Un buen gobierno corporativo es cada vez la demanda más recurrente de los inversionistas con las empresas en el mercado de valores; no obstante, debido a la pandemia por la COVID-19, las organizaciones han asumido el reto de trascender en el tiempo en un marco ético y de integridad. Sobre este tema se trató el webinar “Ética e integridad dentro de la sostenibilidad y gobernanza corporativa”, realizado el 18 de junio y organizado por el Centro de Estudios en Gobierno Corporativo de la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de la Universidad de Lima.
La primera ponente fue Magaly Martínez Matto, gerente legal corporativa del Grupo Bolsa de Valores de Lima (BVL), quien se refirió al estudio de 2019 “Impacto del Buen Gobierno Corporativo en diferente variables bursátiles”, encargado por la BVL, en el que se señala que, de cada 100 empresas que mejoran su gobierno corporativo, el 99 % de estas tendrá una mejor rentabilidad. Esto quiere decir que las mejores prácticas de gobierno corporativo añadirán siempre valor a las compañías.
Martínez agregó que, cuando una empresa crea beneficios para ella misma y para la sociedad, actúa con ética empresarial; esto funciona como un freno para las malas decisiones y malas prácticas. Las empresas deben buscar siempre sus propósitos e incorporar estrategias corporativas en aspectos de ambiente social y gobernanza en función de sus propias expectativas y de sus demás grupos de interés.
Por su parte, la segunda ponente invitada, Liliana Gil Vásquez, superintendente adjunta de Asesoría Jurídica de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), se refirió al segundo estudio sobre Gobierno corporativo y a la profesionalización de los directorios en el Perú, realizado por la SMV, que indica que en 2019 el 58 % de directores encuestados afirmó que incluyen en temas de agenda la ética y el compliance.
Gil concluyó que, a causa de la pandemia, todas las organizaciones han tenido que aprender y adaptarse al home office. Puso como ejemplo que ahora toca repensar cómo trabajar en modo remoto y, si antes nos cuestionábamos cómo equilibrar el tiempo entre el trabajo y familia, vemos que es posible lograrlo. Ahora las empresas tienen el reto de integrar estos aprendizajes adquiridos en el tiempo de cuarentena para contribuir a mejorar la sociedad.