Uno de los principales desafíos para los países latinoamericanos en sus relaciones con China es mejorar el tipo de intercambio entre ambos actores, que en la actualidad consiste, primordialmente, en ventas de recursos naturales de parte de América Latina y el Caribe (ALC), y compras de bienes industriales. Este fue el punto de partida para el taller titulado “Cooperación industrial entre China y América Latina. Repercusiones en el sistema financiero peruano”, que se llevó a cabo el 18 de enero en el aula V-201, y fue organizado por el Centro de Banca, Finanzas y Mercado de Capitales (FinLab) de la Universidad de Lima.
La invitada principal a esta cita fue Barbara Stallings, William R. Rhodes Research Professor en el Watson Institute, codirectora del Brown’s Graduate Program in Development, y editora de Studies in Comparative International Development. Ella estuvo acompañada por un selecto grupo de panelistas, especialistas en el tema, y junto a ellos discutió hasta qué punto se comienza a materializar el interés que tiene China por lanzar la cooperación industrial con la región, así como los programas en desarrollo para su implementación.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Julio César De La Rocha, director del FinLab, quien resaltó que luego de las reuniones de la XXIV Cumbre de Líderes Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se llevó a cabo en noviembre de 2016 en Lima, el presidente de China, Xi Jinping, permaneció en el Perú, donde se suscribieron 22 convenios. Esto demuestra —mencionó De la Rocha— que va a existir un programa de cooperación muy estrecho entre China y Perú, y debemos aprovecharlo.
Mayor entendimiento, mejores negocios
Durante su exposición, Barbara Stallings destacó un aumento en el comercio entre Perú y China desde el año 2000 hasta el 2015. También señaló que en 2013 este aumento cambió un poco, pues las exportaciones empezaron a bajar; aunque afirmó que se puede pensar que se debe a la economía China, que dejó de crecer tan rápido como antes. Finalmente, se refirió al incremento del déficit que conserva América Latina con China; es decir, las importaciones son más altas que las exportaciones. Un déficit que, de acuerdo a ella, se debe casi totalmente al caso de México, que sostiene una relación con China muy diferente a la de los países de Sudamérica.
Además Stallings aconsejó que, para mejorar la relación comercial entre América Latina y China, se deben generar intercambios de varios tipos (académicos, de gobiernos, de sociedades civiles), así como mayor entendimiento y posibilidades de hacer negocios. Asimismo, llamó la atención sobre lo importante que es participar en una estrategia de América Latina hacia China, para definir el tipo de relaciones que se buscan; algo que se puede dar por países individuales o mediante un acercamiento por subregiones.
Marco estratégico, paciencia y pensar a largo plazo
Luego fue el turno del panel de comentaristas, que comenzó con la participación de Gina Caballero, ejecutiva principal de CAF Banco de Desarrollo para América Latina, quien lleva las interacciones con contrapartes financieras chinas. Ella enfatizó que actualmente en China existe una desaceleración económica y que este país intenta reformar su economía, para que se vea impulsada por la innovación interna y vaya dejando de lado las importaciones. Después fue el turno de Nelly Salcedo, quien labora en la Dirección de Inversión Pública del MEF, a cargo del seguimiento y la evaluación de la ejecución de la inversión pública. Ella sintetizó la política económica en materia de inversiones, la cual viene siendo impulsada, y manifestó la importancia de establecer políticas estratégicas en materia de relaciones comerciales. Luego, Mercedes Tang, profesora de los cursos Inteligencia de Mercados, Desarrollo de Productos y Alianzas Estratégicas de la Carrera de Negocios Internacionales de la Universidad de Lima, celebró que Perú sea uno de los trece países con los que China sostiene tratados de libre comercio en todo el mundo, y uno de los tres de América. Pero puntualizó que debemos esforzarnos por entender mejor cómo negocian los chinos.
Pedro Bordarampé, consultor de empresas y banquero de larga data, continuó en la línea al repetir que China era nuestro principal partner económico, al que más le vendemos, y que por ello debíamos comprenderlo y verlo como socio. Además, comentó con cierta decepción que mientras los chinos vienen preparando su planteamiento estratégico para el 2050, aquí en el Perú sólo se piensa en los próximos 365 días. Luego los asistentes oyeron a Nadia Portocarrero, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien aclaró que en China debían entender nuestras políticas de inversiones, pues “nosotros no damos a dedo los proyectos, necesitan pasar por una serie de procesos y licitaciones. Parece que en China no funciona tanto así”.
Las últimas dos intervenciones estuvieron a cargo de Javier Arroyo, director de Cofide, y José Nicanor Gonzales, director de Andino Regional Capital, consultora en APP para el financiamiento de proyectos de infraestructura y TIC en gobiernos subnacionales. El primero recordó la importancia de incorporar personas que conozcan la cultura china para apoyar a los empresarios, pues los proyectos son de largo plazo. Asimismo, dijo sobre China: “Es un país que crece a una tasa muy alta y tiene una población muy elevada; entonces van a demandar de todo, no sólo materia prima sino también alimento y, poco a poco, alimentos más procesados”. Gonzales, por su parte, enfatizó que hay mucho que aprender de China; por ejemplo, el concepto de largo plazo y la paciencia. Y coincidió con el resto de panelistas en que se necesita trazar una estrategia: “Falta una concepción más alta, un marco estratégico que nos lleve más allá inclusive que el bicentenario y nos permita alinear objetivos que tiene la China con objetivos que tenemos nosotros”.
Tras el encuentro, se desprende la necesidad de que las entidades educativas analicen, de forma más cercana, las relaciones entre Perú y China, y las posibilidades de que este último favorezca el crecimiento del Perú. Dicho objetivo, será la tarea del FinLab.