve en el equipo Ulima. Participaba en los torneos universitarios y obtuve un par de subcampeonatos, y con el equipo campeonamos. Ahora ya no practico tanto, solo algunas veces a la semana, pero soy consciente de que el deporte me ha dado mucha disciplina. Me acostumbré a ser muy metódico y a organizarme para cumplir mis obligaciones, y eso me sirve actualmente.

Rodrigo: Yo he hecho varios deportes. Entré al tenis de mesa a los 10 u 11 años, y desde entonces dejé de lado los demás deportes para enfocarme en este. Mauricio ha sido campeón nacional durante muchos años. Yo también he jugado en muchos campeonatos nacionales y en el colegio. Juntos, hemos participado en Adecopa y hemos salido campeones por varios años. Al entrar a la Universidad, cambiaron un poco las cosas, porque uno se enfoca más en los estudios y en lo que va a hacer en el futuro. Pero nos gustó mucho que la Universidad nos permitiera mantener la actividad deportiva y nos brindara las facilidades para entrenar y estudiar a la vez. No solo recibimos una beca deportiva, sino que también los profesores eran muy comprensivos cuando teníamos que ir a un campeonato y faltar a clases, teníamos entrenadores y espacios para practicar, y el personal administrativo nos apoyaba. Estamos muy agradecidos por todo eso. Además, hemos viajado con la Universidad de Lima, y hemos sido pentacampeones, en cinco años consecutivos, con el equipo universitario de tenis de mesa. Ha sido un orgullo representar a la Universidad de Lima.

Fuera del mundo deportivo, ¿cómo fue para ustedes la vida universitaria?Mauricio: Yo siempre estuve enfocado en los estudios, pero también hice amigos, tanto en la Carrera de Administración como en el tenis de mesa. Estuve en tercio y en quinto superior por varios años. Me encantó la Universidad de Lima, no la cambiaría por otra, fue un lugar agradable donde nos apoyaron y nos desarrollamos integralmente.

Rodrigo: La Universidad ha sido nuestra segunda casa. Muchas veces llegábamos a las clases de las siete de la mañana, después entrenábamos, almorzábamos, seguíamos en clases por las tardes y a veces nos quedábamos hasta las ocho o diez de la noche. Fue una etapa intensa en la que hice muchos amigos y en la que siempre sentí el apoyo de los profesores, que se esforzaban por que sus alumnos mejoren. Yo estudiaba con un grupo amigos, ciclo por ciclo, avanzábamos juntos. Ha sido una etapa muy bonita para mí.