Una visión de Lima para 2035

La pandemia de la COVID-19 ha evidenciado aún más las fracturas y falencias de una ciudad como Lima: profundas desigualdades económicas y sociales, informalidad, servicios precarios, deficiencias del sector público para gestionar las crisis y una gran cantidad de habitantes que no tienen acceso al agua potable desde sus casas. Ante este panorama, cabe preguntarse: ¿hacia dónde avanza Lima y cómo debe ser su planificación? Diversas propuestas y reflexiones sobre este dilema fueron disertadas el 18 de junio en el webinar “Visión Lima 2035. Lineamientos para pasar de la visión a la acción”, organizado por la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima.

Visión Lima 2035 es un proyecto que busca transformar nuestra capital en una ciudad verde y sostenible. Fue creado por un equipo multidisciplinario conformado por expertos en industrias alimentarias, urbanismo, arquitectura, biología y gestión de residuos. La iniciativa compite en el concurso mundial Food System Vision Prize –organizado por la Fundación Rockefeller en alianza con el laboratorio de innovación OpenIDEO–, que distinguirá las propuestas más creativas y potentes para transformar el sistema alimentario en el mundo.

El panel de ponentes de esta charla virtual estuvo integrado por Soroush Parsa, gestor principal de Visión Lima 2035 y científico que trabaja en el Centro Internacional de la Papa (CIP); Gonzalo Villarán, especialista en innovación y cofundador de TUMI Genomics; Karen Takano, arquitecta y docente Ulima; y Carlo Ángeles, psicólogo y regidor de la Municipalidad de Lima.

Parsa se refirió a uno de los tres ejes de las soluciones estratégicas de Visión Lima 2035: agricultura urbana en los techos de las viviendas que considera actividades como la crianza de cuy y el cultivo de hortalizas (los otros dos ejes consisten en tecnologías de captura de agua y la transformación de sitios culturales como huacas en centros alimentarios). El experto añadió que la instalación de huertos en las azoteas ya se practica en el Perú y mencionó como ejemplo el emprendimiento Bio Nutri Verde.

Por su parte, Gonzalo Villarán lamentó que el sector público peruano carezca de una cultura colaborativa, lo que deriva en la desidia política para trabajar junto al sector privado y proponer soluciones eficientes a los problemas del país.

En tanto, Karen Takano criticó la falta de voluntad política para plasmar una visión integradora en la planificación de Lima. Ella subrayó que la capital funciona como una ciudad de fragmentos y que sigue creciendo de manera desarticulada.

Por último, Carlo Ángeles señaló que Visión Lima 2035 no solo tiene que ser un plan importante, sino que es indispensable convertirlo en una iniciativa urgente que sea tomada en cuenta por el aparato estatal y discutida en la agenda pública. Él agregó que ese propósito se logrará mediante la visibilización de las fracturas y carencias de Lima, lo que enfatizaría en la necesidad de impulsar los planteamientos de Visión Lima 2035 y alentaría a diversos colectivos a comentarlos y posicionarlos como temas de debate y reflexión.