“Evasión tributaria en el Perú. ¿Necesitamos otra reforma tributaria o una social?”, fue el título de una nueva clase magistral organizada por la Maestría en Tributación y Política Fiscal (MTPF) de la Escuela de Posgrado. La charla, llevada a cabo el 5 de julio en el Edificio Q, estuvo a cargo de Aldo Ramírez, director del Centro de Estudios en Economía, Banca y Finanzas (CEBYF) de la Universidad de Lima y profesional con 25 años de experiencia en Sunat.
El economista presentó un nuevo enfoque desde el cual abordar la evasión tributaria, que contradice algunos conceptos del enfoque neoclásico. La aproximación convencional al problema, explicó, postula lo siguiente: la gente toma decisiones racionales, así que la penalidad por no pagar impuestos debe ser lo suficientemente alta para que la evasión no ocurra.
Esta aproximación disuasiva no funciona en la práctica, aseguró, ya que los contribuyentes de los países de la OCDE con una disuasión baja tienen niveles de cumplimiento alto, mientras que lo contrario sucede en países en desarrollo como el Perú (alta disuasión, bajo cumplimiento).
Ramírez, utilizando herramientas de la economía del comportamiento, viene investigando las causas del alto nivel de evasión en el Perú, incorporando variables como la aversión a la pérdida, la presión social, la reciprocidad entre los ciudadanos y el Estado y la complejidad del sistema tributario. Así, planteó que las personas cumplirían las normas si percibieran que estas promueven el bienestar social o si esperan que las demás personas también las respeten.
Como parte de dicha investigación, realizó dos experimentos. En ambos otorgó dinero en efectivo a personas seleccionadas de forma aleatoria y les pidió que donaran un porcentaje de él a la Liga Peruana Contra el Cáncer o al gobierno peruano, simulando un hipotético sistema de cumplimiento voluntario.
El economista dijo haberse sorprendido luego de que, contra lo que pronosticaba, las donaciones al gobierno fueron mayores que las efectuadas para la Liga Peruana Contra el Cáncer. Y encontró un patrón que consideró relevante: los individuos que utilizaban más los servicios públicos fueron los que hicieron una donación más grande.
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