El uso de criptomonedas despierta cada vez más interés en el Perú. Carlos Bernos, egresado de la Maestría en Tributación y Política Fiscal de la Universidad de Lima, es country manager en Buda.com, una plataforma de intercambio de criptomonedas y, a continuación, explica cómo funciona ese mercado y comenta también sobre su experiencia laboral en compliance y fintech.
Buda.com es una empresa de compra y venta de criptomonedas, ¿verdad?
Buda.com es la principal plataforma de intercambio de criptomonedas en Chile. Se fundó a principios del 2015 y, posteriormente, ingresó a otros mercados, como Colombia y Perú. A nuestro país llegó en el 2017, y yo entré a trabajar en febrero del 2021. Es un tipo de fintech (finance technology), donde empleas tu moneda local para comprar criptomonedas y después venderlas.
¿Cómo se encuentra ese mercado en el Perú?
El mercado de las criptomonedas en países como Chile y Colombia es un poco más grande que en el Perú. Para dar un ejemplo, el mercado chileno mueve entre 10 y 12 veces más que el peruano. Pero el Perú ha avanzado mucho en comparación con el año pasado. En el 2020 movimos US$ 19.5 millones y este año ya estamos en US$ 69 millones. Y esto es solamente en Buda.com, porque, a nivel de la industria en general, las cifras son mucho más fuertes.
¿A qué se debe este crecimiento?
El mercado se ha intensificado en toda Latinoamérica, porque la criptomoneda permite transferir valor económico sin intermediarios, de manera segura y rápida.
¿Cómo utilizan las personas las criptomonedas?
Las pueden usar como medio de pago, como inversión —porque el precio es volátil— o para hacer remesas.
¿En qué se respalda una criptomoneda?
El común de la gente piensa que el sol está respaldado por las reservas internacionales o por el oro, y no es así. Una moneda está respaldada por la confianza. Las reservas internacionales son solo uno de los mecanismos existentes para generar confianza, pero no son el único. Por ejemplo, hoy, la cabeza del Banco Central de Reserva es Julio Velarde, una persona reconocida internacionalmente por su trabajo. ¿Qué pasaría si saliera de ese puesto y se colocara en su lugar a alguien con apenas un año de experiencia, sin expertise en el sector público y sin la formación académica necesaria? Pues el tipo de cambio se dispararía. Podemos tener grandes reservas internacionales, pero la confianza se pierde. La confianza es la que sostiene una moneda. Una criptomoneda también se sostiene en la confianza, pero esta se genera por otro factor: la propuesta tecnológica que genera. El blockchain te permite tener una base de datos con todo el historial transaccional de una red. El blockchain es lo que otorga confianza a todos los miembros de un sistema y les permite colaborar entre sí sin intermediarios.
¿Cómo se usan las criptomonedas?
Hay países donde su uso es mayor. El caso más emblemático es El Salvador, país que ha adoptado al bitcoin como moneda de curso legal, junto con el dólar. Actualmente, bitcoin es la criptomoneda más conocida, la más fuerte, la que tiene mayor valor en el mercado. Importantes marcas ya lo aceptan en diferentes países. En el Perú estas son muy pocas aún, pero ya hay una marca de vino que ha sacado una tienda online que acepta criptomonedas como medio de pago.
Y la tendencia seguirá creciendo poco a poco…
Sí, gradualmente.
¿Cuáles son tus principales labores como country manager en Buda.com?
Yo gestiono la operación en el Perú. Tengo que velar por las finanzas, debo conocer a los usuarios peruanos, ver cuáles son sus necesidades y cómo ayudarlos. Algo que hago muy seguido es explicar temas relacionados con el mercado. Por ejemplo, por qué el precio del bitcoin sube o baja y qué pasa en el mundo cripto. Constantemente, trato de que los peruanos comprendan qué son las criptomonedas, sea en reuniones privadas, webinars, entrevistas, etcétera. A nivel operacional, hago seguimiento del volumen transado –que es un indicador de la actividad económica dentro de la plataforma– y reviso, a nivel macro, cómo avanza el Perú.
¿A qué te dedicabas antes?
Antes estuve en Kambista, la primera casa de cambio digital en el país. En una casa de cambio tradicional, vas con tu efectivo a un establecimiento físico. Con la casa de cambio digital, ya no necesitas manejar efectivo, todo lo haces a través de cuentas bancarias y de una plataforma web. Yo estuve a cargo del área de cumplimiento, que ve todo lo relacionado con la prevención de lavado de activos y de financiamiento del terrorismo.
¿Qué resaltarías de tu trabajo en Kambista?
Kambista fue la primera fintech en aplicar la biometría para la validación de identidad. Cuando te registras, presentas tu documento y un software lee tu cara, para ver si coincide con el documento. Yo ingresé cuando se estaba implementando esa solución y reforcé los controles para conocer a los clientes y verificar que los fondos que ingresaran a la plataforma provinieran de una fuente transparente, limpia y segura. Además, tuve una auditoría por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera. Era la primera vez que un sector de las fintech era supervisado por esa unidad, y todo se completó satisfactoriamente. También trabajé en Interbank dos años y medio, en el área de Cumplimiento. Yo me especializo en compliance, específicamente para fintech. He revisado distintas empresas, desde mineras hasta personas expuestas políticamente, y toda una gama de clientes denominados “de alto riesgo”, y las fintech entran en esa gama. En Interbank comencé a ver emisores de criptomonedas, casas de cambio digitales, billeteras digitales, etc. Mi gran logro en Kambista fue aplicar todo lo que había aprendido en temas de procedimientos, manuales y demás. Me interesaba trabajar en una fintech, porque sentía que este sector iba a crecer muchísimo.
¿Dónde trabajabas cuando iniciaste la maestría?
Había ingresado a Interbank.
¿Fue difícil combinar tus estudios con el trabajo?
Fue muy complejo. Llevar una maestría y trabajar paralelamente resulta muy exigente, requiere mucha dedicación y organización. Hacíamos muchos trabajos en grupo, los cuales fueron de gran utilidad en mi vida laboral. Tenía que coordinar con personas que también trabajaban, que eran distintas a mí y que venían de otros sectores. Eso es algo que destaco mucho de la Maestría en Tributación y Política Fiscal, porque impulsa a sacar lo mejor de cada uno. Ahora aplico este aprendizaje diariamente en mi trabajo, porque tengo a mi cargo un equipo que está en Chile, pero yo normalmente estoy en Perú, y este equipo me tiene que ayudar a sacar adelante la operación.
¿Cómo te animaste a llevar la Maestría en Tributación y Política Fiscal en la Universidad de Lima?
El tema siempre me gustó. Yo estudié Economía en la Universidad del Pacífico y al revisar la Maestría en Tributación y Política Fiscal de la Ulima me pareció que había un buen balance en el plan de estudios, con cursos de derecho, pero también de economía y de finanzas. Otro punto importante fue la calidad de los profesores. Además, yo trabajaba muy cerca del campus. Todo eso me animó a llevar la maestría, en el año 2017. Me pareció muy buena.