La importancia del constante aprendizaje

Para Hernán Roberto Leyva Izarnótegui, gerente de Operaciones en Venator S.A.C., el aprendizaje constante es más que necesario en un contexto como en el que vivimos. Por eso, manifiesta su satisfacción de estudiar la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima. En la siguiente entrevista, el también ingeniero industrial Ulima nos comenta, además, cómo se ha modificado el campo de las operaciones en los últimos años.

Cuéntanos, ¿a qué te dedicas actualmente?
Soy el responsable de Operaciones de Venator S.A.C., empresa exportadora de prendas de vestir, especialmente suéteres y polos, para marcas reconocidas en Estados Unidos y Europa.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu vida laboral?
Por mi carrera y mi puesto, puedo mejorar procesos, reorganizarlos e implementarlos de manera rápida y obtener resultados a corto plazo. Asimismo, es muy gratificante interactuar con las personas, las diferentes áreas y solucionar problemas. El saber que has dado todo por un producto y que entidades de otros países lo certifiquen significa que estamos haciendo un buen trabajo. Es muy especial. Además, tengo el respaldo y apoyo de la gerente general y hacemos un buen equipo.

¿Cuál es, a tu parecer, la situación de tu campo profesional en el Perú? 
Los responsables de las operaciones de las empresas deben estar muy pendientes del balance entre la eficiencia y la gestión de personas, especialmente las intensivas en mano de obra, y poder cumplir con los objetivos de la empresa. A los ingenieros industriales nos enseñan que la eficiencia y la gestión del día nos brindan muchas herramientas y, dentro de esas, existen habilidades blandas que los trabajadores deben tener. Ellos son el principal capital, la mano de obra. También considero que se debe velar por la salud e inteligencia emocional de los empleados: si no tienes empatía, no puedes entender a la gente con la que trabajas. Yo creo que he mejorado mi inteligencia emocional con el paso de los años; no es un proceso que ocurra de la noche a la mañana, sino que lleva años. Los constantes cambios de escenarios nos ponen nuevos retos que necesitan lo mejor de nosotros y de nuestra formación como personas y profesionales.

¿Qué habilidades técnicas y conocimientos consideras que un profesional de tu campo laboral debe tener para enfrentar los retos del Perú actual?
Nuestro campo laboral nos exige habilidades técnicas y blandas: las primeras nos permiten brindar soluciones ágiles, sostenibles y efectivas, y las segundas nos ayudan a fortalecer la gestión de personas.

¿Cómo percibías a la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos antes de ser alumno y cómo la percibes ahora que la estás estudiando?
Como egresado de la Universidad de Lima percibía que la Maestría me ayudaría a desarrollar nuevas capacidades. Sin embargo, pensaba que sería una carga pesada en cuanto a tiempo y dedicación. Ahora no lo veo así. Escuchar otros contextos y realidades de otros rubros me permite ampliar mis ideas y alternativas de solución a los problemas que enfrento actualmente en mi trabajo. Pienso que uno nunca debería dejar de estudiar ni de actualizarse. La Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos me gusta y me ayuda a escuchar a otras personas sobre sus rubros, otros contextos. Eso abre mi campo, mis alternativas de solución y nunca lo había visto de esa manera. Por ejemplo, en mi clase, la mayoría de alumnos trabaja en distribución de gas. Eso es algo nuevo que me brinda una mirada diferente a lo que hago y nuevas posibilidades de solución.

¿Qué mensaje te gustaría dar a tus colegas?
Nunca debemos dejar de estudiar, siempre hay que actualizarse y estar preparado para el futuro y los nuevos retos. No se puede no conocer otras realidades: es crucial para socializar y tratar a entender a los demás.

¿Qué mensaje te gustaría dar a las personas que, como tú, estudian la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos?
Siento que han tomado una buena decisión, y que es importante que escuchen, participen y cuenten sus experiencias porque enriquece la clase, a la Maestría y al resto. Las participaciones en clase son las que despiertan a los alumnos y enriquecen la Maestría. La teoría es buena, pero las experiencias pueden enseñar más que una fórmula en un cuadro.