Para Desirée Orsini, vocal del Tribunal de Fiscalización Laboral de la Sunafil, los constantes cambios y retos para los nuevos profesionales en derecho radican en la actualización y aprendizaje constante, en el dominio de la tecnología, pero, sobre todo, en un cambio de enfoque, en replantearse paradigmas muy enraizados en la profesión. En la siguiente entrevista, la también docente en la Maestría en Derecho Empresarial de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima nos comenta un poco más al respecto sobre este tema.
¿Cuál es su ocupación actual?
Soy abogada independiente y vocal del Tribunal de Fiscalización Laboral de la Sunafil, que próximamente va a instalarse por primera vez, lo que completará el sistema de inspección laboral peruano.
¿Cómo ha cambiado su profesión desde el momento que la empezó a ejercer?
La inmediatez y la precisión son dos elementos que ahora son imprescindibles. Hay muchos más recursos online a los que se puede acceder de manera inmediata. Si bien facilita el trabajo, obliga a estar permanentemente actualizado no solo sobre contenidos, sino en cuanto a la utilización de las diferentes herramientas en línea. En ese sentido, ha surgido la figura del marketing jurídico con bastante fuerza y es de suma importancia tener una presencia constante en redes sociales. Otro punto, como en otras profesiones, es que cada vez hay más información a la que el cliente tiene acceso, así como más trámites que puede realizar online, de forma que el abogado tiene que ver la manera de agregar valor. El trabajo no puede limitarse, como en el pasado, a elaborar informes legales que se limiten a recopilar las normas existentes. Ha quedado obsoleto el cobro de honorarios por hora dado que existen software que puede acortar significativamente los tiempos. Incluso hay programas capaces de llevar a cabo procedimientos de due dilligence, así como de crear contratos, demandas y otros documentos. En el mercado tenemos, por un lado, una tendencia a afiliarse a empresas internacionales muy grandes y, por el otro, a boutiques —marcas más pequeñas—. En general, el servicio es bastante más especializado.
¿A qué se refiere con “marketing jurídico”?
Los estudios de abogados cada vez se organizan y manejan más como empresas. Por ello, también se les aplica las herramientas del marketing tales como encontrar un nicho de mercado y lograr una propuesta atractiva a nivel de imagen, así como manejar la comunicación en redes. Hay empresas especializadas en ello.
¿Y qué cambios advierte en la gestión pública?
Desde el punto de vista del Estado, he observado que los procesos de selección son cada vez más rigurosos y las capacitaciones más exigentes. Además, en materia de fiscalización, se aprecia un cambio de enfoque que va hacia lograr la internalización y el cumplimiento voluntario de la regulación por parte del administrado, lo que se aleja de la concepción tradicional punitiva. Para ello se sirve tanto de recursos tecnológicos como de las herramientas de las ciencias conductuales. Cada vez hay más interacción con profesionales de las ciencias sociales y no es raro que se les consulte sobre la viabilidad de un determinado proyecto de inversión, por poner un ejemplo. Esto, desde luego, va de la mano con un compromiso de mejora regulatoria, que pasa por la revisión de la regulación ya existente y del proceso regulatorio en sí. Las normas tienen que adaptarse a las nuevas formas de negocio. Tenemos ya la tecnología que nos permite procesar una gran cantidad de datos y que nos permite elaborar proyecciones bastante precisas de los efectos que una determinada regulación tendría de entrar en vigencia. En esa línea, el análisis de calidad regulatoria ya se ha implementado en el Perú y la idea es fortalecerlo y extender sus alcances a fin de que se aplique en todos los niveles de gobierno.
¿Cuáles son los principales cambios y tendencias que ha observado últimamente como docente?
Además del reto de estar permanentemente actualizada, lo que mencionaba con anterioridad: a mayor cantidad de estímulos, más difícil es mantener la atención de los estudiantes por períodos largos de tiempo. Lo que se busca, entonces, es una participación lo más activa posible. Precisamente por la mayor especialización, muchas veces los estudiantes tienen información y experiencias muy valiosas, y hay que fomentar que las compartan. También es importante la inclusión de la tecnología para que se haga más didáctico el aprendizaje. Actualmente, hay una infinidad de herramientas fácilmente asequibles.
¿Cuáles son los principales retos que enfrentan los profesionales en derecho ante los cambios o tendencias que ha mencionado?
La actualización, los tiempos de respuesta más cortos, el dominio de la tecnología, así como la dificultad para establecer límites entre el trabajo y el tiempo libre, pues la línea entre ambos cada vez es más fluida. Por ejemplo, sale una edición especial de El Peruano y una debe estar al tanto porque la gente de inmediato te pregunta y debes evaluarlo para responder rápida y correctamente. Si bien los tiempos de trabajo se han acortado por la mayor disposición de recursos en línea, hay tareas adicionales como es actualizar la presencia e información en redes sociales.
¿De qué habilidades y conocimientos dependerá que el profesional actual sepa actuar ante este escenario?
Creo que es fundamental asumir que estamos en un proceso de aprendizaje constante que no va a detenerse en la medida en que sigamos con nuestras carreras. No es solo titularse y tener una maestría: es entender que uno debe aprender siempre porque todo cambia muy rápido. Asimismo, es necesario que los abogados sepan de marketing jurídico, que entiendan la tecnología y participen de la transformación digital.
En el contexto actual, ¿qué competencias requiere un profesional en derecho?
Pensaría que, además de los conocimientos de la materia, es muy importante entender que el aprendizaje es un camino de doble vía. Es, ahora más que nunca, un proceso de permanente retroalimentación. La comunicación con los alumnos debe ser horizontal; por ello, es importante motivar y dar espacio a los estudiantes para que compartan sus conocimientos y experiencias.
¿Han surgido nuevas oportunidades para los profesionales en derecho?
Sí, por ejemplo, el hecho de no necesitar desplazarse hace que se pueda participar en una multiplicidad de eventos en diferentes partes del mundo, lo cual amplía las oportunidades de aprendizaje y de interacción con profesionales a nivel global, así como de ejercer la docencia en centros de estudios de diferentes países.
¿Qué mensaje dejaría a los alumnos de la Maestría en Derecho Empresarial?
Volver siempre a las bases del derecho, y no frustrarse al sentir, a veces, que no pueden abarcar y procesar toda la información disponible. Todos los profesionales se encuentran en la misma situación. En el caso particular del derecho, si uno cuenta con fundamentos sólidos, estos nos permiten resolver, incluso, desafíos novedosos. El aprendizaje es algo que los va a acompañar toda la vida, es algo continuo, no existe el momento para pararnos. Las empresas buscan buenos abogados, pero, sobre todo, personas en las que puedan confiar.